Por un lado, el frente interno que plantea desafíos varios. Dudas sobre nuevos y eventuales ajustes impositivos del lado del Gobierno que las promesas no logran disipar, fundadas expectativas sobre el tipo de cambio ante una brecha intolerable, sugerencias/aprietes para adelantar ventas (inexplicables, pues el ritmo de ventas supera el histórico) son solo algunos de ellos. Así las cosas, la soja vuelve a constituirse en "reserva de valor". Justificadamente, en nuestra opinión.
Del otro lado, el frente externo. Con semanas decisivas por delante que se extienden hasta bien entrado agosto. Chicago ya está a pleno en el tradicional mercado climático (abril/agosto) y ello es sinónimo de volatilidad para las cotizaciones. En junio/julio se define el trigo en el Hemisferio Norte (85% de exportaciones) y la gruesa en Estados Unidos "se juega" de aquí a agosto. Hasta ahora, el avance en la siembra de maíz y soja en dicha nación es perfecto. Primera aduana superada. Resta llegar a los momentos de definición de rindes (floración maíces en julio y llenado de grano para las sojas en agosto). No obstante, es nuestra opinión que la cuestión climática este año no será un factor de mercado excluyente.
Si bien EE.UU. y China firmaron un acuerdo para dejar de lado la "guerra comercial" iniciada en abril de 2018, el presidente Donald Trump suele disparar amenazas casi a un ritmo semanal. Por el momento, las exportaciones estadounidenses de soja se ubican por debajo de las proyecciones y ello presiona los precios en Chicago. Pero, atención, el ritmo de importaciones de China ya es similar al verificado antes de la "guerra".
La cuestión es que Brasil muestra un nivel de ventas absolutamente récord y los chinos no suelen desaprovechar ese tipo de oportunidades. La tremenda devaluación del real (más del 40% en un año con una inflación debajo del 5%) ha generado un aluvión de ventas nunca visto en el vecino país (esta semana llegaría al 90% de una cosecha récord) que se extiende a la campaña 20/21, con ventas forward que podrían representar más del 35% de la próxima cosecha. Algo absolutamente inédito. Y muy interesante a la hora de evaluar escenarios de precios para la soja argentina en lo que resta del año.
En efecto, si los stocks de soja en EE.UU. van a recortarse en los próximos meses por razones estacionales, las siguientes preguntas son procedentes: ¿Brasil podría quedarse sin soja en pocos meses? ¿Tendrán que importar harina? Si así fuera, la harina de soja argentina es imbatible con el Arancel Externo Común del Mercosur (AEC), que no solo vale para el trigo.
Para evitar ello, el FOB del poroto brasileño debería subir para frenar exportaciones y asegurar el abastecimiento (bueno para nosotros) y nuestra soja sería (por algunos meses) la única capaz de satisfacer la demanda china. La soja, refugio financiero y reserva de valor con causa.
Por: Enrique Erize