Una de las explicaciones que muestran el porqué de la caída del precio internacional de la soja procede del comportamiento del real brasileño, en relación a las principales monedas del mundo.
El cuadro de más abajo grafica la fuerte devaluación del real frente al dólar.
En lo que va del año, el dólar se ha apreciado alrededor de un 23%.
Una tremenda devaluación, en términos reales.
No olvidemos que este país tiene una tasa de inflación muy baja.
La inflación en Brasil acumula un incremento del 4,29% en lo que va de 2024, según lo informado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Este fenómeno devaluatorio contribuye decisivamente a la caída del precio internacional de la soja, aumentando violentamente la competitividad de la producción de esta oleaginosa en Brasil, que, contrariamente a lo que pasa en nuestro país, no está sometida a ningún derecho de exportación (ergo, castigo a la producción).
Plan tributario en Brasil
El mercado cambiario, pese el plan de recorte del gasto público implementado en Brasil hace pocos días, sigue escéptico.
La semana pasada, el anuncio de la reforma tributaria cayó como agua helada sobre el real y, en consecuencia, el dólar alcanzó un máximo histórico: 6,11.
Sin embargo, desde el día 6 de diciembre se viene notando una suave baja en el dólar.
El dólar frente al real brasileño se consolida en un nivel inferior al máximo histórico de 6,11.
El gráfico es claro:
¿Cambio de tendencia?
Por ahora es muy prematuro decir que se presenta un cambio de tendencia firme.
No podemos afirmar sobre un cambio dado la escasa aceptación por parte del mercado del plan económico del gobierno de Lula.
Lo que sí parece probable es que la devaluación del real haya encontrado un techo. Es que toda devaluación, en principio, disminuye la calidad de vida de la gente, algo raro para un gobierno que se precia de aplicar una política social.
Veremos cómo sigue esto…