El maíz es, sin lugar a duda, uno de los cultivos con mayor historia en nuestra tierra. El cereal fue domesticado por pueblos nativos del actual México hace alrededor de 10.000 años. En un primer momento, era destinado a usos medicinales y con el transcurso del tiempo las distintas civilizaciones americanas comenzaron a preparar con él alimentos y bebidas.
Durante el período colonial hispánico, en el Virreinato del Río de la Plata, el maíz cobró mayor importancia como alimento complementario a la carne. Mientras que, en Argentina, el maíz comenzó a cultivarse con fines comerciales ya a fines del siglo XIX.
Ya en tiempos más recientes, el maíz -junto con el trigo- se convirtió en la cosecha más voluminosa de Argentina. Sin embargo, en la campaña 1987/88 la cosecha de soja superó por primera vez las producciones obtenidas individualmente tanto por el maíz como por el trigo. Más aún, en el ciclo 2001/02 la oleaginosa cosechada superó por primera vez las cosechas combinadas de maíz y trigo, opacando el dominio de los cereales.
Durante 32 campañas, que van desde 1987/88 hasta 2018/19, la cosecha de maíz se mantuvo en el segundo lugar en términos de volumen, siempre detrás de la soja. Pero actualmente, por tercer ciclo consecutivo, el maíz recuperó el trono productivo en Argentina consolidándose como la cosecha de mayor volumen que levanta el país.
A su vez, la cadena del maíz juega un rol determinante en la economía argentina y su importancia se refleja en una serie de indicadores económicos como agregado de valor, contribución tributaria, inversión, empleo y generación de divisas, algunos de los cuales se analizan en el presente artículo.
Producción y área sembrada
La última primavera, los agricultores argentinos cubrieron 7,9 M ha con maíz, la superficie cultivada más grande que se tiene en registros para el cereal. Lamentablemente, en 2021/22 una nueva sequía coartó el potencial de esta gran apuesta productiva, limitando los rindes de los maíces tempranos inicialmente. A pesar de las condiciones climáticas adversas, se espera una cosecha 2021/22 de 47,7 Mt, que, de materializarse, sería la cuarta mejor en la historia. Dicha estimación conlleva una caída del 8% respecto del resultado 2020/21, equivalente a 4,3 Mt menos.
Tal como puede observarse en el gráfico, en los últimos 20 años, el maíz ha más que duplicado su superficie en Argentina. En 2021/22, de 7,9 M ha cubiertas con maíz, Córdoba sembró el 34%, Buenos Aires el 26%, Santa Fe el 13%, Entre Ríos el 6% y La Pampa el 4%.
Comercio exterior
El mercado internacional, que compra maíz para la producción de alimentos, es la principal fuente de demanda para el cereal argentino. Mientras que las industrias alimenticias y energéticas locales consumen un 30% de lo cosechado en el país, el 70% restante es comercializado como grano en mercados externos. El claro perfil exportador de la cadena tiene su razón de ser en una extraordinaria capacidad productiva local que se combina con una demanda doméstica de las industrias cárnicas y de biocombustibles relativamente menor.
En la campaña 2020/21, Argentina superó en exportaciones a Brasil y se consagró como segundo oferente a nivel mundial, detrás de Estados Unidos. Con exportaciones de más de 40 Mt, Argentina abasteció 22% del comercio mundial de maíz (185,8 Mt). En el año comercial 2021/22, se espera un importante crecimiento en el comercio global de maíz que ascendería a 203,7 Mt, mientras que las exportaciones locales se estiman en 33,5 Mt, por debajo de lo exportado en la campaña anterior. Consecuentemente, Argentina perderá participación de mercado esta campaña, con una oferta que abastecerá solo al 16% de la demanda externa internacional. Se espera, además, que el país vuelva a ubicarse como tercer proveedor global de maíz, siendo superado por Estados Unidos y Brasil.
Los principales mercados para el grano amarillo argentino continuarán siendo Asia, América del Sur y África. En 2020/21, Argentina abasteció el 22% de la demanda externa asiática con 18,5 Mt, el 42% de la sudamericana con 6,9 Mt y el 14% de la africana con 5,7 Mt.
Valor exportado
A partir del año 2015, cuando se eliminaron los cupos a la exportación para el cereal, y a pesar del permanente desincentivo de los Derechos de Exportación que gravan sus ventas externas, las exportaciones del cereal no han dejado de crecer. En el año 2021, el valor de las exportaciones de la cadena maicera ascendió a US$ 9.257 millones, representando el 12% de las exportaciones argentinas según datos publicados por el INDEC. Con esto, en una década la cadena duplicó su participación en el valor total exportado por Argentina, pasando del 6% en 2012 al 12% durante el último año.
El REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) de febrero, elaborado por el BCRA (Banco Central de la República Argentina), prevé exportaciones argentinas por un valor de US$ 78.188 millones para el año 2022. Mientras que, de acuerdo a estimaciones propias actuales, el valor exportado por la cadena del maíz en el año calendario 2022 ascendería a US$ 9.445 millones. Vale aclarar que ambas cifras son estimaciones tempranas que se realizan, además, en un contexto de amplia incertidumbre en los mercados mundiales fuertemente afectados por el conflicto bélico ruso-ucraniano. Dada esta incertidumbre que impacta flujos comerciales y precios FOB, se espera que el valor exportado por el complejo maicero represente el 14% del valor exportado por Argentina en 2022.
Derechos de Exportación
Además de las altas cargas impositivas internas, comunes a muchas actividades económicas en Argentina; el Estado Nacional grava también fuertemente las exportaciones de maíz. Actualmente la alícuota de los Derechos de Exportación (DEX) sobre las ventas externas del cereal asciende al 12% del valor FOB.
Según estimaciones propias en base a datos mensuales de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), exportaciones, precios FOB y tipo de cambio oficiales se tiene que las exportaciones de la cadena maicera dejarían al fisco US$ 643 millones en 2022 (únicamente en materia de DEX). Este aporte estimado conlleva un aumento del 7% respecto al estimado en 2021.
Por Desiré Sigaudo – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario