El clima predispone a la aparición de enfermedades foliares, donde el principal efecto es la disminución de la eficiencia de intercepción de radiación a través de la reducción del IAF (índice de área foliar) y de su duración. Frente a la defoliación, clorosis y senescencia producidas por las enfermedades, las plantas de soja pueden responder con la producción de nuevas hojas, principalmente a través del proceso de ramificación. Sin embargo, a medida que avanzan los estados reproductivos, los mecanismos naturales de tolerancia y resistencia se vuelven menos activos. Además, en su mayoría, con excepción de Cescospora kikuchii, presentan fructificaciones hidrofílicas, que necesitan agua para la liberación, remoción, diseminación y germinación de las esporas (Kantolicy Carmona, 2012). Esta es la razón por la cual un mayor número y frecuencia de horas de mojado foliar también explicarían un incremento de la intensidad de todas las EFC (Enfermedades de fin de Ciclo) (Yorinori, 2011). Por lo cual, las precipitaciones pueden ser consideradas como una importante variable que influye en la epidemiología de estas enfermedades.
Perspectivas climáticas durante Período Crítico de la Soja
Nuevas estimaciones del Instituto Internacional de Investigación de Clima y Sociedad, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, aportan datos sobre el comportamiento del clima para el próximo trimestre enero-marzo. Como es tradicional, las proyecciones se hacen mediante un mapa de precipitaciones y temperaturas (Foto 1).Los pronósticos de precipitaciones del periodo enero, febrero y marzo son consistentes en las conexiones esperadas de La Niña, advierten sobre una visión general del impacto de este fenómeno en el mundo. De acuerdo con las evidencias, está claro que las condiciones de lluvias por debajo de lo normal se mantendrán durante el verano y los indicios marcan que las condiciones secas se irán debilitando hacia el final del trimestre (International Research Institute for Climate and Socierty, 2020).
Foto 1: Probabilidad de precipitaciones y temperatura para los meses de enero, febrero y marzo.
Las precipitaciones son uno de los factores fundamentales para la expresión de las enfermedades, y se relaciona con la frecuencia y duración del mojado foliar, así como también, con la germinación y diseminación de esporas.
Por lo tanto, si bien los pronósticos alientan a un año con precipitaciones por debajo de lo normal, tenemos que estar atentos a las precipitaciones, que según el Ing. Agr. Marcelo Carmona, las lluvias que superen el umbral de 7 mm podrían contribuir con una energía mínima para producir dispersión horizontal y vertical de esporas desde los picnidios de Septoria glycines y Phomopsis, o acérvulas de Colletotrichum spp y también, para generar el mojado para la infección de conidios de Cescospora (Carmona et al., 2010)
Enfermedades de Fin de Ciclo en Soja
En estas fechas con cultivos de soja en estados reproductivos, nos acentuamos sobre el complejo de las enfermedades de fin de ciclo (EFC), denominadas así porque los síntomas y signos se manifiestan en los períodos reproductivos intermedios y avanzados, pero esto no quiere decir que de manera implícita comiencen en ese momento, sino que pueden comenzar antes; además añadir que son varias las EFC citadas para nuestro país, representando una significativa limitante de los rendimientos. Presentan sus síntomas más evidentes en las etapas de generación del rendimiento, aceleran la senescencia de las plantas y disminuyen el número y peso de los granos y, algunas de ellas también la calidad de la semilla.
Las EFC de mayor prevalencia en Argentina son: tizón de la hoja y mancha púrpura de la semillas (Cercospora kikuchii), antracnosis (Glomerella glycines; Colletotrichum truncatum), mancha marrón (Septoria glycines), tizón de la vaina y tallo (Phomopsis sojae), mildiu (Peronospora manshurica), mancha ojo de rana (Cercospora sojina), mancha anillada (Corynespora cassiicola), mancha foliar por Alternaria (Alternaria spp.), Roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi), pústula bacteriana (Xanthomonas campestris) y tizón bacteriano (Pseudomonas siringae).
Estrategias de control
Las principales estrategias para el control de enfermedades incluyen el uso de cultivares resistentes y/o tolerantes, tratamiento de semillas, uso de prácticas culturales (rotación de cultivos, fechas de siembra, densidad de plantas, etc.), esto es muy importante ya que la mayoría de los agentes etiológicos de las mismas sobreviven en los rastrojos. También sumar la aplicación de fungicidas, el control químico durante el cultivo a través de la pulverización en los órganos aéreos es una medida de control rápida y eficiente, cada vez más difundida en Argentina, ya que gran parte de la producción sojera se hace bajo monocultivo con presencia de rastrojo de soja en superficie, y la mayoría de los cultivares son susceptibles a las EFC.
