El listado lo componen la seca, el precio y la oferta de terneros de
invernada, el valor del maíz, la demanda China y la cotización del dólar.
Con respecto a los posibles impactos de la seca en la disponibilidad de pasto
y en la evolución de la cría vacuna el analista dijo que el año pasado el stock
vacuno ya cayó en cerca de 500 mil cabezas y que se espera que en el próximo
destete haya entre 300 y 400 mil terneros menos a lo que hay que sumar los
problemas en la preñeces que se están dando en esta primavera lo que reduciría
la oferta de terneros en 2022.
Menos terneros significa menos ganado para engordar y en definitiva menos
producción de carne lo que sólo se podría revertir con un salto muy grande el
peso de faena al que consideró “una gran desilusión” debido a que sus
variaciones fueron mínimas en estos años. Además con los precios que tiene el
maíz y que se supone se mantendrán firmes tampoco habría mucho incentivo al
engorde de vacunos.
La segunda variable es el precio del ternero de invernada que sigue
aumentando. Iriarte explicó que la oferta es reducida, que los terneros
disponibles en esta época del año significan el 25% de lo que había en la zafra
y que por eso el precio del ternero que venden los criadores están 35/40% por
encima del valor del gordo. Eso agregado al encarecimiento del maíz complica a
los feedlots.
El punto es que se supone que como se estima un achique del stock habrá menos
terneros y por consiguiente mayores posibilidad de que sus valores se afirmen y
además también sería caro el alimento.
En tercer término destacó el precio del maíz, consideró que esta es una
variable fundamental para entender e ir analizando lo que pueda suceder con la
producción de ganado para la faena.
El maíz disponible tuvo un crecimiento interanual en torno al 80% lo que
significa un crecimiento de al menos 40% en términos reales y los temores a una
mayor devaluación hacen que muchos productores se muestren reacios a venderlos y
más a los feedlots que tienen menos poder de compra que los criaderos de cerdos
o pollos.
Iriarte consideró que todo indica que el precio del maíz seguirá firma sobre todo si se tiene en cuenta la creciente demanda China por el grano que busca a su vez recomponer sus stocks de cerdos e incrementar la producción de carne pollo al tiempo que seguiría importando más carne vacuna.
En este contexto considero que el engorde a corral tendería a ser de ciclo corto para reducir la incidencia del maíz en el proceso productivo y con esos animales se abastecería al mercado interno.
El valor de maíz entonces será clave en la definición de cuánta carne vacuna
se produzca el año que viene.
Una cuarta variable es el valor del dólar. Si el peso se sigue devaluando el
maíz disponible tendrá todavía un precio mayor pero al mismo tiempo el dinero
que entre al negocio se utilizará para reponer hacienda porque es una forma de
escapar de los pesos, y eso fue lo que se vio desde el arranque del año.
En este punto destacó lo que pasó con la industria frigorífica que de la mano
de más exportaciones hizo inversiones en frío, playas de faena y otras obras de
infraestructura y al mismo tiempo dijo que alentará a que más operadores quieran
entran al negocio de la venta a China. En tal sentido destacó que hay matarifes
que antes sólo vendían al consumo que ahora están exportando produciendo carne a
fasón.
Muchos de esos exportadores liquidan una parte de los negocios al tipo de
cambio oficial y otra a través de los dólares financieros lo que les mejora el
poder de compra y por eso el recorte en la brecha entre el precio de la vaca y
del novillo.
Del lado del productor destacó que seguiría la incertidumbre cambiaria que
este año impulsó los precios de los terneros.
En quinto lugar señaló la demanda de China por carne vacuna. “China está
recomponiendo sus stocks de cerdos, incremento en 3,5 millones de toneladas la
producción de pollos pero no puede hacer con lo mismo con la carne vacuna por
eso seguirá comprando y Argentina junto con los países del cono sur le seguirán
vendiendo”.
Sobre el cierre de la charla hizo un comentario respecto de las perspectivas
para la hacienda con destino a faena. Dijo que se espera una posible primera
etapa de suba más marcada hacia fin de año y otra durante enero para lo cual se
combinarían dos cuestiones. Por un lado menos oferta de hacienda liviana, y por
otro un consumo que sigue firme y que está dispuesto a pagar. En efecto los
precios de la carne tal como lo informa el IPCVA aumentaron 55% cuando la
inflación promedio fue varios puntos menos.
Iriarte se detuvo en este punto para destacar la fortaleza del consumo que
dijo puede ser medido en función del gasto y resaltó que el consumo interno no
está dispuesto a comer menos de 50 kilos por habitante/año, por eso convalidó
subas en el mostrador y en el ganado superiores a la inflación.
La pregunta que nadie puede responder es si esa suba le servirá al engorde a corral para pagar las cuentas. Con los precios que tiene el maíz y que podrían aumentar tanto por cambios en la cotización internacional como por la devaluación del peso el ganado debería valer, según sus cálculos, 160 pesos o más por kilo vivo lo que implica una mejora de 30% respecto de los valores actuales.