Con un marcado exceso de agua en las napas y buenas perspectivas de precio, el trigo se enfrenta a una gran oportunidad en la que la correcta selección de variedades y manejo será clave. Recomendaciones del INTA para aprovechar el agua disponible y potenciar el cultivo invernal en la jornada de actualización técnica de trigo que se realizó en el INTA Marcos Juárez, Córdoba.
De acuerdo con Pablo Bollatti –especialista en napas del INTA Marcos Juárez, Córdoba– “a diferencia de la campaña anterior, el perfil del suelo se encuentra con exceso de recarga, incluso con zonas anegadas”. En este sentido, aseguró que el invierno puede ser “una gran oportunidad” para consumir esos excesos de agua y canalizarlos a través del cultivo de trigo mediante evapotranspiración.
Es que, según el investigador, “estos ambientes con napas entre 0,5 y 1,8 metros aseguran la provisión de agua durante prácticamente todo el ciclo del cultivo de invierno”. Este dato cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que, en el caso de trigo para la región centro, un 70 % del rendimiento lo explica el agua almacenada en el suelo.
En este sentido, no dudó en asegurar que “las aptitudes de suelo, humedad, distancia a puerto hacen que el sudeste de la provincia de Córdoba tenga los ambientes más competitivos de la provincia para producir trigo”.
Entre los puntos a tener en cuenta por el productor, Bollatti destacó la necesidad de analizar en detalle las características del establecimiento, de la mano de un especialista del INTA, a fin de determinar la variedad más promisora, como así también su fertilización y forma de aplicación. “Esto es clave para armar y organizar la campaña”, puntualizó.
Con respecto al aporte del agua de napas, el especialista aseguró que generan un aporte extra de agua clave para cubrir la demanda hídrica de los cultivos”, al tiempo que especificó: “La profundidad de las raíces de los cultivos varía, como así también la profundidad óptima de la napa para que los cultivos expresen su máximo potencial”.
Numerosas investigaciones aseguran que la banda óptima de utilización de la napa freática en suelos sin impedimentos físicos oscila entre 1.40 a 2.40 metros para el maíz, entre 1.20 a 2.20 metros para la soja y entre 0.70 a 1.65 metros para el trigo.
En este sentido, Bollatti subrayó la necesidad de monitorear y conocer su nivel. Para esto, recomendó la construcción e implementación de un freatímetro en un lugar donde no tenga influencias del terreno –caminos con desnivel, zanjas, canales, árboles o bombas–, así como también el asesoramiento de un ingeniero agrónomo.
En el caso de no contar con esta herramienta, el INTA Marcos Juárez dispone de una red de monitoreo freático de periodicidad quincenal que permite conocer de manera precisa la profundidad freática. A su vez, este monitoreo se relaciona con la ocupación del suelo en dicho período, lo cual permite conocer bajo qué condiciones se desarrollan los cultivos.