Maquin señaló que la reducción en el uso de químicos y reemplazo por biológicos está atada a reglamentaciones europeas y francesas que deben cumplirse, pero que, seguramente, se postergaran , ademas de estar muy cuestionadas por los productores agrícolas
“En Francia y Europa, la onda verde o los ambientalistas tienen un peso específico muy grande sobre la política, que no los enfrenta por miedo a perder votos”, sostuvo el experto extranjero.
Así, en el caso de Francia, por ejemplo, se busca reducir para 2030 a la mitad el uso de químicos y reemplazarlos y combinarlos con biológicos.
“No será una tarea sencilla y difícilmente se llegué a cumplir con las expectativas de la UE para 2030. Sin embargo, tenemos que estar preparados para afrontar el nuevo mercado que se viene y que seguramente se extenderá a otros países del mundo”, ejemplificó, afirmando que es una clara “tendencia” .
Concluyendo su disertación, Maquin reforzó la complementariedad de las diferentes tecnologías – ya sea de origen químico o biológico- como nuestro presente y futuro más cercano.
El debate sobre el glifosato
Todo esto ocurre mientras, nuevamente, en la Comunidad Europea está en pleno debate para ver si vuelve a prorrogar el permiso para el uso de glifosato, una decisión que finalmente se daría a conocer en noviembre.
Pero no solo esta molécula herbicida está en debate, sino también otras 72 que actualmente se utilizan para la producción agropecuaria.
“Esta resolución puede impactar de manera determinante en las producciones de trigo, maíz, soja y otros cultivos. Razón por la cual se están definiendo y desarrollando productos biológicos para ofrecer otras alternativas”, comentó.
En medio de este camino, en Francia ya están sufriendo los perjuicios de estas trabas ambientales. Maquin aseguró que muchos cultivos se están perdiendo, por falta de insumos disponibles.
Acompañamiento político
No obstante, Maquin rescató un aspecto positivo de los gobiernos europeos: incentivan el menor uso de químicos en los campos, pagándoles un ingreso extra a los productores que lo hagan.
“La política está invirtiendo en ensayos sobre bioinsumos para llegar a concretar el anhelo de bajar el uso de productos químicos en el corto plazo”, explicó.En su caso, Maquin señaló que está abocado de manera concreta a conducir esta evolución en el agro y el medioambiente, analizando cuales serían los problemas que se van a encontrar y cómo afrontarlos de manera eficiente y sustentable.
“Tenemos muchos parámetros favorables para la llegada y adopción de estas nuevas tecnologías que van a ayudar a este indispensable cambio”, indicó.
Por último, opinó que “el futuro de la agricultura tendrá un enfoque que nos acerque al suelo. Desde el tratamiento biológico de la semilla hasta la fertilización foliar”. “Debemos concretar esfuerzos en la búsqueda de nuevas bacterias específicas y alternativas biológicas para enfrentar enfermedades, insectos y hasta controlar malezas, para que el mercado de boinsumos siga creciendo”, concluyó.