La producción ganadera en zonas áridas depende de la disponibilidad forrajera de pastizales y pasturas para alimentar al ganado, por eso esta herramienta es muy valiosa para los productores al actuar sobre las estrategias de manejo ante las situaciones que puedan presentarse.
El índice verde (NDVI) es un indicador del crecimiento y estado de la vegetación. Es común utilizar las anomalías de este índice para obtener información sobre alteraciones del estado de la vegetación. Por ello, el equipo del área de Recursos Naturales del INTA La Rioja trabaja desde hace veinticuatro años en el monitoreo de la vegetación a través de información satelital.
Alicia Sancho –Investigadora de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA La Rioja– explicó: “Esto sirve para la estimación de las anomalías del NDVI, con una base de datos regionales que se genera a partir de imágenes del instrumento MODIS del satélite Terra. A partir de ella se calcula el valor promedio histórico y el desvío estándar histórico del NDVI para ciclos de 16 días, es decir 23 ciclos por año”.
Las anomalías se refieren a las desviaciones o variaciones inusuales detectadas en los valores actuales del índice de vegetación en comparación con los valores promedios históricos. Estas desviaciones permiten identificar cambios en la salud y estado de la vegetación (debido a sequías, temperaturas altas etc.) para un área determinada.
“La determinación de las anomalías del índice verde (NDVI) permite detectar, por su gran sensibilidad, alteraciones del estado de la vegetación actual respecto a la situación promedio histórica, convirtiendo a esta herramienta de gran valor para el monitoreo de la dinámica espacial y estacional de la vegetación asociada a las condiciones climáticas que en regiones áridas son en ocasiones extremas y cambiantes”, destacó Sancho.
Por ejemplo, mediante las anomalías del NDVI se puede detectar períodos de crecimiento excepcional de la vegetación como respuesta a lluvias abundantes, o situaciones de estrés de la vegetación como respuesta a sequías temporarias.
Con esta información, el equipo del INTA La Rioja crea mapas de las anomalías, y a partir de ellas Sancho señaló que “se alerta a los productores afectados, para que tomen decisiones de manejo: la regulación de la carga animal, rotación de potreros, destetes tempranos, venta de animales improductivos, suplementación, entre otras”.
Y agregó: “También compartimos esta información con las autoridades provinciales, para la implementación de planes de emergencia de apoyo a los productores ganaderos de la región afectados por la sequía”.
“Nosotros mapeamos las anomalías del índice verde cada 16 días para monitorear la dinámica espacial y estacional de los recursos forrajeros (pastizales y pasturas) que sostienen la ganadería bovina y caprina de la región. Esto nos permite describir y anticipar situaciones de sequías, que podrían comprometer la alimentación del ganado durante los meses de otoño-invierno”, concluyó la investigadora.