La caída del dólar a menos de $44 en el mercado minorista e incluso por debajo de $43 en el mayorista provocó un efecto incluso mayor al esperado en la inflación. Algunas mediciones privadas relevaron una importante desaceleración de precios a partir de mediados de mes, lo que permitiría un índice mejor que el que se esperaba en la previa. Ahora las estimaciones hablan de un índice que podría ubicarse entre 2,5% y 2,6%, cuando a principios de junio se proyectaba un rango de entre 2,8% y 3%.
Un informe para inversores del brasileño BTG Pactual, por ejemplo, situó la inflación de junio en niveles “cercanos al 2,5%”. “El contexto global -indica el trabajo que firma el estratega de inversiones Alejo Costa- resultó muy favorable, porque indujo la debilidad del dólar y permitió así una reducción mayor de la inflación. La polarización electoral también contribuyó a una mejora de los índices de confianza, mostrando la otro expectativa de una continuidad de Mauricio Macri”.
Otro reporte divulgado por Bloomberg del banco de inversión Barclays fue en la misma dirección, aunque ya con una mirada de mediano plazo. “Somos constructivos en relación a la evolución de la inflación. Vemos una medición mensual cayendo a niveles de 2% hacia el cuarto trimestre. Esto favorecerá una mejora del salario real y la recuperación de la economía, aunque en forma lenta”, detalla.
La visión de Wall Street está alineada con la posibilidad de que la economía entre en una suerte de círculo virtuoso, donde la estabilidad del dólar promueve una baja de la inflación y a su vez esto gatilla una mejora del salario real. Ese círculo se cierra obviamente con una mejora del consumo y más optimismo sobre el futuro de la economía.
En la consultora Elypsis, que suele estar muy cerca en la proyección inflacionaria, modificaron la estimación de 2,8% a 2,6% para este mes. Obviamente en este caso no se trata de un mero cálculo, sino de sus propios relevamientos, que en su mayor parte se realizan con precios publicados on line. La compañía observó una “significativa desaceleración” de remarcaciones de precios en las últimas dos semanas.
Además de la tranquilidad del mercado cambiario, hay otros factores que se conjugan para que la inflación apunte a un tercer mes consecutivo de disminución. Uno de ellos es la decisión del Gobierno de postergar los aumentos tarifarios que estaban pendientes hasta fin de año. La retracción del consumo hace el resto del trabajo, ya que no hay mucho margen para seguir trasladando el aumento de los costos a los consumidores.
En ese contexto, las tasas de interés arriba del 60% y el fuerte apretón monetario que viene llevando adelante el Central resultan claves sobre todo para evitar cualquier peligro de salto cambiario. Y esto tiene un efecto inmediato sobre los precios.
Julio es un mes que presenta siempre algo más de estacionalidad debido a las vacaciones de invierno. No obstante, en caso de que e dólar siga tranquilo es posible que la inflación del mes próximo se ubique por debajo del 2,5%.
Fuente: Rosario Finanzas