El año 2020 comenzó el 12 de agosto, cuando las reservas comenzaron a bajar, Argentina se quedó sin financiamiento externo, se recurrió al financiamiento del Estado vía emisión monetaria y se congeló el tipo de cambio. Las consecuencias de estas políticas en este informe.
Se fueron del Banco Central reservas por cerca de u$s 20.000 millones, la base monetaria creció en $300.000 millones aproximadamente y hubo una leve suba del endeudamiento, que mutó de Leliq a Leliq más pases de corto plazo pero muestra inalterado el stock de deuda.
Lo llamativo es que desde el 11 de agosto convivimos con un tipo de cambio fijo. A pesar de ello, la inflación en septiembre fue del 5,8%, en octubre del 3,2% y noviembre del 4,1%. Para diciembre se esperaría una inflación superior al 4%. Esto se dio con tipo de cambio fijo, tasas de interés en baja, congelamiento de tarifas de energía eléctrica y gas, pero con emisión monetaria.
En este escenario, si tomamos el conjunto de los pasivos monetarios versus las reservas, nos da un tipo de cambio de equilibrio de $39,85 al 12 de agosto, mientras que en la actualidad esta misma relación nos da $66,56 con una suba del 67%. El dólar blue al 12 de agosto se ubicaba en $62 y hoy se encuentra en $78,5 lo que refleja una suba del 26,6%. El dólar de largo plazo se ubica en $57,61 lo que denota que no estamos en un escenario de tipo de cambio alto ya que el dólar cotiza en $59,90.
Todos estos datos revelan que vamos a un escenario de retraso cambiario, ya que el tipo de cambio sigue fijo, la inflación no cede, el respaldo de los pesos por los dólares en reservas cae en forma constante, y la emisión monetaria no se detiene.
Lo interesante de este contexto es que el Banco Central utilizaría cerca de u$s4.571 millones de las reservas para afrontar el pago de deuda pública, lo que haría que las reservas desciendan en los próximos meses.
Las cuentas del Banco Central van en dos vías, se emite para financiar el déficit fiscal de la tesorería, y se sacan dólares de las reservas para pagar deuda pública. En este escenario, tendremos en el mercado más pesos con menos respaldo.
El Banco Central ha implementado una política de tipo de cambio fijo para el dólar comercial, pero la variabilidad de las reservas y los pasivos monetarios en pesos hace que el ajuste se aprecie en el tipo de cambio blue.
Por si todo esto fuera poco, el gobierno colocó un impuesto al dólar del 30% para atesoramiento, gastos en el exterior y compra de determinados servicios en moneda dólar, esto lleva al dólar a pagarse $81,90, que surge de un dólar oficial a $ 63,00 más el 30% de impuestos.
El dólar blue cerró el último día del año en $78,50, sin embargo, para el año 2020 vemos un recorrido alcista, ya que en breve y por efecto arbitraje se ubicaría en $81,90.
El gobierno nacional pretende hacer subir las reservas bajo un método no tradicional. Aquellos que tengan activos en el exterior y puedan repatriar el 5% de la tenencia quedarán exceptuados del pago del 1% adicional de impuesto a los bienes personales. Dicho monto a repatriar debe permanecer depositados en bancos locales hasta el 31 de diciembre de 2020.
En el exterior tenemos los siguientes activos, según la Posición de Inversión Internacional que informa el Indec, a saber:
Si solo un tercio de este dinero decide repatriar el 5% de los fondos, tendríamos en Argentina una suba de los depósitos en dólares de u$s5.632 millones.
Si los bancos utilizan estos dólares para constituir encajes en el Banco Central, veremos subir las reservas en igual proporción, con lo cual el gobierno neutralizaría hasta el 31 de diciembre de 2020 la salida de u$s4.571 millones de la última letra que le colocó al Banco Central.
Si bien la repatriación de capitales y el beneficio de baja de un punto a los bienes personales luce como una mejora fiscal para el contribuyente, lo que el gobierno busca es incrementar las reservas para no quedar tan desequilibrado con la cantidad de pesos que emitió y que buscará emitir a futuro.
Conclusión
Argentina necesita una rápida reestructuración de la deuda y salida del cepo para poder volver a tener crédito externo, incrementar sus reservas y llegada de nuevas inversiones.
Mientras esto no ocurra, vamos a ver una economía atada con alambres, las importaciones seguirían cayendo porque no habrá inversión, el PBI no crecería y no tendríamos un aumento en la cantidad de empleos.
En esta transición, vamos a un escenario de economía cerrada, con un dólar oficial congelado, un dólar blue en ascenso, tasas de interés en pesos por debajo de la inflación en el 37% anual, y en dólares del 1,8% anual a 180 días.
El dólar mayorista en $ 60 es un valor de fantasía, no es competitivo porque todos los productos que exportamos tienen retenciones, y esto ubica al tipo de cambio en valores muy bajos. La soja tiene un dólar de $ 40,20, con este precio nadie gana dinero, y lo mismo sucede con muchos productos que exportamos y están afectados por retenciones. Es tan bajo el dólar a $ 60,0 que el gobierno está por reimplantar las declaraciones juradas para importar, si lo que digo no fuera cierto, ¿por qué implementan estas restricciones.
En este escenario, todos los caminos conducen al dólar blue.
Fuente: Rosario Finanzas