La última campaña de girasol cerró con el rinde promedio nacional más alto de los últimos 20 años: 22,2 qq/ha. A su vez, el mercado de oleicos volvió a posicionarse como una gran oportunidad de negocio a raíz de una fuerte demanda internacional. Así, con la tecnología en la mano, los productores comienzan a mirar el ciclo que viene.
Y justamente en el Sudeste, donde el girasol es rey, el 106 CL HO Paraíso ya hizo su primera demostración de fuerza posicionándose como la alternativa de alta performance en materia de alto oleico. Además de estabilidad y gran potencial de rendimiento, el nuevo híbrido aporta un porcentaje de oleico de 85% promedio.
"En los últimos años creció mucho la siembra de oleicos en el Sudeste. Por un lado, las semilleras han mejorado sustancialmente los niveles de rendimiento de este tipo de materiales y a eso se suma el plus que se está pagando", dice Santiago Batalla, de la firma Folilagro SA, distribuidor exclusivo (RED.IN) de Nidera Semillas en Lobería. "Con los números que hoy tenemos, muchos productores hacen sus cálculos de márgenes brutos y creo que en la próxima campaña vamos a ver un aumento del área. Por una cuestión de productividad a nivel zonal, considero que se va a limitar el área de soja e inclinar cada vez más por el girasol", analiza
Siguiendo esta tendencia, Nidera Semillas apuesta fuerte al nuevo híbrido alto oleico 106 CL HO Paraíso. Se trata de un material de ciclo intermedio largo con adaptación a todas las regiones girasoleras del país, que se destaca también por su sólida sanidad y protección genética completa para Downy Mildew. "Es un producto que nos permite diversificar un poco la siembra y otorgarle más estabilidad al productor, ofreciendo un material de ciclo intermedio largo en una oferta donde abundan los ciclos cortos", señala el distribuidor.
El 106 CL HO Paraíso garantiza también un gran potencial de contenido de aceite, una característica muy valorada entre los productores para asegurarse la correcta comercialización del cultivo. "Es un híbrido muy estable que tiene un contenido de aceite cercano al 52% y un porcentaje de oleico de 85% promedio. Así que es un girasol que otorga mucha tranquilidad en ese sentido, tanto al distribuidor para recomendarlo como a los productores para utilizarlo", sentencia Batalla.
Respecto a sus características agronómicas, el especialista destaca la decumbencia del capítulo que lo protege del daño por aves. "Aunque no es un gran inconveniente, como puede serlo en el Norte del país donde también se siembra el híbrido, en el sudeste bonaerense estamos empezando a tener algunos nichos o problemas puntuales con palomas. Cuando tenemos estas dificultades, necesitamos que el girasol esconda un poco la cabeza y se vuelque. Y el 106 CL HO Paraíso tiene una posición del capítulo que cae y nos ayuda en la protección de pájaros", agrega.
Pero la gran novedad que introduce el 106 CL HO Paraíso es su gran capacidad de rendimiento que lo posiciona como el híbrido alto oleico con mayor potencial del mercado. "Por los datos que tenemos de desarrollo de Nidera, el 106 CL HO Paraíso tiene un plus de rinde respecto a otros híbridos alto oleico del mercado. Pero también lo pudimos comprobar a nivel de lote con algunas bolsas que distribuimos en esta campaña a modo de presentación del producto. Ahora estamos listos y tenemos mucha expectativa para tener un gran desarrollo zonal", confiesa Batalla.
Además del 106, otro híbrido Alto Oleico de la semillera es el Aromo 105 CL, de ciclo un poco más corto y de gran trayectoria en el mercado. A diferencia del 106, el Aromo 105 CL se adapta a los ambientes de media y alta del oeste y sur de Buenos Aires.
El portfolio de Nidera en girasol se completa con los materiales linoleicos. Por un lado, el Paraíso 102 CL, de ciclo corto y excelente rendimiento y estabilidad, y el Paraíso 1600 CL Plus, de ciclo intermedio corto que aporta muy buena agronomía y comportamiento a enfermedades. Además, "la tecnología CL Plus otorga un buen control de malezas con una menor residualidad, lo que permite una buena rotación con fina", dice el asesor.
Batalla, con vasta experiencia en la región, repasa el manejo tradicional de la zona: "El Sudeste girasolero se divide en dos, una parte continental, cuyo rendimiento oscila entre los 22 y 23 qq/ha promedio, y otra costera donde el rinde se ubica alrededor de los 18 qq/ha. La ventana óptima de siembra se da entre el 10 y el 15 de octubre. Sin embargo, cuando te empezás a meter en zonas con algún limitante de suelo lo más recomendable es ir hacia siembras más tardías, a partir del 15 de noviembre. En tanto, la densidad de siembra en general fluctúa entre 40 y 60 mil plantas por hectárea. Se fertiliza con un promedio de 50 a 60 kilos de fosfato de amónico. En tanto, la urea se reserva solamente para lotes de alto potencial", enumera.
A su vez, el asesor de la RED.IN de Nidera Semillas asegura que alrededor del 80% de los materiales que se usan en la zona poseen tecnología CL para el control de malezas. En materia sanitaria destaca la labor que han hecho los semilleros para proporcionar resistencia o tolerancia genética a varias enfermedades que en otro momento habían sido un gran dolor de cabeza para los productores, como Downey Mildew o Sclerotinia.
Pero Batalla también hace uso de otras herramientas que caracterizan el asesoramiento que prestan los RED.IN en todo el país. Es el caso de Nidera Vuela. "Hace tres años que venimos trabajando con los drones. Empezamos haciendo vuelos con índice verde pero después nos fuimos capacitando con nuevos usos. Ahora también hacemos conteo de plantas, tanto en girasol como en maíz, pudiendo generar un informe específico de calidad de siembra", dice el técnico, para quien este tipo de prácticas "nos permiten estar mucho más cerca del productor con presencia técnica y a la vez con mayor precisión en la toma de decisiones. Nuestro objetivo como distribuidores es posicionarnos como referentes y expertos en semillas y construir recomendaciones que aporten valor a la toma de decisiones al productor, y creo que este es el mejor camino para lograrlo", concluye.