El clima otra vez se interpone en el camino de la cosecha argentina. Así lo
dejó en claro hoy la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que redujo de 21 a 19
millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la producción 2018/2019
de trigo. La entidad fundamentó el ajuste en los efectos adversos de un combo
climático compuesto por sequía, heladas y granizo.
"Han quedado atrás las posibilidades de alcanzar los 21 millones de toneladas
trigueras que se proyectaban. Septiembre y los primeros diez días de octubre han
vuelto a subrayar el patrón seco que domina en gran parte del oeste y del centro
de la región pampeana. Ya se estiman 3 quintales por debajo de los 34 quintales
que se proyectaban sobre una siembra récord de 6,32 millones de hectáreas",
detalló la entidad en su reporte mensual de estimaciones agrícolas.
.
En su trabajo, el primero hecho en función de la condición de los cultivos, la
Bolsa añadió que ya "suman 190.000 las hectáreas sembradas que empiezan a
dejarse de lado por la falta de agua; por el efecto de las bajas temperaturas
que se registraron durante la semana pasada, y por la afectación total o parcial
de las tormentas de granizo".
Si bien la nueva cifra proyectada resulta superior al volumen de la cosecha 2017/2018, que según la BCR resultó de 17,50 millones de toneladas, resulta inferior a los 19,70 millones de toneladas previstos por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y a los 19,50 millones proyectados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
En opinión de los técnicos de la entidad, la falta de agua se extiende en todas las áreas agrícolas de Córdoba. "El desarrollo del trigo ya está afectado y el nivel de rindes se prevé en retroceso semana tras semana, si no aparecen las lluvias. Un año atrás se estimaba un nivel de rinde de casi 35 quintales por hectárea para la provincia, pero hoy se lo calcula en torno de los 27,5 quintales. Esto implica un impacto de 1 millón de toneladas menos que en 2017", detalla el reporte.
En cuanto a Santa Fe, la baja condición de los trigos del centro y del
centro-sur conspira contra la productividad. "Los cultivos están avanzando hacia
etapas más sensibles con una marcada falta de agua y con bajo desarrollo. Las
posibilidades productivas de la provincia están en torno de los 30,7 quintales
por hectárea, contra los 35 quintales del año pasado", dijo la BCR.
Para las zonas trigueras bonaerenses, la Bolsa destacó la importancia de los recientes frentes que aportaron humedad sobre toda la provincia. "En general, Buenos Aires mantiene un potencial de rinde muy bueno. Se espera en este año que se pueda expresar una productividad unitaria similar a la de la campaña pasada, en torno de los 37,6 quintales. Con una siembra sobre 2,59 millones de hectáreas, podrían alcanzarse 9,5 millones de toneladas", estimó la entidad.