A su vez, el tramo final de esta campaña se transitó de un modo atípico, dentro de un contexto signado por la emergencia de COVID-19, las medidas sanitarias implementadas a nivel local e internacional y las consecuencias económico-financieras de la pandemia. Y es que cosecha y cuarentena se dieron de modo simultáneo en estas latitudes.
En cuanto al balance de cultivos, la mayoría de las regiones del oeste bonaerense mantuvieron o aumentaron sus rindes, tanto en soja como en maíz. Cabe destacar el caso de Carlos Casares, cuyos rindes estuvieron por encima de los promedios históricos, con 36 qq. en soja de primera y 94 qq. en maíces de primera. O también el caso de Gral. Villegas que alcanzó niveles record: maíces de primera en 100-110 qq., maíces de segunda en 88 qq., soja de primera en 42-44 qq. y soja de primera con 35 qq.
A su vez, la simultaneidad entre el inicio de la pandemia y la cosecha generó mucha incertidumbre en toda la cadena: en las localidades, los puertos, los transportistas, y también lógicamente en los productores. “Esta incertidumbre inicial llevó al productor a cubrirse en silo-bolsas. En datos de la Bolsa de Cereales de Rosario se vendieron 30.000 bolsas más que el año anterior, las cuales luego no se terminaron efectivizando del todo”, comenta Maximiliano Segurado, líder de originación de granos en Tomás Hnos.
Respecto al balance de acopio en la empresa, Maximiliano Segurado resalta que “logramos mantener nuestra curva de crecimiento por sexto año consecutivo, destacándose el peso del maíz. En números comparativos al 30/07 del año anterior, se refleja un crecimiento interanual del 10% en maíz, mientras que en soja fue del 5%”.
“Más allá de estos condicionantes propios o externos a esta campaña, actualmente llevamos un crecimiento del 5%, contabilizando todos los cultivos comercializados en la campaña tanto fina como gruesa. Si bien mantener nuestra curva de crecimiento nos emociona, no perdemos de vista el objetivo planteado”.
Este nivel de crecimiento es acorde a uno de los objetivos globales propuesto por la empresa: duplicar sus servicios de acopio de 1 M./tn. a 2 M./tn en 5 años. “Estamos convencidos de que podemos lograrlo y ya enfocamos nuestras acciones en dicha dirección”, subraya el líder en originación de granos.
Un contexto complejo
Para analizar esta campaña, no solo resulta significativo el cuánto sino también el cómo. Por su coincidencia temporal, las actividades de cosecha y acopio estuvieron completamente atravesadas por las medidas socio-sanitarias de la pandemia y la cuarentena obligatoria.
Y es que los cultivos no pueden esperar, el campo no para, y efectivamente el campo no detuvo en ningún momento sus procesos productivos. Por ello, fue necesario incorporar rápidamente una serie de medidas y protocolos sanitarios a fin de cuidar a las personas involucradas sin descuidar los granos.
Como observa Eliana Martin, coordinadora de RR.HH., “desde la semana previa a la cuarentena obligatoria comenzamos a implementar medidas de protección y cuidado hacia nuestros colaboradores: en primer lugar, se decidió segmentar a los trabajadores que requerían realizar actividades presenciales y ligadas al acopio, de los colaboradores que pudieran realizar tareas remotas. Esta modalidad se hizo extensiva a todas las personas de riesgo más allá de que su labor se realizara en las plantas”.
En este sentido, más del 50% de la empresa migró sus funciones a la modalidad de home-office. Además, se promovió fuertemente el uso de herramientas virtuales, como la Extranet de clientes o la AppTomás, y de documentaciones digitales, como el uso de Echeq y las facturas electrónicas, para el intercambio de información y las gestiones contables.
En el caso de los trabajadores presenciales, los verdaderos héroes de la cosecha, desde el primer momento se dispusieron todos los elementos de protección e higiene fundamentales para realizar sus actividades con el menor riesgo posible. Asimismo, se generaron y comunicaron diversos protocolos sanitarios tanto internos como externos.
En el caso de las plantas de acopio, se incorporó un sistema escalonado de recepción para maximizar los distanciamientos y facilitar las gestiones de ingreso y descarga. Se puso a disposición de los transportistas productos de higiene y desinfección personal, se emitieron recomendaciones sanitarias a través de las bocinas en las plantas y por medio de cartelería, y se difundieron diferentes comunicaciones digitales hacia clientes, proveedores y transportistas.
“El gran objetivo siempre fue cuidar la salud de las personas y sus familias. Para ello, lo más importante era mantener informados cada uno de nuestros colaboradores, pero también cuidar el aspecto emocional que resulta muy afectado ante estas circunstancias”, concluye la coordinadora de RR.HH.