El famoso mercado climático ya está empezando a operar en Chicago.
Gran parte de los maíces en EE.UU. van a florecer en julio y el llenado de habas de soja en agosto. Ello está influyendo en el mercado y una vez entrado en julio el clima será más que determinante de los precios y un fuerte generador de volatilidad en los valores.
No extraña, entonces, que este lunes la soja se haya negociado en suba en la rueda diaria de Chicago.
Es que el clima no da muestras claras lluvias, muy necesaria en este momento.
Lo que brinda mayor nerviosismo es la falta de humedad en la parte este del cinturón maicero/sojero estadounidense.
El promedio de las estimaciones privadas prevé una reducción de la proporción de soja en estado bueno/excelente del 70 al 68%.
Lo curioso es que, en tanto en el este de la región falta agua, en zonas de Iowa, de Minnesota y de Dakota del Sur la humedad resulta excesiva. En tales zonas, se registran inundaciones por desbordes de los ríos.
El problema se agudiza dado que las fechas de siembra en EE.UU. ha sido tardías.
Para agregar mayor incertidumbre, los operadores aguardan que a fin de mes el USDA publique una estimación de superficie sembrada con soja, para EE.UU., menor al cálculo realizado hasta la fecha.
La última estimación del USDA, de fecha 12 de junio, reveló un volumen de producción para la Argentina de una ingenuidad inaudita.
Sus números no parecen haber tomado en cuenta el problema de la chicharrita (siroplasma) que podría haber reducido entre 8 y 10 millones de toneladas la producción argentina.
Tampoco parece haber considerado el impacto del clima en Brasil que, a consecuencia de éste, podría haber reducido su producción cerca de 8 millones de toneladas.