Este nivel de alerta indica la necesidad de implementar medidas preventivas y de protección para atender esta emergencia dentro de lo cual el contar con apoyo aéreo hidrante es condicionante y estratégico para permitir el accionar de las brigadas en terreno, aportando seguridad al combate de los incendios y reduciendo las posibilidades de expansión del mismo.
La Asociación Forestal Argentina (AFoA) ha enviado una nota al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MAyDS) Juan Cabandié solicitando la urgente disposición de al menos cuatro aviones hidrantes en la zona de la Mesopotamia. La región sufre una sequía que ha llevado los indicadores de riesgo de incendios a una situación EXTREMA, con focos múltiples e incendios que ya han causado estragos importantes. En la última semana se han quemado alrededor de 5.000 ha de plantaciones forestales solo en Entre Ríos. En Corrientes, se han detectado más de 370 focos de incendios solo este mes.
Actualmente existen condiciones ambientales críticas por la que atraviesa la cuenca de la Mesopotamia. Existen indicadores, utilizados para establecer los índices de incendio, que se encuentran muy por encima de los valores testigo - observable. El índice de carga de combustible disponible para ignición se encuentra cerca de los máximos históricos por lo que en caso de darse focos de incendio serán de comportamiento extremo y catastrófico.
El déficit hídrico reinante, producto de la sequía prolongada, las altas temperaturas y los fuertes vientos determinaron la implementación de ALERTA ROJA para la mayoría de las cuencas forestales que componen cada una de las provincias. Este nivel de alerta indica la necesidad de implementar medidas preventivas y de protección para atender esta emergencia dentro de lo cual el contar con apoyo aéreo hidrante es condicionante y estratégico para permitir el accionar de las brigadas en terreno, aportando seguridad al combate de los incendios y reduciendo las posibilidades de expansión del mismo.
Por lo descripto, además del apoyo aéreo, se le ha solicitado al MAyDS que implemente en forma urgente una fuerte campaña de difusión nacional que permita la sensibilización y concientización de las personas, en particular de los turistas, para prevenir conductas que pueden producir incendios, como es hacer fuegos para asado, tirar colillas encendidas, etc. Muchos de los focos de incendios se tuvieron su origen en las banquinas, por colillas de cigarrillos.
Como medida de prevención, se ha solicitado, además, la intervención activa del MAyDS para promover con los referentes necesarios, la limpieza debajo de tendidos eléctricos y los espacios cercanos a las vías del tren del Ferrocarril General Urquiza, dos fuentes de inicio de incendios importantes en la región.
Los incendios están produciendo distintos impactos humanos, ambientales y económicos, como accidentes en rutas, pérdidas forestales en plantaciones con promoción del Estado y un fuerte estrés tanto en las personas que están para combatirlo como en aquellos que sufren las pérdidas. Se requiere con urgencia el apoyo de la Nación tanto para prevención como para combate de incendios para reducir los riesgos ante una situación que tiende a ser catastrófica.
Este año nuevamente se han registrado récords de temperaturas a lo que se ha sumado una temporada de sequías en amplias regiones y los incendios rurales se presentan como un fenómeno global creciente. Argentina no ha escapado de esta realidad y los incendios que se multiplican en el sur, centro y este del país, han generado un alto impacto en el ambiente, en la producción y en las personas. Las políticas de prevención y presupresión de incendios rurales y forestales son imprescindibles para acotar los riesgos crecientes de propagación del fuego.
Ambos conceptos son necesarios para un manejo integral de los incendios. Por un lado, la prevención se define como el conjunto de actividades coordinadas tendientes a reducir o evitar la probabilidad de que se inicie un fuego. Incluye tanto tareas de sensibilización en la sociedad y control de conductas peligrosas (por ej. quema de pastizales en condiciones inadecuadas) como la detección temprana de los focos ígneos y la reducción de combustibles. Por su lado, la presupresión incluye a aquellas actividades que se deben realizar para estar preparados para una acción efectiva de supresión. Incluye la planificación de los recursos, la capacitación de los brigadistas, la adquisición de equipos y suministros, el mantenimiento de equipos contra incendios y mejoras en e l control de incendios y la negociación de acuerdos de cooperación y/o ayuda mutua público privada.
"Los incendios rurales en general y forestales en particular son uno de los disturbios que más afectan e impactan a la población y los recursos naturales en distintas escalas. Además de poner en riesgo vidas humanas, pueden producir pérdidas de activos económicos y de recursos naturales de alto valor. El manejo de los incendios rurales difiere de los urbanos o de estructura. El manejo del fuego rural requiere de una política integral: la prevención (que incluyen desde la información a la sociedad a la reducción preventiva de combustible de acuerdo a los ecosistemas); la detección, alerta temprana y el ataque rápido con recursos humanos, sistemas de información y tecnología adecuada; y dada la estructura federal del país, la coordinaci&oacu te;n interjurisdiccional de acuerdo a los alcances del siniestro. La probabilidad de que los incendios rurales se produzcan y que una vez producidos - puedan ser suprimidos en forma segura para las personas, con rapidez y daño acotado en el territorio - depende directamente de la coordinación en la aplicación integral de políticas, herramientas y recursos adecuados en la prevención, supresión y combate de los mismos. En este sentido, la formación adecuada de los combatientes de incendios, con pautas estandarizadas es imprescindible para un trabajo seguro y coordinado en todo el territorio nacional" opina Osvaldo Vassallo, presidente de AFoA.