El BCRA tiene menos de US$ 10.000 millones de reservas netas y no está acumulando. Más allá del superávit comercial mensual de US$ 1.500 millones, el cepo de US$ 200 y la Comunicación A 7030, el BCRA está perdiendo reservas. Hay factores adicionales que preocupan: las importaciones están por el piso; el “rojo Ezeiza” está suspendido por la cuarentena y estamos en los meses de mayor liquidación del agro. En resumen, hay pocos dólares y la tendencia es que haya menos.
La falta de dólares será un limitante a la recuperación. “Seguimos advirtiendo que el mayor riesgo que tiene la actividad es la falta de divisas, que obligaría al BCRA a endurecer el cepo a importaciones y esto frenaría la recuperación. En este contexto, mantenemos nuestra proyección de una caída del 12% del PIB para 2020”, sostiene Fernando Marull (FMyA) en su reporte semanal. Según Marull, el rebote de la actividad que el Indec informó para junio continuó en julio (proyecta una EMAE cayendo 10% interanual), “aunque desde ahora el rebote perderá fuerza”.
Por cierto, también preocupa un nuevo acogotamiento externo. Según FMyA, las probabilidades de una crisis cambiaria son cada vez mayores. La semana pasada, el BCRA siguió devaluando 5 centavos diarios, pero no habría vendido reservas, luego de vender casi US$ 740 millones en lo que va de agosto.
Según el reporte, las reservas netas están en US$ 8.4000 millones, incluyendo unos US$ 4.000 millones en oro: hay 2 millones de onzas. “Por eso no sorprenderá que el BCRA endurezca nuevamente el cepo al dólar ahorro (tarjeta y/o turismo) y luego siga con importaciones (de bienes finales). Esto es lo que asumimos en nuestro escenario macro base. Pero endurecer el cepo y seguir devaluando el dólar oficial al nivel de la inflación (la proyección de agosto es 3%), no evitará otra crisis cambiaria, solo la pospone. Por eso hoy, un escenario pesimista se hace más probable, donde el BCRA termina sincerando el dólar oficial. En este desenlace (escenario pesimista), imaginamos un deja-vu de enero de 2014, con el dólar ubicándose en niveles de $100 de hoy (+30%), que llevaría a la competitividad del dólar que heredó Néstor Kirchner, en mayo de 2003”, concluye Marull. Un escenario que el BCRA quiere evitar, pero que cada vez se le complica más.
Fuente: El Economista