Desde el inicio de la expansión del COVID-19, los precios de los fletes marítimos han estado expuestos a fuertes shocks de demanda que le imprimieron gran volatilidad. Durante los primeros meses del 2020 los valores de los fletes cayeron contundentemente reflejando una caída inicial en la demanda de mercancías, y el hundimiento del valor de los combustibles. La situación vigente año y medio atrás, contrasta notablemente con el panorama actual del comercio internacional con cotizaciones de fletes que alcanzan máximos en 11 años. La fuerte suba de los fletes para el transporte de cargas secas a granel (dry bulk) se debe principalmente a la reactivación de la construcción de infraestructura en varias regiones que ha traccionado una gran demanda de mineral de hierro. Además, el fuerte incremento de las importaciones de commodities agrícolas por parte de China ha sumado presión a los fletes de cargas a granel.


Comparando la situación actual en relación con un año atrás, podemos ver que los embarques a Asia, destino de más del 40% de los productos agroindustriales nacionales, se encarecieron en más US$ 40 por tonelada embarcada entre septiembre del 2021 y el mismo momento un año atrás. Enviar carga a Brasil medio, para citar otro caso, vía buque oceánico se encareció en unos US$ 10 por tonelada entre años.


Se estima que Argentina exportará en torno a 84,5 millones de toneladas de productos de la agroindustria (granos, aceites y harinas) al exterior en la campaña comercial 2020/21, considerando los productos más importantes de las cadenas de los 6 cultivos principales en el país (soja, trigo, maíz, girasol, sorgo y cebada).

Así, tomando en cuenta la distribución promedio de los embarques en las últimas campañas, podemos estimar el sobrecosto que genera el encarecimiento de los fletes marítimos en el último año. Se estima, en base a todo lo que se exportó y se espera exportar en la campaña 2020/21, suponiendo que este diferencial de precios se mantenga a lo largo de toda la campaña comercial, un sobrecosto cercano a los US$ 2.500 millones de dólares.


Es necesario aclarar que los destinos de exportación no se calculan por producto, sino que aplicando un promedio del número de buques que parten portando bienes agroindustriales desde nuestro país hacia cada uno de esos destinos, y que el cálculo solo computa la diferencia de costo total de transporte que implicaría exportar la totalidad de nuestros productos a los precios de septiembre de cada año.

Ese sobrecosto es asumido por ambas partes, tanto por los importadores como los exportadores, dependiendo la carga relativa que afronten ambas partes mayormente de las elasticidades-precio de la oferta y la demanda. Sin embargo, estos costos suelen ser mayormente absorbidos por la producción, porque las oscilaciones de precios de seguros y fletes por lo general repercuten más “aguas arriba” que “aguas abajo” de la cadena de producción y comercialización internacional.

Por Emilce Terré - Javier Treboux
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario