De acuerdo a un informe elaborado por el IPCVA, en el último año la suba de precios de la carne vacuna en carnicerías y supermercados fue inferior a la inflación general. Al mismo tiempo, crecieron fuertemente las exportaciones y se consolidó el consumo interno.

En el período comprendido entre junio de 2017 y el mismo mes de este año, los distintos cortes de carne vacuna registraron un aumento promedio del 24,5%, mientras que el índice general de precios se ubicó por encima del 30%. Considerando específicamente el rubro alimentos, las subas en carne vacuna estuvieron por debajo de otros productos esenciales como el pan (42%), la harina (96%), los fideos (51,7%), el filet de merluza (35,9%), el aceite (38,4%), los huevos (56,3%), la lechuga (65,9%), la yerba mate (34,1%) e incluso el pollo (32,5), el principal alimento “sustituto” de la carne vacuna.

Al respecto, el presidente del IPCVA, Ulises Forte declaró que “no se puede decir que la carne sea barata, porque esa percepción depende del ingreso de cada uno. Pero sí podemos decir que la carne sigue siendo un alimento accesible para los argentinos. Además, comparada con otros alimentos, es rica, nutritiva y rendidora, porque con un kilo de milanesas come una familia. Esto explica que el consumo de carne en el mercado interno sea estable, e incluso que se haya incrementado en los últimos meses, mientras que la demanda de otros alimentos se retrajo”.

Y añadió que “esto derriba definitivamente un mito arraigado en la sociedad y también, lamentablemente, en algunos ex funcionarios que cerraron o restringieron las exportaciones con el argumento de que las ventas externas hacían subir los precios en el mercado interno. Este último año crecimos fuertemente en exportaciones –a punto tal que volvimos a ser un jugador importante a nivel internacional- y los precios del mercado interno, como dijimos, se mantuvieron por debajo de la inflación”.

Los números son elocuentes. Las exportaciones de carne vacuna, con el “fenómeno China” a la cabeza, crecieron 63% en el primer semestre del 2018. En paralelo, el consumo interno también aumentó 2,5% (pasó de 55,8 kg a 57,2 kg por habitante por año).

“Las exportaciones son complementarias. En general, a Europa le vendemos los cortes premium; a Chile e Israel los del cuarto delantero, y a China los garrones, brazuelos y cogotes de vaca, quedándonos a los argentinos el asado, el matambre, el vacío y la cuadrada, que son los cortes que más consumimos y los que más nos gustan. Es decir que, mientras más carne se exporte, más disponibilidad de esos cortes habrá en el mercado interno, a precios razonables, mientras que la política anti-exportadora de la década anterior prácticamente destruyó a la cadena de ganados y carnes”, concluyó Forte.

De acuerdo con las previsiones para este año, la Argentina exportaría unas 420.000 toneladas de carne vacuna, lo que representa 15% del total producido. Esto se acerca al 80% de consumo interno y al 20% de ventas al exterior que reclama la cadena de ganados y carnes como punto de equilibro.

Un estudio confirma buenas perspectivas para la carne vacuna argentina en China

Los chinos actualmente consumen 6 kilos de carne vacuna por año, y pasarán a comer 8,1 kilos en 2027.

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) presentó los resultados del primer estudio de mercado cualitativo que realizó en China, que hoy representa más del 50% de las exportaciones argentinas. El mismo fue realizado por la consultora internacional Asian Agribusiness Consulting (AAC), y confirmó que existen grandes oportunidades para la carne vacuna nacional, que debe comenzar a posicionarse como un producto de alta calidad para competir en un mercado en el que lideran Australia y Estados Unidos.

La consultora, que cuenta con veinte años de experiencia en Oriente, realizó investigaciones y entrevistas en la República Popular China y Hong Kong. Se consultó a importadores, distribuidores, supermercadistas y consumidores, así como también se indagó en el comercio electrónico, de gran crecimiento en los últimos años (las gigantes “JD.com” y “T-mall” representan el 61% del total de ventas).

