Con la presencia de António Guterres, secretario general de la ONU, cerca de 1.500 asistentes de los 193 estados miembros de la ONU participan de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur. Con este encuentro histórico como marco, el INTA presentó el resultado de 27 años de trabajo con el Fondo Argentino de Cooperación Sur-Sur y Triangular (FO.AR): más de 760 misiones de cooperación internacional e innovación para el desarrollo agropecuario de las regiones, en más de 50 países.
La cooperación técnica se basa en el intercambio de experiencias y la transferencia de conocimientos con el objetivo de complementar los esfuerzos nacionales en materia de desarrollo y fortalecer las capacidades de los Estados.
Desde 1992, el instituto participa en la ejecución de proyectos de cooperación técnica a través del Fondo Argentino de Cooperación Sur-Sur y Triangular –FO.AR–, una política pública creada en pos de fortalecer capacidades mediante el intercambio de conocimientos, tecnologías y prácticas a escala global. En los últimos diez años, el INTA registró acuerdos de colaboración con instituciones de 38 países, que se suman a un total de 763 misiones internacionales realizadas a más de 50 países desde el comienzo.
“El protagonismo que gana la Argentina al ser sede de la conferencia internacional más importante sobre Cooperación Sur-Sur, ratifica la relación con todos los países para un intercambio beneficioso”, expresó Juan Balbín –presidente del INTA–.
En este sentido, destacó la importancia de la articulación internacional: “Los investigadores del instituto encontraron en la cooperación técnica internacional una estrategia para expandir los resultados de los estudios científicos para mejorar la productividad agropecuaria en el mundo, constitutiva de la oferta de alimentos”. Y, además de valorar la participación del instituto en el programa FO.AR como posibilidad de escalar el impacto de los desarrollos científicos, precisó: “Se trata de un instrumento de política exterior que promueve iniciativas conjuntas de cooperación técnica con países de nivel de desarrollo similar o menor al de la Argentina, mediante mecanismos de asociación, colaboración y apoyo mutuo”.
Gracias a la experiencia del organismo en cooperación técnica internacional, “podremos consolidar la difusión del potencial tecnológico para el desarrollo rural sustentable en diferentes países de América, Asia y África”, aseguró Balbín.
“La participación del INTA en las actividades asociadas a la II Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Cooperación Sur-Sur aportará la experiencia del organismo, consolidando asociaciones público-privadas en la construcción de capacidades y en la difusión del potencial tecnológico para el desarrollo rural sustentable”, analizó Adolfo Cerioni, director nacional asistente de Vinculación Tecnológica y Relaciones Institucionales.
“El INTA es un actor de relevancia en la cooperación técnica sur-sur, tanto en el marco del Programa Argentino de Cooperación Sur-Sur y Triangular (FO.AR) de la Cancillería Argentina como a través de sus propias acciones materializadas en acuerdos bilaterales y multilaterales”, afirmó Cerioni.
Seminario de Cooperación Internacional e Innovación
Entre las sesiones plenarias y las mesas redondas interactivas de la Conferencia internacional, el INTA organizó el Seminario de Cooperación Internacional e Innovación para el desarrollo agropecuario, en su sede de Cerviño.
En la apertura, Héctor Espina, director nacional del INTA, expresó la satisfacción de tener, en una semana intensa desde el punto de vista del relacionamiento internacional, un espacio para mostrar algo de lo mucho realizado en la trayectoria de la institución en materia de cooperación internacional para la innovación para el desarrollo agropecuario. “A lo largo de la historia del INTA, en estos 62 años, tenemos convenios con más de 60 países –muchos de ellos, de tipo bilateral–, más de 760 misiones y más de 1.000 técnicos han ido o venido a nuestro país en eventos de capacitación, ya sea en relaciones bilaterales, en el caso de FO.AR, o en relaciones triangulares, como es el caso de JICA en donde, aprovechando las capacidades que existen en floricultura en la Argentina, se ha abierto a toda América Latina en cursos de capacitación para puesta en valor de nuestros recursos”, puntualizó.