Los resultados de numerosas experiencias muestran una tendencia favorable para el uso de fungicidas, aunque varía de acuerdo con la región considerada, momento de aplicación y es muy dependiente del ambiente del año de la aplicación (Formento et al., 2001; Arévalo, 2002; Ploper et al., 2003; Arias et al., 2004). De esta manera, la importancia de las EFC en soja justifican la estrategia de utilizar fungicidas para evitar daños y pérdidas y por ello resulta necesario determinar la eficiencia de diferentes moléculas y sus mezclas para este complejo fúngico.
Herramientas de Control de Summit Agro Las moléculas más frecuentemente utilizadas para el control de las EFC son las mezclas de estrobilurinas más triazol (Carmona et al., 2017b) que ofrecen mayor persistencia, amplio espectro de control, acción protectora y curativa, y evitan la generación de resistencia fúngica (Reis y Carmona, 2013).
Summit Agro ofrece para la protección del cultivo de Soja, RACE RM, un fungicida formulado con Metominostrobin, una estrobirulina con acción sistémica multidireccional más un triazol Tebuconazole de amplio espectro.
Su acción sistémica multidireccional, se traduce en mayor velocidad de penetración y movilidad dentro de la hoja, tanto ascendente, descendente como translaminar, interfiriendo en el crecimiento del micelio de un gran espectro de hongos patógenos y al mismo tiempo actuando sobre la germinación de esporas.
Innovación en la protección del cultivo
Summit Agro incorpora una nueva herramienta, HOWLER, un bio-lógico, bio-inductor y bio-activador, de las defensas naturales de las plantas para hacerle frente no solo a las enfermedades sino tambien al estrés ambiental.
Es un elicitor que induce el Sistema de Defensa Vegetal (ISDV). Está formulado a base de proteínas naturales que producen la activación de las vías de señalización hormonales de la defensa de las plantas. Induce a las plantas a expresar su máximo potencial de defensa, ya que induce la producción de etileno, ácido salicílico y ácido jasmónico, responsables de frenar el avance de patógenos necrotróficos/saprófitos y biótrofos
Se trata de proteínas solubles extraídas de un patógeno fúngico de la frutilla llamado Acremonium strictum SS71. Cuando se aplica HOWLER, la planta reconoce la proteína componente de la formulación y activa una cascada de eventos de defensa que se inician en el lugar de la aplicación y luego se transmiten sistémicamente al resto de la planta.
La bio-activación con ISDV puede producir efectos adicionales relacionados a procesos fisiológicos como: fotosíntesis, absorción y distribución de nutrientes, tolerancia a estreses abióticos y reproducción mediante cambios en la expresión de genes.
¿Por qué usar HOWLER?
HOWLER mejora el estado general de la planta para que este mejor preparada para defenderse de los diferentes estrés que pueden ocasionarle factores abióticos, como bióticos como enfermedades fúngicas, e inclusive, ante las condiciones climáticas que venimos transitando, podemos agregar el stress producido por insectos como arañuelas y trips que ya se empiezan a observar en los monitoreos de la zona núcleo del país. Sumado a todo ellos, es un producto banda verde (biológico), sin restricciones de uso, seguro para el usuario y el consumidor, aplicable en zonas periurbanas como agricultura orgánica.
La recomendación son 2 l/ha entre los estadios R1 a R5de manera preventiva o con poca presencia del inoculo, logrando retrasar el ingreso del patógeno a la planta, generando mejor relación costo/beneficio en comparación con un fungicida. Otra opción es en zonas con altas presiones de inóculo y altos potenciales de rinde, acompañando al fungicida, obteniendo un plus en el rendimiento y mejorando la relación costo / beneficio.
Resultados de HOWLER en Soja
A continuación, se muestra los ensayos realizados con Howler en diferentes localidades sobre cultivos de Soja, durante la campaña 19-20, mostrando el costo/beneficio medido en Kg/ha., de tres tratamientos: Howler, Howler + Fungicida y Fungicida únicamente. Los resultados obtenidos muestran en promedio un incremento de +108 kg/ha en el uso del ISDV, superando al tratamiento fungicida con solo +91 Kg/ha de incremento. También podemos observar que la mejor repuesta está dada por la combinación de ambos productos obteniendo en promedio un diferencial positivo de 193 Kg/ha.
Cuadro 1: Red de ensayos realizados durante la campaña 19-20 en diferentes localidades sobre cultivos de Soja.
A modo de resumen en el siguiente cuadro observamos las diferentes repuestas en Kg/Ha de los tratamientos evaluados en 5 campañas.
Cuadro 2: Rendimientos testigo y respuesta por tratamiento (Kg/Ha) en Soja. Promedios anuales 2013 a 2017.
Para complementar los ensayos anteriores, se muestran las fotografías de evaluaciones visuales en diferentes estadios fenológicos.
Bibliografía:
Antonio Ivancovich. Inta Pergamino. Enfermedades de Soja: Diagnostico y manejo.- Marcelo Carmona; et al. 2011. Uso de mezclas de azoxistrobina y triazoles para controlar enfermedades de fin de ciclo de la soja.
- Carmona M.A., Sautua F.J. 2017. XXV Congreso Aapresid.
Fuente: Summit Agro