El filósofo Nassim Taleb desarrolló la teoría del “Cisne Negro”, la cual constituye una metáfora que describe un suceso que resulta sorpresivo para el espectador, de gran impacto socioeconómico y que, una vez pasado el hecho, se racionaliza por retrospección, haciendo que parezca predecible y dando impresión de que se esperaba que ocurriera.

Pues bien, esta semana parecen haberse posado dos cisnes negros sobre la realidad del planeta, y claro que el mundo financiero y las cotizaciones de nuestros productos no quedaron al margen de la profunda incertidumbre por ellos causada.

Tropas rusas frente a Ucrania

La semana pasada, se supo que la diplomacia polaca pidió desde Varsovia a los países de Europa que mantuvieran la atención sobre lo que está sucediendo en el extremo oriental del continente. El presidente polaco Andrzej Duda visitó el jueves el cuartel general de la OTAN, en Bruselas, y solicitó formalmente el despliegue de tropas en el límite oriental del continente, ante los conocidos movimientos de tropas rusas en el límite con Ucrania. En efecto el 41° Ejército de Armas Combinadas de Rusia se movilizó hace meses desde su centro de operaciones en Siberia hacia la zona de Bielorrusia y el límite con Ucrania para “realizar ejercicios militares”. Movimientos que fueron denunciados hace dos semanas por la inteligencia norteamericana. Duda pidió al secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, mayor vigilancia estratégica, algo similar a los patrullajes aéreos que ya se realizan sobre las tres Repúblicas Bálticas: Estonia, Letonia y Lituania.

Omicron

Más allá de ser la decimoquinta letra del alfabeto griego, “OMICRON” es el nombre con el que la Organización Mundial de la Salud denominó la nueva variante del COVID-19, también llamada B.1.1.529, descubierta el 22 de noviembre pasado en Sudáfrica. Una variante que, al parecer, posee una altísima transmisibilidad y ya puso en alerta a varios países, algunos de los cuales cerraron la entrada de extranjeros provenientes del continente africano, por haberse detectado decenas de casos dentro de sus territorios. Entre ellos tenemos a Israel, Japón y Reino Unido, Paises Bajos, Dinamarca, Bélgica, Alemania, Italia y Francia.

Una vez más pedimos disculpas por la perorata que parece no tener nada que ver con nuestro Mercado de Granos, pero recuerden que muchas veces es más importante y determinante para las cotizaciones de nuestros productos, el contexto global, que la propia situación actual de Oferta y Demanda de mercadería física. Vale repetir que en el mercado de Chicago operan grandes actores que utilizan los commodities agrícolas como un activo más dentro de sus carteras de inversión en activos financieros, motivo por el cual cualquier situación disruptiva que les genere incertidumbre y los empuje a la búsqueda de “Refugio y Resguardo de Valor”, impacta negativamente sobre las cotizaciones en Chicago de nuestros productos al igual que sobre el resto de los activos financieros que cotizan en las Bolsas del planeta.

Dos factores adicionales

A lo descripto anteriormente debemos sumarle dos factores adicionales que no son cisnes negros, pero también están incidiendo negativamente sobre nuestros precios.

Por un lado, el presidente Biden, ha decidido liberar 50 millones de barriles de sus reservas estratégicas de petróleo con el claro objeto de reducir el precio del Barril de Crudo, cotización que, casi se duplicó durante 2021 y está incidiendo muy fuertemente sobre la Inflación en Estados Unidos.

Inflación anual que alcanzó el 6,20% en octubre, lo cual para ellos constituye un indicador realmente preocupante y está minando la imagen del presidente Biden en la sociedad americana. En simultáneo invitó a países centrales del planeta a replicar su iniciativa. En efecto, China, India, Japón y Reino Unido imitarán a Estados Unidos con el mismo objeto, frenar sus escaladas de precios minoristas. La reducción en el precio de los energéticos podría incidir negativamente sobre el precio de los aceites vegetales que se utilizan para la producción de Biocombustibles, aceites que han mostrado una escalada muy relevante desde inicios de año hasta hoy y nos dio una mano grande sobre el precio de la Soja y el Girasol disponibles en Argentina.

Por otro lado el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ratificado en su cargo por cuatro años más hace pocos días, anunció a principios de este mes, y por primera vez desde Marzo de 2020, una reducción de U$D 15.000 millones de dólares por mes sobre los U$D 120.000 millones mensuales que inyecta desde aquel momento sobre los bonos del tesoro americano, manteniendo artificialmente alto su valor de mercado y en consecuencia artificialmente baja la tasa de interés implícita de cada uno de ellos. Esta decisión persigue el mismo objetivo que Joe Biden, luchar contra la escalada inflacionaria en su país. Y en este caso, los efectos ya comenzaron a explicitarse, pues desde aquel anuncio, las tasas implícitas de los bonos a 2, 3 y 5 años subieron entre un 30% y un 50%. Esta suba de tasas constituye una “aspiradora de capital” que vuela hacia esos activos considerados de riesgo cero, vuelo que se acelera en un contexto particularmente complejo como el que describimos al comienzo.

Mientras tanto en la Argentina, la mala de siempre

El negocio agrícola argentino continúa navegando en un mar de incertidumbres que presenta el maremoto de delirios de siempre pero más complejo que nunca. Navega sobre un barco sin capitán en el timón, y un equipo de tripulantes que discuten sobre el rumbo a tomar en el medio del oleaje. Con instituciones que muestran no tener la más mínima idea de cual es el futuro que le plantean a la economía real y la obligan a entrar en modo “supervivencia” buscando planificar algún futuro en ausencia de expectativas ciertas.

La buena de hoy

El sector agrícola no está exento del presente institucional en el cual lo más claro es la confusión. Sector sobre el cual, y sólo a modo de ejemplo del delirio reinante, el Ministerio de Agroindustria cerró el Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior de Maíz 20-21 el 11 de octubre pasado, aduciendo que los 38,50 millones de toneladas exportadas eran lo máximo aceptable para poder “defender el abastecimiento del consumo local” y el 16 de noviembre pasado, es decir 36 días después abrió nuevamente el Registro de Ventas al Exterior por 1 millón de toneladas más, quizás presionado por la desesperante escasez de divisas. Más allá de vergonzosas idas y vueltas a las que estamos acostumbrados, no podemos dejar de ver y aprovechar un contexto de precios tanto disponibles como de mercadería 21-22 excepcionalmente bueno por donde se lo mire. Una vez más recordemos que en mayo 2020 teníamos soja disponible de U$D 207/tn y Maíz disponible de U$D 114/tn, mientras que hoy la realidad nos ofrece U$D356/tn y U$D 207/tn respectivamente.

Yendo a la gestión

Con los valores actuales y en el contexto actual, tanto global como local, tanto para la mercadería disponible, como para la 21-22, NO podemos dejar pasar estas cotizaciones, vendiendo como mínimo para cubrir absolutamente todos los vencimientos de corto y mediano plazo, es decir hasta julio o agosto 2022. Y más aún con las lluvias recibidas durante los últimos días, a partir de las cuales más de un cliente nos preguntaba si la Niña decidió cambiar de sexo. La sugerencia de siempre pero más vigente que nunca es acompañar aquellas ventas con compra de CALLs para no quedar enyesados en el precio de venta del forward, con tantos meses por delante y en un mundo absolutamente incierto.

¡MANOS A LA OBRA…QUE LA MESA DE CAFÉ NO PAGA VENCIMIENTOS!

Por Hernán Fernández Martínez - Analista de Mercados y Docente de AgroEducación
Fuente: Agroeducacion