El estudio indicó que los chinos consumen sólo seis kilos de carne vacuna por año, pero que para el año 2027 esa cifra alcanzará los 8,1 kilos por persona. Si se considera que se trata de un mercado de más de 1.300 millones de habitantes que no se autoabastece y que, pese a las iniciativas gubernamentales, en el corto y mediano plazo, no podrá hacerlo, es evidente de que se trata de un dato muy relevante para nuestro país. “China representa más del 50% de nuestras exportaciones. Debemos estudiar este mercado para diseñar estrategias que nos permitan aumentar las ventas destinadas a la industria, y comenzar a posicionarnos como carne de alta calidad con un mejor precio”, aseguró Ulises Forte, presidente del IPCVA.

El especialista australiano a cargo de la presentación de la investigación, Michael Boddington, indicó que se trata de un mercado “muy complejo y diverso”, y que “el crecimiento de la economía está promoviendo cambios vertiginosos en las tendencias de la alimentación, con mayor demanda de proteínas rojas. En ese contexto, la carne vacuna comienza a ser vista como proteína de muy alto valor en un mercado dominado por el consumo de cerdo”.

De acuerdo a la investigación, en las ciudades más grandes, como Beijing, Shanghai y Guangzhou, se da el mayor consumo de carne vacuna. Allí, el 50% de los encuestados dijo que la consume una o dos veces por semana, y el 42% indicó que la adquiere en supermercados modernos y no en los tradicionales. Por su parte, en las ciudades más pequeñas, sólo el 38% de los consultados come carne con esa regularidad.

El estudio indica que los consumidores chinos tienen mucho desconocimiento acerca del origen, calidad y las formas de cocción de la carne vacuna. Sin embargo, esto se modifica rápidamente a partir de la apertura del país al mundo y a la incorporación de nuevas formas de consumo. De hecho, 64% de los encuestados en supermercados aseguró que le gustaría probar la carne argentina. Asimismo, la mayoría de los consultados indicó que los principales atributos a la hora de elegir la carne son la “salubridad” y el “sabor”, dos aspectos sobre los que la Argentina tiene sobradas condiciones para posicionarse.

En este contexto, a diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo, la carne vacuna argentina es “nueva” en China (pues recién en 2011 se logró acceder a ese mercado). No obstante, 86% de los entrevistados ha oído hablar de Argentina; 23% pudo consumir vino argentino, pero sólo 18% probó carne argentina, aunque al 64% de ellos le gustaría probarla.

El estudio indica que, para lograr un mejor posicionamiento, la Argentina debería tener una mayor uniformidad de producto, es decir, realizar envíos con una consistencia similar sostenida en el tiempo. También trabajar para instalar la carne en las grandes redes sociales de China (WeChat, con 800 millones de usuarios y Weibo, con 400), e implementar acciones diferenciales en los supermercados, con un etiquetado distintivo (como el que usan Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos), degustaciones de producto y docencia sobre su preparación.

En este sentido, el segmento HORECA (hoteles, restaurantes y servicios de catering) representa el 50% del consumo de carne vacuna. Grandes cadenas nacionales y regionales están surgiendo, ansiosas por ser educadas sobre cómo usar cortes de menor precio para reducir costos y proporcionar alimentos de calidad. Los restaurantes Hot Pot (una comida que tiene un alto contenido de carne), representan el 17% del comercio de restaurantes.

Finalmente, los atributos de calidad de la Argentina (tales como la genética, la alimentación de los animales y los beneficios para la salud), no son muy conocidos en la cadena de suministro de China, al tiempo que son completamente desconocidos por los consumidores. Y pese a ello, están interesados en probarla. Al respecto, el vicepresidente del IPCVA, Mario Ravettino, dijo que “este trabajo nos desafía claramente, con argumentos técnicos, a trabajar por el crecimiento, tan posible como deseable, en un mercado hoy estratégico para la cadena de ganados y carnes del país”.

