Dos hechos provenientes del exterior traen buenas noticias para los precios de la cosecha gruesa, especialmente para la soja.
Una viene de la mano de la demanda y lo otra, de la oferta.
Veamos cuál es la de la demanda.
Jerome Powell, titular de la FED (Reserva Federal de EE.UU.) afirmó, recientemente, que la suba de la tasa de interés en ese país no es un hecho que necesariamente vaya a darse.
Se deduce de tal afirmación que, contrariamente a lo que se pensaba, no será una cuestión imprescindible, la suba en tres ocasiones para este año de la tasa de interés.
Durante el año pasado la tasa subió en cuatro oportunidades. Y se aguardaba que durante el 2019 hubiese tres aumentos más. Sin embargo, ahora los mercados están apostando a que haya tan solo dos aumentos y, quizás, que ni siquiera se verifique un solo aumento.
De hecho, Powell sostuvo que “No hay sendero programado” al respecto.
Esta afirmación resulta lógica pues los datos recién publicados sobre empleo son alentadores.
El gráfico nos muestra cómo desde el año 2015, la tasa ha evolucionado en alza. Así pasó de 0.25% a 2.50%.
Evolución de la Tasa de Referencia de la FED desde 2014
Vale recordar que la tasa de interés repercute en el valor del dólar. Cuando la tasa crece es probable que aumente el valor del dólar respecto a las demás divisas.
Detengamos nuestra atención en cómo es el proceso. Cuando la inflación intenta pasar el nivel del 2%, la FED suele incrementar las tasas de interés, con el fin de reducir los precios. Con tasas elevadas, el cuadro pasa a ser atractivo para los inversores extranjeros, por lo que la demanda de la divisa aumenta y así su valor.
Lo que importa es que el dólar es la moneda de reserva global. Además es la moneda subyacente de las materias primas (commodities agrícolas, incluidos) y actual refugio seguro.
Por ello, todo aumento en el valor del dólar tiende a deprimir los precios de los granos.
Bien… Ahora fijemos la mira en la oferta.
Por el lado de ésta, la situación climática en Brasil está empezando a despertar los precios internacionales, después de su prolongado letargo.
Ahora el problema, serio por cierto, es la falta de agua. Concretamente, la cuestión es grave en los estados del sur. Los golpeados por el déficit hídrico son los estados de Paraná y Mato Grosso do Sul (sobre todo, su parte sur).
El fenómeno climático ha afectado no sólo a la soja, también lo ha hecho en el maíz.
El tiempo seco y muy caluroso a lo largo del mes de diciembre ha sido muy duro para los cultivos. En algunas partes como Cascavel en Paraná hubo más de 30 días sin lluvias, en un período crítico para la soja.
Respecto al caso concreto de Mato Grosso do Sul, la asociación Aprosoja/Mato Grosso do Sul ha reducido su estimación de producción de10 millones de toneladas a 8,90 millones.
Es cierto que a finales de diciembre, hubo lluvias. Pero el volumen de agua fue insuficiente y de coberturas muy desiguales.
Para peor los pronósticos no resultan alentadores.
De más está recordar el gravitante peso de la cosecha brasileña.
Así el cuadro de situación, es lógico aguardar alguna mejora en el precio interncional de la soja.