Las últimas semanas continuaron estando marcadas por la continuidad de la presión sobre las reservas y el tipo de cambio oficial que, en última instancia, se originan en la profundidad de los desequilibrios monetarios y fiscales en el marco de la pandemia. La variable central para entender la sostenibilidad del esquema cambiario son las operaciones del BCRA en el mercado. En ese sentido, dado que la autoridad monetaria se encuentra vendiendo dólares de manera casi continua, y teniendo en cuenta que las reservas son limitadas, eso llevará, eventualmente, a la adopción de nuevas medidas o a una corrección del tipo de cambio oficial.
En caso que el Gobierno no logre estabilizar las ventas de divisas, el tiempo restante hasta una devaluación del tipo de cambio oficial viene determinado por la cantidad de reservas. Al respecto, vale señalar que existe un grado importante de incertidumbre asociado a cuántas son las reservas que se encuentran efectivamente disponibles en efectivo, o son fácilmente convertibles a efectivo, para intervenir en el mercado de cambios. Más en detalle, empleando un cálculo conservador1, las reservas brutas alcanzan alrededor de 40.500 millones de USD, pero las netas rondarían sólo 5.400 millones de USD.
Intervención cambiaria del BCRA– USD millones
Fuente: Movimiento CREA sobre la base a BCRA.
En este marco, las cotizaciones paralelas del dólar tuvieron una fuerte alza,
especialmente desde mediados de septiembre y, actualmente, la brecha entre las
cotizaciones oficial y blue (146%) es la mayor desde los años 70. En parte, ello
respondería al propio endurecimiento de los controles cambiarios llevado
adelante por el Gobierno, teniendo en cuenta que restringir el acceso al dólar
oficial empuja más demanda al paralelo y, al mismo tiempo, restringe la oferta
en los mercados alternativos al reducir la cantidad de gente que puede,
potencialmente, comprar la divisa al precio oficial para venderla en el dólar
blue. Al margen de los motivos de la suba, lo cierto es que la magnitud de la
brecha cambiaria distorsiona fuertemente los incentivos que enfrentan los
agentes económicos, que buscan, por distintos medios, acceder al dólar oficial
“barato” y pone mayor presión sobre el mercado oficial. Por ejemplo, para el mes
de agosto, según reportó el INDEC, las importaciones crecieron 3,1% interanual,
lo cual es muy inusual considerando que, en el mismo periodo, la actividad
económica se retrajo 11,6% interanual y ambas variables suelen estar altamente
correlacionadas.
Otro punto a señalar es que, desde la implementación de las primeras restricciones por parte del BCRA a mediados de septiembre, se reanudó la salida de depósitos en dólares de los bancos que había comenzado desde las PASO de 2019. Puntualmente, desde el 15/09 se retiraron 2.212 millones de dólares. Si bien el sistema bancario esta solvente para enfrentar los retiros, con muy pocos préstamos en dólares otorgados y la mayoría del dinero disponible en efectivo, la situación es un reflejo de la desconfianza generalizada en el rumbo económico y, especialmente, cambiario.
En suma, a pesar de la batería de medidas recientes la situación cambiaria continúa siendo delicada en la medida que el BCRA sigue teniendo que vender divisas, las reservas son escasas y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo elevada. Dada la incertidumbre sobre la cantidad de reservas disponibles en efectivo, la pregunta relevante es cuánto margen de maniobra le queda al Gobierno para seguir intentando estabilizar la situación.
Depósitos y préstamos en USD – sector privado, millones de USD
Fuente: Movimiento CREA sobre la base a BCRA.