La tendencia relevada al presente informe muestra gran heterogeneidad, producto de las variadas realidades regionales durante la presiembra. La recuperación del precio del cultivo en los últimos meses permite mantener una favorable relación insumo-producto en comparación a campañas previas, resultando clave en las zonas donde se mantiene la superficie destinada al cultivo. Pero en paralelo, las reservas hídricas ajustadas con las que se inicia la ventana de siembra en el este del área agrícola, ponen un límite a la cantidad de planteos tempranos que podrían sembrarse en estas regiones. Bajo este escenario, se proyecta una superficie total destinada al cereal de verano de 6.200.000 hectáreas para esta campaña, reflejando un descenso interanual de 100.000 hectáreas (-1,6 %), y manteniéndose un 13 % sobre el promedio de las últimas cinco campañas.
En cuanto a las variaciones zonales, los Núcleos Sur y Norte presentan una escasa reserva hídrica, que provocaría una reducción en el área destinada a siembras tempranas. Sobre la provincia de Córdoba, donde gran parte de los planteos se vinculan con siembras tardías, la intención se mantiene cercana a la campaña previa. Hacia el norte del área agrícola la imposibilidad de concretar la intensión de siembra de trigo y luego girasol en la provincia de Chaco, daría lugar a una leve expansión del maíz. Mientras tanto en el sur del área agrícola, la regular campaña de soja 2019/20 que transitaron los productores promueve la siembra del cereal como una alternativa más estable en la rotación en este nuevo ciclo.
La evolución de las variables climáticas y de mercado durante la ventana de siembra temprana serán determinantes para concretar la actual estimación de superficie. Afortunadamente, los productores cuentan con la posibilidad de diferir la fecha se siembra hacia los meses de verano, con la siembra de planteos tardíos. Las primeras consultas sobre la relación temprano-tardío para este nuevo ciclo comienzan a marcar un incremento de estos últimos, dadas las actuales perspectivas climáticas.
Escenario climático
En la segunda quincena de agosto dará inicio la siembra temprana de maíz 2020/21 en las provincias de Entre Ríos y Santa Fe. La perspectiva climática pronostica lluvias moderadas durante septiembre, que en conjunto con reservas hídricas ajustadas relevadas al día de hoy, ponen un interrogante en la evolución de las labores. Ya hacia el mes de octubre, las lluvias comenzarían a registrarse en el este del país, tendencia que se reafirmaría en el mes de noviembre.
Ingresando al verano, las lluvias continuarían relevándose con valores normales sobre gran parte del área agrícola. A pesar de esto, se observan registros moderados en sectores de las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero y Córdoba. Durante febrero, las precipitaciones se concentrarían en el este y norte del país, y se prevén valores moderados en el sur y oeste del área agrícola.
La presente perspectiva muestra una recuperación tardía de las reservas hídricas de los perfiles en el este del área agrícola, comprometiendo la siembra de lotes tempranos. Por otro lado, la posterior recuperación de los niveles de precipitaciones mejoraría la humedad del suelo para transitar el período de definición de rendimiento y la incorporación de planteos tardíos y de segunda ocupación.
Escenario Económico
El cultivo de maíz ha sido uno de los más afectados por la situación del mercado internacional debido a la expansión del Coronavirus y las medidas que los distintos países han adoptado para detener los contagios. Debido a la incertidumbre global, la caída de los ingresos, las dificultades logísticas en las cadenas de suministro, y especialmente su estrecha relación con los mercados energéticos, el precio del maíz registró un importante descenso durante los primeros meses de la pandemia.
La reactivación posterior de la actividad en la mayoría de los países ha tenido un impacto en la demanda de productos agroalimentarios y precios internacionales, que recuperaron parte del terreno perdido. El aumento del precio del petróleo traccionó la demanda de maíz para la elaboración de etanol. A esto se suma el elevado ritmo de compras chinas de maíz estadounidense y las severas tormentas que azotaron a los principales estados productores de maíz en Estados Unidos, Iowa e Illinois. No obstante, el panorama aún presenta signos de un exceso de oferta en este país, principal productor mundial. Según el último informe del USDA, la producción estadounidense alcanzaría las 388 Mtn en la campaña 2020/21, registrando un incremento del 12% respecto a la campaña previa, un récord histórico. Los stocks finales llegarían a las 70 Mtn en la campaña 2020/21, siendo los valores más altos de las últimas 32 campañas.
En el plano local, es importante prestar atención tanto a los precios del cultivo, como a los costos que perciben los productores. En este nuevo ciclo, los precios domésticos del maíz se ubican en promedio un 11% por debajo de la campaña anterior. Sin embargo, a medida que ingresamos en el periodo de presiembra, comprendido entre julio y septiembre, la demanda de maíz para la exportación ha impulsado las cotizaciones, mejorando la relación de precios entre soja y maíz en favor de este último. En línea con los movimientos descriptos anteriormente, al inicio de la cuarentena la relación soja/maíz superaba al promedio de las últimas 5 campañas y se tornaba favorable para la soja. Mientras que en el periodo de presiembra la relación se revirtió en favor al maíz, ubicándose incluso por debajo de la registrada en la campaña pasada, que fue la más baja de las últimas 5 campañas.
En este marco de menores precios recibidos por el productor, la disminución del costo de ciertos insumos claves, comentada en los informes previos, otorga un alivio a la relación insumo-producto. Los costos de los insumos que tienen una mayor correlación con el precio del petróleo presentan disminuciones: combustibles (-26%) y fertilizantes (-16%). Mientras que ciertos herbicidas y las semillas de maíz se mantienen relativamente estables. Como resultado, en comparación a la campaña previa, la relación insumo - producto presenta mejoras en combustibles (11%) y fertilizantes (5%). Mientras que, registra caídas en semillas (-9%) y herbicidas (-10%). En promedio, la relación I-P se ubica próxima a la campaña previa y favorable respecto al promedio de las últimas 5 campañas en todos los insumos.
Si bien los incentivos económicos reflejan una relación más favorable para el maíz, debe ponderarse, asimismo, la necesidad de mayor inversión que requiere el cultivo en un contexto de alta incertidumbre macroeconómica. No obstante, la decisión final quedará supedita a la situación climática. Todavía restan transitar varias semanas hasta ingresar en el periodo óptimo de siembra, y el escenario se presenta con fuentes de incertidumbre muy importantes respecto al clima. Durante los próximos días se continuará monitoreando la situación de las precipitaciones en gran parte del país, para presentar una actualización del escenario el próximo 23 de septiembre durante nuestro Congreso. Lanzamiento de Campaña Gruesa, con detalles para cada una de las regiones productivas del país.