Este lunes 29, nuevamente la soja mostró bajas.
Tal como sucedió con el maíz, la soja sufrió las disminuciones en el precio del trigo, a consecuencia de una suerte de contagio.
Colaboraron en la baja, las recientes lluvias no solo en Argentina sino también en buena parte del área sojera de Sudamérica.
En el caso de nuestro país, las precipitaciones aseguran un buen desarrollo de la soja de primera y la siembra de la soja de segunda.
Habiendo avanzado la cosecha estadounidense casi hasta su final, la mirada del mercado se dirige a la evolución de la campaña en Brasil y en la Argentina, donde los pronósticos climáticos hablan de precipitaciones para los próximos días.
En el caso de Brasil, la siembra de soja habría avanzado cubriendo más del 90% del área prevista, según Safras & Mercado, contra poco más del 85% en su promedio histórico.
En tanto, los fondos de inversión continúan con una tendencia vendedora, a partir del nerviosismo generado en los mercados por los problemas económicos y de salubridad que traería la nueva cepa ”Omicron” (Covid).
La sociedad mundial no puede descansar de este flagelo.
Para colmo, la apreciación del dólar patea en contra de los valores de los granos y, por supuesto de la soja.
En el gráfico de abajo, se visualiza el comportamiento del dólar versus una canasta de monedas.
La curva nos muestra cómo desde el martes 9 de noviembre el dólar viene incrementando su valor, claramente en forma pronunciada.
El índice del dólar sigue avanzando con firmeza en Europa. El dólar ha subido a su valor máximo en 16 meses, frente al euro y la libra esterlina.
¿Por qué pasa ello?
La razón está en la tasa inflación récord en EE.UU. que llegó al 6,2% interanual: la más alta en tres décadas. Con este dato cada vez son mayores las expectativas de subas de las tasas de interés de la Reserva Federal el próximo año.
Pero no todo está mal… para el precio de la soja.
En el reciente informe semanal sobre inspección de embarques estadounidenses, el USDA relevó embarques, correspondientes al período 19 - 25 de noviembre, por 2.142.844 toneladas.
Este volumen está por arriba del previsto que era de 1 a 2 millones de toneladas.
Algo es algo.
La esperanza de mayor firmeza en los precios se encuentra, de ahora en adelante, mucho más en la demanda que en la oferta futura prevista.