Por otra parte, se refirió a la diversidad temática de la colaboración, en virtud de la naturaleza del organismo: “Las capacidades de nuestra institución van desde la ayuda en materia de soberanía y seguridad alimentaria en contexto de situaciones dramáticas, como la de Haití – donde el Prohuerta fue considerado como uno de los mejores programas de los tantos que se aplicaron–, hasta otros en donde la alta tecnología también ha estado presente”.
Además, Espina destacó la presencia en países de África, continente en el cual actualmente el INTA tiene “aproximadamente 17 proyectos FO.AR en distintos países, en donde se destacan principalmente el trabajo conjunto para llevar adelante una tecnología no till: la siembra directa”. En este sentido, recalcó el trabajo “de la mano de industriales argentinos que no solamente han vendido maquinarias, sino que han establecido relaciones con industriales de Sudáfrica y hoy están produciendo en forma conjunta”.
Sostuvo también que para el organismo “es un orgullo ser representantes de la Argentina en el exterior, abriendo mercado, estableciendo lazos fraternos –ya sea entre investigadores o con productores– porque la paz y el desarrollo van de la mano”.
El INTA como referente internacional
Con acciones materializadas en acuerdos bilaterales y multilaterales, el INTA es un actor de relevancia en la cooperación técnica Sur-Sur. Guillermo Sánchez –gerente de Relaciones Internacionales del INTA– manifestó: “Por esto, los diferentes eventos que tendrán lugar en Buenos Aires, constituyen una importante vidriera global para el instituto como líder regional para la innovación y el desarrollo agroindustrial”.
De las 367 misiones realizadas desde 2008 hasta la actualidad, el 25 % corresponde a la recepción de pasantes y el 75 % restante al envío de profesionales del INTA a diferentes países. “Estos intercambios han permitido la interacción de más de 650 investigadores y representan una oportunidad para el enriquecimiento institucional”, aseguró Sánchez.
En el caso del INTA, “las modalidades consideradas para la ejecución de proyectos de cooperación técnica comprenden la posibilidad de que profesionales del instituto concurran como especialistas a otros países o, al revés, la recepción de especialistas y pasantes extranjeros que arriban a nuestro país”, describió Sánchez.
En cuanto a la distribución continental, el 85 % de los proyectos de este período tuvieron lugar en países de América Latina y del Caribe, un 9 % en Asia y un 6 % en África. En tanto, el país con mayor nivel de cooperación vía FO.AR fue Haití en el tema de seguridad alimentaria, seguido por Bolivia con predominio en producción vegetal. De igual modo, se destaca la cooperación en Asia, especialmente con Vietnam y Tailandia, y en África con Sudáfrica y Mozambique.
En este sentido, Sánchez señaló el alcance del Programa Parthnership de Cooperación Conjunta entre Japón y Argentina, implementado con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), para la realización de cursos de capacitación en terceros países. “Entre 2000 y 2018, el INTA organizó 24 cursos junto con otros organismos nacionales, en los que se capacitó a más de 340 profesionales especialmente de América Latina y del Caribe”, apuntó.
Agenda al 2030 para el desarrollo sostenible
La Conferencia multilateral más importante sobre Cooperación Sur-Sur, se realiza 40 años después de la adopción del Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), a través del cual –y por primera vez– los países en desarrollo definieron el camino a seguir en materia de cooperación técnica.
El tema elegido para la conferencia es “El rol de la Cooperación Sur-Sur y la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: desafíos y oportunidades”. En esta línea, se buscará analizar los progresos logrados por la comunidad internacional, en particular por las Naciones Unidas, en el apoyo y la promoción de esas modalidades de cooperación y la identificación de nuevas oportunidades, así como de los desafíos existentes y sugerencias para superarlos.