A consecuencia de las persistentes lluvias de fines de primavera e inicios de verano, la trilla de trigo en la región agrícola estadounidense camina con dificultad.

El ritmo de avance es el más retrasado en dos décadas.

Para estas fechas, normalmente se había superado holgadamente el 30-40%, que es el avance logrado este año.

Y el problema en EE.UU. no solo es éste. También es que la superficie sembrada de trigo de invierno es la menor de la historia. Apenas 18, 40 millones de hectáreas.

El panorama de oferta para este país va a ser complejo.

Pese a este cuadro, los precios en Chicago siguen en baja.

¿La explicación? Al menos en el corto plazo, la explicación viene de lo informado por el USDA el 1 de julio cuando mostró que los cultivos se encontraban en mejor estado de lo aguardado.

La suba del trigo estadounidense (FOB Golfo) es resultado del problema climático, al momento de la trilla. Se observa claramente que va desde mediados de mayo hasta principios de junio y luego comienza a comportarse en forma de serrucho.

El argentino comienza a subir también a mediados de mayo (el día 20), cuando nos alejamos de la cosecha pasada y en vista de la mala perspectiva productiva en EE.UU.

El gráfico (BCCR) es claro respecto a la baja de los precios internacionales, desde febrero hasta fines de mayo de este año.


Pese a las bajas recientes, el cuadro futuro, en vista del panorama internacional, es relativamente interesante para los precios del trigo disponible en Argentina.

Las perspectivas podrían mejor más si, como parece insinuarse, el problema climático en Rusia fue más grave de lo estimado. Es que, durante el período de rendimiento, el clima fue bastante seco y ello podría reflejarse en el volumen de cosecha.