Para una mitad sí, para la otra no: el este recibió más de 10 mm
Rojas, Chacabuco y Pergamino terminaron la 1ra semana de agosto con 34, 32 y 31mm, respectivamente. El NE bonaerense fue la zona más beneficiada por estas lluvias que fueron una “yapa” para la región: superaron en cobertura y acumulados a los pronósticos más optimistas. En el SE santafesino los acumulados estuvieron entre los 10 y 20 mm. Por otro lado, en el oeste de la región hay localidades sin registros, como Canals, Idiazabal, Colonia Almada o Bengolea, en Córdoba.
¿Cuál es el impacto de estas lluvias?
Tras las lluvias, vuelven a aparecer los trigos en excelentes condiciones, caen los regulares y desaparecen los malos. El 5% del trigo de la región se encuentra en excelentes condiciones, el 37% está muy bueno (una semana atrás eran solo el 15%) y hay un 55% bueno. Solo hay un 3% en condiciones regulares, cuando 7 días atrás estaba regular a malo el 10%. La mayor recuperación del trigo se observa en el noreste de Buenos Aires. En Pergamino, antes de las lluvias había un 35% del trigo en condiciones malas a regulares; hoy solo hay algunos lotes regulares en lotes de inferior calidad o zonas bajas. Allí la recuperación fue tal que esa zona es donde se encuentra la mayor cantidad de lotes en excelentes condiciones. Por eso, ahora se espera un potencial de rinde de 50 qq/ha. En el sudeste de Santa Fe, como es Bigand, son muy optimistas en la mejoría del cultivo, con expectativas de rendimiento que vuelven a trepar a 40 y 50 qq/ha. En Alvear festejan los 20 mm recibidos: “con algunos días de calor, el trigo vuelve a crecer y esperamos un muy buen macollaje. El cultivo sigue en carrera de tener un gran año productivo”, señalan en el área.
En el oeste necesitan lluvias en 10 a 15 días
En el SE de Córdoba, zona de Corral de Bustos, señalan que los 1ros lotes sembrados ya están comenzando la etapa de elongación del tallo y se necesita más agua para las etapas más exigentes que siguen. “Se podría afectar el desarrollo si no llueve en dos semanas”, advierten los técnicos. Lamentablemente, en el oeste las lluvias fueron inferiores a los 10 mm, con áreas que no recibieron siquiera un milímetro. En el noroeste de Buenos Aires, como en General Pinto, la cobertura con trigo es escasa y el crecimiento no repunta. “En lotes de ambientes regulares, el cultivo no muestra ningún progreso de crecimiento”. En Carlos Pellegrini, con 7 mm acumulados, “expresar el potencial depende de la continuidad de las precipitaciones”. En El Trébol faltan 15 mm para transitar el macollaje. La mayor parte del trigo de la región se encuentra macollando: hay un 60% iniciando el macollaje y un 35% en pleno macollaje. Queda un 5% desarrollando hojas.
Las lluvias reactivan fertilizaciones y hasta la siembra de algún lote más con trigo
Muchos productores están decididos a completar las fertilizaciones pendientes tras estas lluvias. Además, algunos sumarían unos pocos lotes más con trigo. En Pergamino, el 60% de las fertilizaciones están completas y el resto se realizará en los próximos días. En Alvear, completarán lo pendiente y, finalmente, podrá incorporarse al suelo lo aplicado.
“Hacer o no hacer maíz”: con dudas a un mes de la siembra, persiste una gran incertidumbre para el ciclo 2024/25
Las expectativas de siembra de maíz no cambiaron tras las recientes lluvias. La intención de siembra en la zona núcleo sigue marcando un 30% menos de área (respecto al año pasado) y las compras de insumos siguen estancadas. La precampaña espera una mejora en el precio internacional o mejores lluvias en agosto y setiembre. Tambien hay otro factor crítico: la evolución de la chicharrita tras los fuertes fríos de julio y agosto. La actualización del mapa de horas acumuladas con temperaturas por debajo del cero muestra que hubo un incremento de 5 a 10 horas bajo esas condiciones en los últimos 15 días. En el oeste, aún más.
¿Será suficiente frío para hacer retroceder la presencia del vector asociado al spiroplasma?
La teoría señala que la plaga no soporta temperaturas menores a los 4°C que se prolonguen durante más de 8 horas. Los técnicos de la región, sobre todo los del centro y norte, quieren pruebas y están esperando los resultados de las trampas de monitoreo del insecto. “Evaluar el nivel de presencia es clave para anticipar la presión de la plaga en la próxima campaña”, dicen en Cañada de Gómez. Si bien, han descartado las fechas de siembra tardías, hay muchas dudas de cómo pueda comportarse la plaga sobre los maíces tempranos si las condiciones ambientales le son favorables para su proliferación. “Vemos muy poco incentivo de siembra; creemos que podría caer hasta un 60% la superficie maicera”, agregan.