Acerca del mercado. La industria de la carne de China está muy fragmentada. Unos 11 millones de pequeños productores poseen 53 millones de cabezas de ganado, con una producción que en 2016 fue de 7,2 millones de toneladas de carne. El gobierno impulsa el crecimiento de la producción local, por lo que se espera que en los próximos años aumente la competencia, aunque el ritmo que podría alcanzar no llegaría a abastecer la demanda.

A la fecha, 16 países pueden exportar carne vacuna a China. De ellos, Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda son los mejor posicionados en el segmento de alta calidad. Argentina, Brasil y Uruguay aparecen como grandes jugadores de la venta de carne vacuna a granel, para industria. Estos 6 países representan en conjunto más del 95% de la carne que importa China. De estas importaciones, sólo 10% es carne fresca de alto valor, y es el nicho que ocupan los primeros tres países mencionados.

En 2017, la República Popular China importó 688.000 toneladas de carne vacuna, previéndose que ese número superará el millón de toneladas en menos de 10 años. De esa cifra, sólo 6.558 toneladas fueron de carne enfriada (valoradas en U$D 73,6 millones), y el resto fue carne congelada (que alcanzó los U$S 2.900 millones).

Es por eso que desde el IPCVA se comenzará a trabajar en un plan de acción que incluirá aspectos de comunicación, marketing y publicidad en China.

Mayor interacción entre Estado y privados para fortalecer la ganadería

Como siempre pensé y sostuve a lo largo de los años, las actividades productivas como la ganadería necesitan tanto del mercado como de políticas públicas acertadas que brinden el marco para el crecimiento de todos los eslabones y la sana competencia. De hecho, como quedó claro a lo largo de nuestra historia, la ganadería –entendida como una actividad inclusiva de pequeños, medianos y grandes productores- y la producción de carne, no pueden prosperar con un Estado bobo que todo lo regula, ni tampoco se puede expresar cabalmente si queda librada exclusivamente a las leyes del mercado.

En ese contexto, nos encontramos en un momento histórico apropiado como para poder combinar ambas fuerzas en forma positiva, para que la argentina ganadera vuelva a ocupar un lugar preponderante en el corazón económico y social del país.

Creció el stock; poco, pero creció. Crecieron las exportaciones, es cierto. Y el mercado interno está consolidado. Es hora, entonces, de dar el siguiente paso, encarando públicos y privados en forma conjunta, las reformas que necesita el sector.

En principio, desde el Estado se deberían fomentar tasas diferenciadas para el sector productivo, porque crédito hay, pero a valores que no son adecuados para los ganaderos pequeños y medianos.

También se debería comenzar a trabajar en el reagrupamiento de los estándares sanitarios, y empezar a trabajar de una buena vez en la distribución por cortes, o al menos por cuartos, lo cual permitiría no solamente valores más adecuados para el consumo interno, sino también una verdadera complementariedad entre consumo y exportación, mercados que lamentablemente a veces compiten entre sí, en vez de potenciarse.

Todo esto, acompañado por la modernización del Senasa y la continuidad y profundización de las acciones que viene llevando a cabo la Subsecretaria de Control Comercial Agropecuario de la Nación.

Por último, la “piedra angular” del crecimiento productivo: terminar de una vez y para siempre con el “ternericidio”, que no solamente atenta contra el crecimiento del stock, sino que nos resta cientos de miles de kilos de carne por año. Este cambio de consumo, con implicancias económicas, pero también culturales, debe ser abordado por toda la cadena de ganados y carnes, y por el Estado en forma conjunta. Desde el IPCVA estamos dando el primer paso, desde nuestro lugar, fomentando acciones de difusión y publicidad relacionadas con el consumo de novillo. Eso solo no alcanza, obviamente, pero esperamos que el resto de la cadena y el Estado se sumen a esta iniciativa, que en el mediano y largo plazo redundará en un beneficio para la sociedad.

