SIN CIRCULACIÓN DE INVIERNO
A lo largo del mes pasado fuimos monitoreando situaciones que no respondían a la típica circulación que debe ser predominante en invierno. La persistencia de los vientos del este o del sector norte, no puede dejar otra consecuencia que un ambiente atípico para el periodo en que normalmente se observan los promedios más bajos de temperatura media y las heladas más intensas y generalizadas, que normalmente alcanzan el norte del país. A decir verdad, esto no sorprende demasiado, ya que desde finales de otoño, la inercia cálida que presentaban las temperaturas, parecía difícil de revertir. Aparecieron irrupciones de aire polar: una en junio y otra en julio, una frecuencia pobrísima para responder a las estadística típica del trimestre frío. En cuanto a lluvias, algunos eventos se dieron en la primera quincena, incluso abasteciendo zonas del oeste, no como para compensar los faltantes de la seca, pero generando un escenario más húmedo.
Como podemos ver en el mapa que resume los acumulados pluviales de julio, la oferta principal se recostó sobre el este, con áreas de la Mesopotamia y el sudeste bonaerense como receptoras de los máximos más destacados. Como podemos ver y sobre todo en la primera quincena del mes, las lluvias se corrieron a zonas del norte de LP y sur de CB, con guarismos que pueden considerarse generosos respecto de lo que normalmente puede ofrecer julio. Por otra parte y sin que pueda considerarse fuera de lugar, fueron muy escasas las lluvias en el NOA (estación seca) y el NEA, condición que también afecto gran parte del norte de la región pampeana y el centro oeste de la Mesopotamia.
Debemos destacar, el máximo pluvial en la zona de influencia de Mar del Plata, donde los totales de julio cuadruplicaron los valores normales. En gran parte del área, los acumulados estuvieron por encima de los ciento cincuenta milímetros. Estos totales se sumaron en los primeros días del mes, o sea que también se ha dado una disrupción en la distribución temporal de las precipitaciones.
Sobre la Patagonia, aparece el típico máximo de invierno sobre el noroeste. La frecuencia de nevadas fue importante, aunque rápidamente se fue limitando sobre la región cuyana y hacia el sur de los andes patagónicos. La zona del Comahue, tuvo una provisión de agua realmente favorable.
La segunda parte del mes tendió a conservar las lluvias sobre el noreste de la Patagonia, pero con frentes que no operaron con eficiencia sobre la región pampeana. Los mismos avanzaron débiles o desorganizados sobre la franja central del país y a pesar de que la disponibilidad de humedad se mantuvo alta, la dinámica atmosférica estuvo lejos de ser favorable como para que esta pueda ser transformada en precipitaciones. El sur de Brasil y Uruguay, se mantuvieron bajo la presencia de altas presiones, inyectando aire del sector norte, pero a la vez evitando la llegada con posibilidades de los escasos frentes que avanzaron en la segunda parte del mes.
Las lluvias registradas en julio, presentaron una mejora respecto de junio sobre el centro oeste, como mencionamos, esta no es una mejora que permite promover una recuperación importante de lo perdido con la seca, pero es una ayuda para los lotes que se sembraron en condiciones de humedad precaria.
Las temperaturas del mes de julio se mantuvieron en valores normales o superiores, validando la tendencia que se esperaba para el desarrollo del invierno. Nobleza obliga, se esperaba una condición térmica un poco más cercana a los valores normales en julio, con mayor llegada de masas de aire frío.
La transición intermensual, no ha dejado precipitaciones. Desde hace más de dos semanas las zonas productivas de gran parte del país no están recibiendo lluvias.