Mientras el Gobierno nacional acaba de aplicar un nuevo paquete de retenciones para las exportaciones agrícolas, la Justicia de Brasil le hizo ayer una venia a los productores y al sector agroexportador de ese país. Con el timing justo, en el mes en que arranca la siembra de soja, una corte avaló a los productores para continuar con el uso de productos a base de glifosato. Así, se espera ahora una cosecha récord de 120 millones de toneladas.
La decisión judicial consistió en revertir un fallo del mes pasado que disponía paralizar el registro de nuevos productos en base del herbicida y suspender registros existentes después de 30 días, hasta que la agencia de salud Anvisa emitiera una decisión sobre su seguridad. Ese plazo se cumplía ayer. Pero según publicó la agencia Reuters, el juez Kássio Marques, de la Corte Federal Regional del primer distrito en Brasilia, procedió a suspender dicho fallo con el argumento de que la prohibición del glifosato y de otros dos agroquímicos (el insecticida abamectin y al fungicida thiram) podrían dañar a la economía del país. Para el magistrado, "nada justifica la suspensión y abrupta remoción de registros de productos que contienen glifosato sin un análisis de los serios impactos en la economía y la población".
Brasil es el mayor exportador mundial de soja. Entre enero y agosto sus envíos alcanzaron 64,6 millones de toneladas, un 13,5% frente al mismo lapso del año pasado, y ese volumen depende fuertemente del agroquímico, comercializado principalmente por Monsanto (adquirida por Bayer). Desde la alemana celebraron la medida. "Esta decisión es una muy buena noticia para los agricultores brasileños que cuentan con herbicidas en base a glifosato para controlar malezas y desarrollar cultivos en forma segura y efectiva", sostuvo Liam Condon, a cargo de la división Crop Science de Bayer.
La discusión en torno al herbicida tuvo su punto fuerte semanas atrás cuando un jurado de California (Estados Unidos) ordenó a Monsanto a pagar u$s 289 millones a un empleado (Dewayne Johnson), quien alegó que contrajo cáncer por la exposición a herbicidas como el Roundup. Fue la primera demanda de este estilo en llegar a juicio, aunque la compañía enfrenta más de 8000 procesos similares en ese país. Según el Tribunal de San Francisco, la multinacional omitió advertir a Johnson y otros consumidores sobre los riesgos de contraer cáncer que generaban sus herbicidas.
En la Argentina ya son varias las ciudades que cuestionan al glifosato. La última fue Santa Fe, que días atrás se sumó a la lista de las localidades que prohibieron su uso, fundamentalmente en el tejido urbano, como Rosario, Paraná y Gualeguaychú. En el caso santafesino, el Concejo de la ciudad sancionó una ordenanza que fija la prohibición de la utilización y aplicación del glifosato en todas sus variantes, en el territorio de la capital provincial.
Prohíbe el uso aéreo y la aplicación terrestre de "productos fitosanitarios de clase toxicológica, y en especial del glifosato".
Además incorpora un artículo "prohibiendo la venta al por mayor y menor del compuesto en todos sus formatos y presentaciones".
Se consideró que "la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC-OMS) incluyó el glifosato en el grupo de principios activos que se clasifican como probable carcinógenos para los humanos".
La industria cuestionó la medida.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Alberto Padoán, afirmó que "existen varios estudios científicos que establecen que un uso adecuado, responsable y alineado a Buenas Prácticas Agrícolas del herbicida no afecta la salud de las personas ni al medioambiente".
Sí consideró que una aplicación inadecuada en zonas no destinadas a la producción agrícola, no es recomendable. Pedro Vigneau, ex presidente de Aapresid, comentó a El Cronista que el hecho de que las resoluciones estén alejadas de la ciencia "va a estar cuestionado por nosotros".
"Hay muchos productos con los cuales convivimos que está demostrado que son nocivos y sin embargo no se toman medidas al respecto. Pareciera que tienen saña con esto", afirmó.
Desde la Cámara de Sanidad Agropecuaria y de Fertilizantes (Casafe) también afirmaron que el glifosato es una molécula "muy estudiada" y que existen más de 800 estudios científicos que respaldan su seguridad.
Marcaron que el impacto en la salud humana no se debe al uso de la sustancia per se, sino al modo en que se la usa. La entidad organiza entre hoy y mañana en Córdoba el 2do Congreso Nacional de Fitosanitarios en el país. Se propone "concientizar" sobre el uso responsable de agroquímicos, en un tema "sensible para la opinión pública".
Por Manuel Parera - Diario El Cronista Comercial