Un frente húmedo y con una densa neblina sorprendió a los pobladores de la ciudad de Córdoba y sus alrededores este miércoles. Se trata de un fenómeno que constituye una suerte de continuidad del panorama climático inusual que ha dominado al otoño, con temperaturas y humedad por encima de los promedios históricos.
De hecho, uno de los datos distintivos de este año es que apenas se han registrado un par de mañanas con heladas, y en ningún caso de gran magnitud. En contraste, a esta altura de 2018, por ejemplo, ya se habían observado una decena de jornadas con temperaturas bajo cero, que en algunos casos llegaron hasta -8,4°.
El clima ha venido siendo un aliado de la producción agrícola en la campaña 2018/19 pero el panorama actual comienza a ser una complicación, puntualmente para el fin de la cosecha de maíz. Los marlos están demasiado húmedos, lo que impide su recolección o bien obliga a incurrir en un sobrecosto de secado y acondicionamiento antes de enviar los granos al puerto.
En su informe semanal para la zona núcleo, la Bolsa de Comercio de Rosario cita a técnicos del sudeste de Córdoba que advierten: "Esperamos iniciar la cosecha de maíces tardíos y de segunda hacia fin de este mes, siempre y cuando tengamos algunas heladas".
"Normalmente en esta época hay heladas y el tiempo está mucho más seco. Son características que van de la mano. Este año está sucediendo lo contrario. El resultado es que no baja la humedad en el grano de maíz, y eso complica la cosecha básicamente por aumento de costos de comercialización", explicó a Agrovoz Santiago Lorenzatti, ingeniero agrónomo y asesor en la zona de Monte Buey.
Y continuó: "Todo el mundo espera que hele porque una helada se asocia con la entrada de una masa de aire frío seca. Y eso facilita que el grano de maíz se seque; por lo tanto, la condición es mucho más favorable para la cosecha y para una comercialización sin costos. No es que no se pueda cosechar bajo estas condiciones; se puede, pero pagando un costo de acondicionamiento que es lo que se pretende evitar".
Del mismo modo, Juan Pablo Ioele, técnico de la AER Inta Corral de Bustos, reconoció que "hay un montón de productores esperando que haga frío para bajarles puntos de humedad al maíz".
"La gente asocia la helada a una reducción de la humedad ambiente a corto plazo. No es necesariamente así, pero es cierto que muchas veces las heladas colaboran", graficó.
Asimismo, Ioele subrayó que el pedido de muchos agricultores de que baje la temperatura se debe a que "sembraron muchos materiales de trigo de ciclo largo que tienen requerimientos de frío; lo necesitan porque si no, no les va tan bien".
Lorenzatti coincidió en que "algunas variedades necesitan determinada cantidad de horas de bajas temperaturas para inducir el período reproductivo" y agregó: "No está bueno para este cultivo que se desarrolle en estado vegetativo con temperaturas altas porque crece a una tasa muy alta, demasiado rápido, y se da un fenómeno de baja acumulación de solutos en la planta que la vuelve más susceptible a daños por heladas".
"Lo deseable es que, desde los primeros momentos del ciclo, haya temperaturas bajas. Además, porque el enraizamiento también se ve favorecido en condiciones de frío", concluyó Lorenzatti.