En un reciente webinar, el MV Ricardo Chayer, de Consultores Pampeanos Asociados (CONPAS), explicó cómo elaborar el calendario sanitario a medida del establecimiento, según la región, el sistema productivo y las categorías de hacienda, de la mano del médico veterinario.
La presentación fue moderada por el MV Simón Harguindeguy, técnico de Vetanco en Buenos Aires, en momentos en que el laboratorio lanzó Catiobac Cu MaX, un nuevo producto para prevenir deficiencias de cobre, una de las más importantes causas de pérdidas reproductivas y productivas en la cría. Hoy, desde Valor Carne, reproducimos los aspectos centrales de la charla, con foco en el uso racional y eficaz de este micronutriente.
“Incluimos el cobre como complemento del plan sanitario básico a pesar de que es importantísimo para el resultado de la cría, porque si no se detectan deficiencias en los bovinos no lo aplicamos. Y si esperamos a que aparezcan síntomas clínicos ya es tarde. Entonces, como veterinario, lo primero que hago cuando llego a un campo nuevo es caracterizarlo”, contó Chayer, un sanitarista de amplia experiencia en la Cuenca del Salado y otras zonas criadoras del país.
En general, no falta cobre en el pasto, sino que hay otros minerales que interfieren en su absorción, por eso el especialista aconseja tomar una muestra de sangre y mandarla a analizar. “Es un estudio simple y accesible que se puede hacer en cualquier laboratorio y permite saber si tenemos o no tal carencia y la magnitud de la misma. Con 12 a 15 animales es suficiente. Y si no se detecta, cada tanto hay que repetirlo, porque podría surgir a partir de cambios en el manejo”, sostuvo, detallando que, si bien en la mayoría de los campos se da esta problemática, su uso debe basarse en la evidencia.
En cada categoría
Una vez detectada la deficiencia, hay que definir la estrategia para incluir el cobre en el calendario sanitario, según la categoría de hacienda.
En la vaca adulta hay que aplicarlo mínimamente en dos oportunidades y en mayor medida cuando la carencia es importante. “La primera dosis la damos preservicio ya que este micronutriente es fundamental a la hora de la reproducción, actúa como cofactor en muchos procesos enzimáticos. O sea, que es clave para lograr buenos porcentajes de preñez”, indicó Chayer.
La segunda dosis va un mes antes de la parición, pensando principalmente en cubrir al ternero. En tal sentido, la madre no puede transferir cobre por la leche, pero sí puede hacerlo por vía placentaria. “Entonces, lo aplicamos 30 días antes de los nacimientos, cuando se encierra para dar la vacuna neonatal, ya que durante la parición tratamos de no mover a las vacas gestantes. Esta práctica hace que el ternero nazca con suficiente cantidad de cobre en hígado como para cubrir sus necesidades en los primeros meses de vida”, planteó.
En cuanto al ternerito al pie de la madre, el cobre también se usa sólo en campos donde hay deficiencias. “Lo aplicamos cuando encerramos para dar la segunda dosis de vacunas respiratorias, entre otras, porque en la primera también va la de aftosa. La idea es no estar suministrando tanta cantidad de productos en un mismo momento”, subrayó.
De cualquier modo, el criterio con el ternero es cubrirlo apenas sea posible porque las reservas que le transfirió la madre se van terminando. “Si asesoro un campo con mucha deficiencia de cobre, lo adelanto un mes y lo doy al momento de la primera dosis de esas vacunas ¿Por qué? “Bueno, hemos visto hasta fracturas espontáneas en terneritos con déficit de cobre, entonces no hay vuelta atrás”, alertó.
En las vaquillas de reposición, otra categoría que requiere suplementación en campos con carencias, hay que aplicarlo cada dos o tres meses, desde el destete hasta la parición porque son animales en crecimiento. “En particular un mes antes del parto es imprescindible dar una dosis de cobre, como hicimos con la vaca adulta, apuntando a que el ternero nazca con reservas”, aseguró.
¿Y los costos? Según los cálculos de CONPAS, la incidencia del cobre en el plan sanitario es mínima. “Por ejemplo, en la vaca adulta aplicando dos dosis, representa un 3,6% sobre un total de $3000/año por cabeza, a valores de abril de 2023”, aseveró Chayer, detallando que este costo incluye laboratorio y honorarios profesionales.
Ida y vuelta
Al finalizar la charla, Harguindeguy compartió algunas de las preguntas que llegaron vía chat de los más de 500 participantes al webinar.
¿Cómo podemos notar una deficiencia de cobre? “Cuando vemos el animal con pelaje descolorido, opaco, un Angus que en el lugar de ser negro está grisáceo, bayo, esto puede ser un indicio. Pero el pelo arratonado también podría deberse a otra causa por ejemplo una parasitosis. Si ya vemos un ternerito que va caminando y se factura en forma espontánea, llegamos tarde. De ahí la importancia de caracterizar el campo para contar con un perfil de cobre y hacer un plan preventivo”, reiteró Chayer.
¿Es seguro aplicar cobre junto con vacunas? “Bueno, si me hacían esta pregunta hace muchos años cuando trabajaba en el Servicio de Diagnóstico Veterinario del INTA, hubiera respondido que era mejor no superponerlo. Se veían casos de alergias graves y hasta mortandad tras una aplicación simultánea. Pero con las nuevas formulaciones hace tiempo que este problema quedó atrás”, aseveró.
Estos avances de la industria veterinaria benefician el manejo del establecimiento ya que no se puede estar encerrando y esperar diez días para aplicar el cobre. “Si hoy confiné un rodeo de vacas con ternero al pie, una práctica que lleva su tiempo, le tengo que aplicar las vacunas correspondientes por calendario y el micronutriente en caso necesario. Desde el punto de vista inmunológico sabemos que los animales van a responder bien y con cobres de calidad ahora lo estamos asociando incluso con la vacuna antiaftosa, algo que antes no podíamos hacer”, afirmó.
Para Chayer la importancia de aplicar un buen producto se fundamenta en que además de su efecto en el metabolismo tiene impacto inmunológico. “Si aplicamos vacunas de probada eficacia para prevenir enfermedades en animales deficientes en cobre, no tendremos la misma respuesta que si cubrimos esa carencia”, advirtió.
Al cierre, Harguindeguy acercó una inquietud. “Sabemos que CONPAS asesora campos más allá de Buenos Aires, en casi todo el país. Entonces, ¿qué proporción de estos incluyen cobre dentro del plan sanitario?”, preguntó. “Casi todos porque la mayoría tiene carencias. Y si hay algún establecimiento en el que no hemos podido diagnosticarla, volvemos a testear a los 4 o 5 años, ya que podría aparecer. Por ejemplo, porque la perforación del pozo se si hizo más abajo y hay exceso de sulfatos que antes no eran un problema para la absorción del micronutriente”, pormenorizó.
Nuevo producto
“Decidimos lanzar Catiobac Cu MaX en un mercado maduro porque la deficiencia de cobre es una de las más generalizadas en los rodeos de cría y nuestro producto tiene un plus”, dijo Harguindeguy a Valor Carne, aludiendo a que la nueva presentación incluye otros microminerales claves para muchas funciones del metabolismo del animal: zinc, selenio, yodo y manganeso.
“Es un producto muy completo, la formulación es segura, acuosa, de fácil dosificación y cubre todas las necesidades de las categorías jóvenes y gestantes, que son las que más requieren este tipo de suplementación. Y para el productor optar por el cobre de Vetanco es asegurase la calidad que siempre nos caracteriza”, finalizó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Fuente: Valor Carne