UNA DEMANDA INSATISFECHA

Solo sobre el norte de la Mesopotamia, las lluvias han mantenido cierta regularidad y volumen, como así también sectores andino patagónicos de la cordillera.

En términos de reserva, vemos un balance hídrico que no representa una condición extrema, sin embargo, los secamientos superficiales pueden considerarse más importantes. Esto, potencialmente, puede haber impactado sobre las siembras tardías de la fina. La demanda de lluvias crece y se escapa de los valores normales que puede ofrecer el invierno.

Como venimos analizando la influencia del intenso frío sobre la dinámica atmosférica ha sido muy evidente. El rigor de las bajas temperaturas inhibe el desarrollo de los movimientos verticales, que ya naturalmente se ven aletargados en esta época del año. En consecuencia, la persistente falta de lluvias que ya dura más de dos meses, la debemos atribuir a una coyuntura de escala regional.

Por estas horas, una zona frontal avanza desde el sudoeste de la región pampeana hacia la zona núcleo. Se espera que esto promueva un contraste de masas de aire en la zona central del país. Durante el resto del día la zona con mejores chances para sumar algunos milímetros se restringe a la provincia de BA, quizá avanzando en forma marginal sobre las vecindades de las provincias del centro En términos de volumen las expectativas no están a la altura de las necesidades hídricas. Estamos en un plano de demanda, que no será satisfecho durante el mes de julio.

Como podemos ver en el mapa la oferta de agua prevista predomina cercana a valores que no superan los cinco milímetros. Podría definirse algún corredor con lluvias más abundantes, pero la dinámica que prevalece no nos permite proyectar una generalización de una oferta de agua más importante que la que muestra el mapa.

En términos de temperatura, es interesante ver que se están validando los pronósticos. Si bien se perfilan pulsos fríos para el fin de semana que incluso pueden dejar heladas en el sur de la región pampeana amaneciendo para el sábado. No se espera una persistencia significativa en la presencia de este aire frío. Esto es una buena señal o posiblemente la primera buena señal de cara a desandar un periodo que nos puede llevar a un cierre de invierno un poco más activo, con alguna mejora pluvial.

Debemos considerar que aun cuando se observen estas mejoras, es muy difícil pensar en que el trimestre del invierno (junio-agosto) logre recomponerse. Esto es, si mejora la circulación en esta última parte del mes y se mantiene durante agosto, la oferta de agua que puede aparecer no será suficiente como para compensar el atraso que traemos. Sin embargo si se recompone en parte la humedad superficial y se sostiene el cambio positivo –no regresa el frio riguroso- podríamos aspirar a un septiembre con guarismos de lluvias normales. La Niña, por entonces aun no tendrá injerencia.