Además, la exportación de productos del complejo sojero y de maíz, se ha incrementado un 65% respecto el primer semestre del 2023. Pero, como consecuencia de menores precios, el ingreso de divisas durante el primer semestre fue el más bajo de los últimos cuatro años.

Cosecha de maíz en General Fotheringham - 29/06/2023 - Fuente: colaboradora DIA Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), la liquidación de divisas acumulada hasta el mes de junio alcanzó los 11.024 millones de dólares, posicionándose como el nivel más bajo de los últimos cuatro años.

Hasta junio, se han exportado aproximadamente 36,5 millones de toneladas, sumando las toneladas comercializadas por el complejo sojero (porotos, aceite y harina) y el maíz en grano. Dicho volumen, representa un incremento del 65% respecto los primeros seis meses del 2023, superando además, los 34 millones de toneladas exportadas durante el primer semestre del 2022, periodo en el cual se produjo el mayor ingreso de divisas durante el primer semestre de los últimos cuatro años.

A pesar del aumento en el volumen exportado, los productos mencionados han experimentado caídas considerables en sus cotizaciones. De esta manera, la caída en entrada de divisas no se debe a que el “agro no liquida”, sino a que los precios de exportación de los productos transables del sector son menores a los observados en periodos anteriores.

Además, en un escenario en donde el poder adquisitivo en pesos de los granos viene cayendo en términos reales, los precios internacionales continúan bajando y en el país se desarrolla una inflación en dólares, el ritmo en la comercialización de la soja y el maíz no luce atrasado, considerando la incertidumbre que genera el contexto mencionado. Como se explicará en los siguientes apartados donde se analiza la comercialización de ambos granos.

SOJA

El ciclo comercial de la oleaginosa comprende el período de abril a marzo, en donde la mayor cantidad de ventas se materializan en abril y mayo. Al observar el promedio histórico, a comienzo de abril se comercializa aproximadamente el 30% de la producción, mientras que, a finales de mayo el porcentaje asciende al 50% y, al mes de diciembre, alcanza casi el 90%.

La producción de soja a nivel nacional para la campaña 2023/24 se ubicaría alrededor de los 49 millones de toneladas de acuerdo con la estimación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. A la segunda semana de julio, se han vendido 23 millones de toneladas, lo cual representa el 47% de la producción estimada. Este ritmo en la comercialización se posiciona dos puntos porcentuales por encima del ciclo previo y tres por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.

Del total comercializado, el 65% tiene precio, dicho porcentaje se encuentra en línea a lo observado la campaña pasada, al igual que con el promedio de las últimas cinco (67%).

Por otra parte, fue durante el mes de mayo donde se observaron la mayor cantidad de fijaciones, mes en el cual la brecha cambiaria promedió el 25%, mientras que en el mes de junio el promedio trepó al 40%. Consecuentemente, el precio disponible de la soja ajustado en dólares, en promedio, disminuyó USD 23 Tn al pasar de un mes a otro.

Desde la devaluación del 13/12/2023, el precio disponible de la soja en pesos, se ha incrementado un 6% frente a una inflación acumulada del 80%. En dicho periodo, el tipo de cambio exportador (dólar blend) se incrementó un 17% mientras que el precio internacional de la soja disminuyó un 17%. De esta manera, el precio de la soja en pesos en el mercado local prácticamente se ha mantenido constante desde la devaluación de diciembre, viéndose superado ampliamente por la inflación, deteriorándose el poder de compra de la oleaginosa en moneda dura. En términos reales, el precio actual de la soja en el merado local a valores de diciembre del 2023 sería de $185.000/ Tn, por debajo de los $ 216.000 que se pagaban en el mercado local previo a esa fecha. En este escenario, la pérdida de poder adquisitivo podría desincentivar o retrasar la comercialización de la oleaginosa a la espera de un incremento en su valor, el que se podría darse por subas en los precios internacionales, un aumento en el tipo de cambio, o por una disminución en los derechos de exportación.

MAÍZ

El ciclo comercial del cereal comprende el periodo que trascurre entre los meses de marzo a febrero, en donde el mayor volumen de ventas se dan entre marzo y mayo. Al observar el promedio histórico, a comienzos de marzo se comercializa aproximadamente el 30% de la producción, mientras que, a finales de mayo el porcentaje asciende al 50% y, al mes de diciembre, alcanza casi el 90%.

Al 10 de julio se encuentran comercializadas alrededor de 24,5 millones de toneladas. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, la producción de maíz a nivel nacional alcanzaría los 47,5 millones de toneladas, por lo cual, el volumen vendido representaría el 53% de la producción. El avance actual, se posiciona siete puntos porcentuales por encima de la campaña previa y cinco puntos porcentuales por debajo del promedio de las últimas cinco.

De las toneladas vendidas, 16,8 millones tienen precio, lo que representaría el 69% de lo comercializado. Dicho porcentaje se encuentra en línea a lo observado el ciclo previo pero por debajo del nivel de fijaciones de campañas anteriores, al igual que del promedio de las últimas cinco campañas (77%).

Durante algunas semanas de abril se observaron buenos niveles de fijaciones, aunque la mayor cantidad ocurrieron desde finales de mayo, alcanzando su máximo en la penúltima semana de junio.

Desde abril, el precio relativo promedio de la soja en términos de maíz, se incrementó. Con lo cual, la oleaginosa se valorizó respecto del cereal. De esta manera, podría explicarse porqué desde mediados de mayo las fijaciones de soja han disminuido mientras que las de maíz han aumentado. Dado que más allá de la coyuntura económica y el rally bajista que atraviesan los precios internacionales , los productores necesitan vender para saldar obligaciones contraídas al comienzo de la campaña o “rolleadas” de ciclos previos, y en este contexto, se habría optado por vender más del cereal y que la oleaginosa continue como depósito de valor. Otro punto para destacar es que un gran porcentaje de la producción agrícola nacional (aproximadamente un 70%), se realiza bajo campos arrendados, por lo que la comercialización también dependerá de las ventas que vayan realizando los propietarios de la tierra en relación con sus necesidades.

Fuente: Bolsa de Cereales de Cordoba