La ganadería argentina presenta, de manera recurrente, ciclos de liquidación
con pérdida de stock y, por ende, de capital y de retención o inversión con
aumento de hembras en el stock. Las causas básicamente son aspectos
macroeconómicos, eventos climáticos extremos y relación de precios entre la
agricultura y la ganadería.
En estos días del segundo mes de 2019, ante la suba del ganado gordo con destino
a faena las relaciones de precios entre las diferentes categorías vacunas se ven
modificadas. Asimismo, la relación entre las categorías es un indicador de cómo
está planteado el negocio y da oportunidades de compra y/o venta para
posicionarse en la producción ganadera.
Hoy en día la categoría de vacas preñadas es la categoría que menos aumentó y
quedó claramente retrasada en su valor de mercado. Frente al incremento de
alrededor del 25% que ocurrió en el ganado para consumo en lo que va de 2019, al
momento de vender esta categoría la capacidad de compra de vientres es superior
a la observada en los últimos años. Hoy necesitamos menos kilos de novillito que
el promedio de los últimos ocho años para adquirir un vientre preñado.
En productores ganaderos de ciclo completo o empresas mixtas es un aspecto para evaluar, dependiendo de la zona en la que nos encontremos y de la situación financiera de la empresa.
Estas circunstancias se repiten cada cierto tiempo, y es importante tenerlo en cuenta a la hora de la planificación económica-productiva. La proyección que se haga del negocio es clave a la hora de tomar decisiones, ya que toda inversión en reproductores está pensada a varios años, por lo cual las perspectivas que se tengan del negocio harán que el empresario decida si compra o no vacas para cría.
La utilización de este tipo de análisis es un elemento más a considerar en momentos de compra de hacienda y/o determinación del sistema productivo a desarrollar en nuevos emprendimientos o en aquellos que deben hacer cambios ante problemas de rentabilidad.