En Entre Ríos siguen apostando por la producción de carne vacuna

El 2 de agosto, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizó una jornada a campo en el Establecimiento “Los Pibes”, en la localidad entrerriana de Seguí. El evento, que tuvo como slogan “Ciclo completo flexible, destinado a consumo interno y exportación”, convocó a más de 700 productores de la zona y fue seguido por internet por más de 800 personas.

La apertura del evento contó, por primera vez en la historia de estas jornadas, con la presencia del presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación, el entrerriano Atilio Benedetti, quien declaró que “estamos transitando por un momento difícil, pero vamos por el camino correcto. El presidente Macri ha privilegiado mantener con firmeza las políticas destinadas a los sectores de la producción, vinculadas a todo lo que es el campo, y quienes formamos Cambiemos lo acompañamos. Sabemos que este sector es el que puede producir los frutos que precisamos como país para salir adelante y lograr los objetivos que nos planteamos”.

En ese ámbito, el presidente del IPCVA, Ulises Forte, expresó: “Cuando asumí en el Instituto, estaba prohibido por voluntad de un funcionario lo que estábamos obligados a hacer por ley: promover la carne vacuna. Los tiempos cambiaron. Tenemos libertad de poder trabajar en ese sentido; de hecho, se calcula que este año vamos a estar en los 400 millones de toneladas, se completó la Hilton y explotó el boom de China. Venimos creciendo de modo notorio con un mercado interno que se mantiene en 60 kilos por año por persona. Ahora creemos que deben darse algunas discusiones pendientes, como la reagrupación de los estándares sanitarios o distribución por cortes”.

Forte concluyó en que “tenemos un gran futuro. Un mercado interno fuerte, con cultura carnicera. Un mundo demandante de alimentos y dos grandes ventajas: estamos lejísimos de nuestro techo productivo, y culturalmente comemos cortes diferentes que los que nos pide el exterior. Así que mientras más carne vendamos al mundo, a mejores precios vamos a comer los argentinos”, y enfatizó en que “el desafío es que el Estado nos acompañe cumpliendo un rol clave en la reforma impositiva, en el acceso al financiamiento, en el control y fiscalización, y también a través de organismos como INTA, INTI o Banco Nación”.

En la apertura también habló el dueño del establecimiento, Orlando Moro, quien expuso la actividad realizada allí y en la cooperativa de la zona. Luego, el Ing. Rubén Insaurralde, en representación del INTA, destacó la labor que realizan dicha institución y el IPCVA en conjunto. “Nos vinculamos para buscar puntos de encuentro que permitan dar respuestas a los productores y a las necesidades que tienen en los territorios”, indicó.

Durante la jornada hubo un nutrido programa de disertaciones técnicas y dos salidas a campo. Las charlas comenzaron con “Presentación de ‘Los Pibes’, un campo que produce para el mercado interno, pero está para exportar” (a cargo de O. Moro); “San Sebastián, un caso exitoso de exportación” (por el productor José Colli) y “Cómo sacar los números en ganadería” (dictada por el Ing. Agr. Juan Pablo Russi, asesor privado). Más tarde siguieron “Actualidad y perspectivas del mercado de carnes” (por el Med. Vet. Jorge Torelli y el Ing. Agr. Adrián Bifaretti, consejero y jefe del departamento de promoción interna del IPCVA, respectivamente); “Alternativas nutricionales para el novillo pesado” (a cargo del Ing. Agr. Sebastián Riffel, asesor privado) y “Feedlot ecológico, implementación comercial” (por el Med. Vet. Sebastián Vittone, EEA INTA Concepción del Uruguay).

