Un informe de la Fundación Libertad y Progreso en base a estadísticas oficiales señala que, desde diciembre de 2019, el índice general de salarios presentó una caída de 8,6 siendo los salarios privados no registrados los más damnificados con una caída del 25,8%.
Tal como dio a conocer el INDEC esta semana, los salarios crecieron 108,7% interanual en junio, quedando 6,9 puntos porcentuales por debajo de la inflación. Esto implica menor capacidad de compra para el bolsillo de los argentinos y, en consecuencia, mayor pobreza.
Lamentablemente, esta situación se potenció ante la creciente aceleración de la inflación en el último año, aunque esta degradación del poder adquisitivo de los salarios ya venía sucediendo.
Si medimos el índice en términos reales, es decir, teniendo en cuenta también el efecto de la inflación, desde diciembre de 2019, el índice presentó una caída de 8,6%. Pero si miramos al interior del mismo, encontramos ciertas heterogeneidades en las variaciones según la condición de trabajo. Por ejemplo, los salarios del sector público, cayeron a penas 0,6% en el período mencionado, y en los últimos 12 meses pudieron ganarle a la inflación, ya que crecieron 121,4%. Un dato más desalentador es el de los salarios del sector privado registrado, que llevan acumulada una caída real de 7,0% desde diciembre de 2019 y en el último año quedaron 5,6 puntos porcentuales por debajo de la inflación. Por último, los salarios del sector privado no registrado, llevan una pérdida del poder adquisitivo del 25,8% desde finales de 2019 y en los últimos 12 meses crecieron 82,4%, quedando marcadamente por debajo de la inflación.
Lautaro Moschet, economista en la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo que "se necesita un verdadero cambio de rumbo económico para que los salarios se recuperen en términos reales. En primer lugar, es imprescindible que dejen de caer y eso solo se logra a través de la estabilidad de los precios. Para tener una moneda sana, se requiere una reforma de la política monetaria que evite el exceso de emisión. A partir de allí en cuanto la actividad económica vuelva a crecer de manera sostenida, los salarios podrán crecer conforme lo haga la productividad".
Aldo Abram, director de la Fundación, comentó. "Es cierto que la caída del poder adquistivo de los salarios tiene que ver con el empobrecimiento generalizado que causa una muy alta inflación. Pero, también, con décadas de desinversión. Supongamos que hace mucho tiempo entraste a trabajar en una fábrica recién inaugurada. Te dieron a operar una máquina nueva y de última tecnología que te permitía producir mucho; por lo que te podían pagar muy bien. Luego, a la empresa le empezaron a subir cada vez más los impuestos, le impusieron miles de regulaciones absurdas que no la dejan operar eficientemente y normas laborales que la ponen en permanente riesgo. En algún momento, hartos, los dueños dejarán de invertir. Terminarás trabajando con una máquina cada vez más vieja y "atada con alambre"; por lo que producirás menos. Como no te pueden pagar más de lo que producís porque la fábrica quebraría dejando a todos sin trabajo, cobrarás cada vez menos. Esto es lo que le viene pasando a Argentina desde hace décadas y, por eso, no debería extrañar que cada vez seamos más pobres. Hay que hacer urgente las reformas estructurales necesarias para que esto cambie y se liberen la creatividad, el trabajo y el emprendedurismo de los argentinos".
INFLACIÓN
En los primeros días de agosto, el índice de precios volvió a acelerarse y se proyecta una suba de 7,8% mensual.
En lo que va de agosto, llevamos una inflación acumulada estimada de 6,1%. Sin embargo, si miramos el comportamiento de los últimos 30 días, la inflación mensual asciende al 7,0%. La corrida cambiaria de las últimas semanas, producto de la incertidumbre electoral potenció la caída en la demanda de pesos, provocando la aceleración inflacionaria.
El comportamiento del rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas es uno de los principales factores explicativos de esta aceleración. Durante junio y buena parte de julio, la tendencia fue más bien hacia la baja. No obstante, en estas últimas semanas estamos observando nuevamente incrementos que provocaron mayor dinámica en el índice y ya se encuentra creciendo a un ritmo mensual de casi 7%. Además, los aumentos de servicios de comunicaciones, colegios privados, prepagas, transporte público y combustibles, generan mayor presión sobre la inflación que esperamos se ubique en 7,8% para agosto. De todas formas, en la medida en la que durante la segunda quincena del mes continúe la aceleración del tipo de cambio, es probable que volvamos a superar la barrera del 8%.
Emilio Prado, economista en la Fundación Libertad y Progreso, dijo que "la desconfianza en la moneda local es cada vez mayor y la incertidumbre por los primeros resultados electorales aceleró aún más la caída en la demanda de pesos. Se espera que estos eventos se traduzcan en un aumento de la velocidad de suba de los precios. Además, se ve potenciado por un Banco Central que emite mucho más de lo que los argentinos demandan y, todo ello, reduce fuertemente el valor del peso. Los persistentes desequilibrios monetarios y fiscales del país, reflejados en una inflación casi crónica, han impactado también en una reducción del poder adquisitivo de los salarios".
Fuente: Fundación Libertad y Progreso