¡Muy buenos días, señores! Hemos vivido una nueva semana y la “fábrica de cambios estructurales” no dejó de trabajar. En realidad lo hizo intensamente el lunes 3 de septiembre, mostrando como fruto el cambio en el esquema de derechos de exportación; 18% a partir de ahora, en derechos de exportación para todo el complejo sojero y $4/dólar exportado, para todos los productos primarios. A esta altura conocerán en detalle estas nuevas medidas, motivo por el cual iremos un poco más a fondo hoy, y analizaremos un factor que tiene tanta incidencia sobre los precios como ausencia en los tradicionales análisis de mercados de commodities; hablamos de la “relación de las monedas del mundo contra el dólar”.
El marco teórico indica que la “depreciación del dólar” constituye incidencia alcista sobre el precio de los granos y la “apreciación del dólar”, lo hace en sentido bajista. Dado que el mercado de referencia de Chicago cotiza sus productos en dólares, al depreciarse esta moneda, se incrementa la capacidad de compra de los países importadores, mientras que al apreciarse el billete verde disminuye el poder adquisitivo de los compradores con sus monedas ahora debilitadas, y este efecto es acelerado y retroalimentado por la especulación, que lo conoce y busca anticiparlo.
Pero veamos primero los datos, es decir lo sucedido numéricamente con las monedas de 39 países del mundo durante 2018, en realidad de 20 países más el bloque europeo, que involucra otros 19, en el euro. Aclaramos antes que barritas verdes implican países emergentes y las bordó, países desarrollados. Valor negativo implica depreciación de la moneda respectiva frente al dólar y valor positivo apreciación.
Dejando de lado que nuestro país aparece, por lejos, primero en el podio de devaluaciones contra el dólar, se observa que casi todas las monedas del mundo han perdido valor, en mayor o menor medida, frente a la moneda estadounidense. Expresado desde el otro lado del mostrador, el billete norteamericano se ha apreciado fuertemente.
No profundizaremos demasiado en las causas de este fenómeno pero sí queremos dejar claro que es un efecto que plantea, per se, un escenario negativo para el precio de nuestros productos, mientras esta “apreciación verde” no se revierta. Y parte de esa apreciación ha sido causada por lo que algunos llaman “vuelo a la calidad” en el mercado de capitales, lo cual implica salida de mercados emergentes, de mayor riesgo, para entrar al dólar, menor riesgo. Y en particular al mercado de capitales de Estados Unidos. Prueba de esto es el reciente récord de 100 años del índice Dow Jones en enero 18 o el récord de 90 años de existencia del S&P 500 Stock Market Index (índice Standard & Poors que refleja la capitalización bursátil de las 500 empresas más grandes cotizando en el mercado de capitales de Estados Unidos).
Ahora bien; bajando este efecto a nuestro mundo granario veamos el último gráfico que compara el precio de la soja en el mercado de Chicago con la relación euro/dólar durante 2018.
Estadísticamente podemos decir que ambas variables “se han acompañado” en un 89% durante los primeros 8 meses del año, valor realmente alto que muestra claramente la incidencia bajista de la apreciación descripta.
¿Esto es definitiva y unilateral causa de la baja de precios sucedida? No, claro que juegan también otros factores como las guerras comerciales y la sobreoferta de mercadería; pero constituye un escenario macroeconómico complicado que requerirá de algún factor fuertemente disruptivo para revertirse.
Por Hernán Fernández Martínez, analista y consultor independiente