Los primeros veinte días del mes dejaron magros aportes pluviales en vastos sectores del país con reductos puntuales don de la oferta fue más generosa, aunque igualmente insuficientes. Debemos aclarar que en casi todas las semanas hubo momentos de inestabilidad, aproximadamente cada siete días se dieron algunas precipitaciones, pero en todos los casos, predominaron los eventos con acumulados modestos, algo que parece haber comenzado a revertirse en esta última parte de febrero. Las lluvias que se están observando hoy en gran parte de la región pampeana, con mejoramientos temporarios durante mañana, tendrán continuidad durante el fin de semana, incluso podrían extenderse hasta los primeros días de la próxima semana.
El mes de febrero se ha mantenido con temperaturas moderadas. Con la zona de alta presión posicionada sobre el océano pero frente a las costas bonaerenses, ha predominado el viento del este o del sudeste, una circulación atípica para la época del año. Esto modera el régimen térmico pero también impide la presencia de masas de aire húmedo de buen potencial pluvial. Los sistemas frontales avanzaron semanalmente, no estuvieron bloqueados, sin embargo, la disponibilidad de humedad fue baja y en consecuencia la eficiencia de los sistemas precipitantes se vio muy resentida. Esto como mencionamos, tuvo un mejor funcionamiento sobre la franja oeste del país. Claramente como consuelo de la mala performance pluvial debe considerarse que el comportamiento térmico estuvo muy lejos de volver a lo vivido en la primera parte de enero.
Esta transición húmeda hacia el mes de marzo es un poco tardía, pero igualmente son benéficas para el estado de los cultivos. A medida que fueron transcurriendo las semanas del mes de febrero, la demanda de las coberturas exigieron las reservas sin que hubiera una suficiente reposición a través de las precipitaciones. En consecuencia, la estrechez de humedad predominaba en forma generalizada en gran parte de la zona núcleo, antes de que comenzara esta nueva ventana húmeda.
Aun con la validación de las lluvias previstas para esta última parte de febrero, es reconocible que el panorama está lejos de ser el adecuado. Seguramente en muchos sectores, sobre todo la soja, no transitó el mes de febrero en sequia plena, sin embargo la condición de humedad que vino acompañando su floración ha sido ajustada, seguramente con tendencia a forzar recortes en los rendimientos. El beneficio de las precipitaciones con que cierra el segundo mes del año, posiblemente quede más ligado a un cese en el deterioro del estado de las sementeras, más que a una recuperación de los cuadros. Por cómo ha sido la recuperación de las precipitaciones desde mediados de enero, deberían concretarse mejores resultados en el sudeste de CB, oeste de BA y áreas del norte de LP.
Como se viene proyectando la transición hacia el mes de marzo, el
comportamiento de las precipitaciones parece marcar una tendencia hacia un
escenario más cercano al normal. Por cierto lo que hay que recuperar es mucho,
pero de validarse un panorama más húmedo para las próximas semanas, ya podríamos
confirmar una menor incidencia del fenómeno La Niña.
Independientemente del impacto negativo que tuvo el fenómeno La Niña en las precipitaciones, el despliegue de las temperaturas extremas de finales de diciembre y la primera parte de enero será el factor determinante que presentó esta campaña a la hora de analizar los resultados finales.