La sequía del verano impactó sobre el stock ganadero

El rodeo bovino nacional mostró al mes de junio, una caída del 0,8% (alrededor de 400.000 cabezas), con respecto a marzo del año anterior, según datos del Senasa relevados por el Área de Información Económica y Estadística del IPCVA. Sin embargo, el comportamiento del stock ha sido heterogéneo tanto a nivel regional como en lo que respecta a cada una de las categorías. La grave sequía del último verano tuvo un evidente impacto sobre el rodeo.

Al desagregar las cifras, se ve que mejoró notablemente el número de terneros y terneras obtenidos, alrededor de 5% superior a la zafra 2016/17, llegando a los 14,9 millones, lo que implica una relación ternero/vaca superior a 0,64. El número de vacas también creció en 0,9%, superando los 23,5 millones; pero cayó el stock de vaquillonas (-8,6%); de novillitos (-5,5%) y de novillos (-10,9%), comprometiendo la capacidad de producción de carne a corto y mediano plazo. El número de novillos contabilizados, levemente inferior a 2,5 millones, es el más bajo de los últimos 15 años.

Esto determina una situación de estancamiento en la producción de carne, que se verifica a lo largo de los últimos años. Así, el volumen obtenido está condicionado por la zafra de terneros, por la faena de animales muy livianos para el consumo interno, y por la decisión de los productores de enviar a faena un mayor o menor número de vacas.

En el primer semestre de 2018, la faena superó los 6,60 millones de cabezas, lo que implica una suba del 9,2% con respecto a los valores del año anterior. Las perspectivas para la faena y la producción de carne correspondientes al tercer trimestre estarán determinadas por la evolución reciente de la actividad de los establecimientos de engorde a corral (EEC). En el segundo trimestre ingresaron a estos, aproximadamente 1,265 millones de cabezas de ganado bovino, una cantidad significativamente inferior (-13,3%), a los 1,459 millones ingresados entre abril y junio de 2017.

En síntesis, el tercer trimestre del año 2018 tendrá una oferta de hacienda liviana proveniente de feedlots cercana a inferior a la del mismo periodo del año anterior; además, la oferta de novillos provenientes de campo se verá afectada por la falta de pasto, mientras que la oferta de vacas debería ubicarse en valores inferiores a los registros del tercer trimestre de 2017. Por lo tanto, el nivel de actividad de la industria frigorífica debería resultar similar al observado entre julio y septiembre de 2017.

Significativo aumento de las exportaciones de carne en julio

De acuerdo con el relevamiento mensual realizado por el IPCVA, las exportaciones de carne bovina correspondientes a julio de 2018 alcanzaron un valor de 169 millones de dólares, 50% por encima de los 113 millones de dólares obtenidos en el mismo mes del año anterior. El precio promedio de exportación en este año es 12,4% inferior al observado en julio de 2017.

Al comparar los meses de junio y julio de este año, se constata un incremento del 12%. En el mismo sentido, fueron 70,9% más altas que las de julio de 2017, considerando los volúmenes embarcados en toneladas peso producto (no se incluyen menudencias y vísceras).

Los embarques de cortes enfriados, congelados y carne procesada en julio de 2018 totalizaron 32.102 toneladas peso producto, por un valor de aproximadamente 169 millones de dólares. El precio FOB promedio por tonelada para el período fue de unos u$s 8.200 para los cortes enfriados sin hueso; y de unos u$s 4.300 para los cortes congelados sin hueso. El precio promedio de julio de 2018 cayó moderadamente con respecto a junio de 2018 (-3,2%) y también en relación con julio de 2017 (-12,4%).

La República Popular China resultó el principal destino en volumen para la carne vacuna durante los primeros siete meses de 2018 (con aproximadamente 95,1 mil toneladas), seguida por Rusia (21,0 mil toneladas); y Chile (18,1 mil toneladas). En cuanto al valor de las divisas ingresadas, el principal mercado durante el período es China, que representa 39,9% del valor total exportado de carne vacuna enfriada, congelada y procesada en el periodo, seguida por Alemania (14,7%), y Chile (10,4%).