El mes de agosto está cerrando su primera quincena de días con precipitaciones que se generalizaron sobre buena parte de la región pampeana, prevaleciendo registros que estuvieron entre cinco y diez milímetros sobre la franja central, superando esa marca en áreas de BA y LP, extendiéndose con una oferta modesta hacia el norte de la Mesopotamia. En general fueron precipitaciones débiles que se desplegaron en el cambio del martes para el miércoles, las mismas quedan representadas en el mapa.
El balance hídrico resulta favorable para la evolución de los cultivos de invierno. Por sectores el mismo alcanza niveles óptimos y los excesos son reducidos y mayormente temporarios, concentrados principalmente en centro este o sectores del sudeste de BA.
Ya hemos analizado que este invierno presenta una convergencia de variables que promete un buen desarrollo para la campaña de granos finos. Si bien no nos podemos subir a un optimismo desmesurado, las reservas tienen una marcha persistente con piso en niveles adecuados y las temperaturas se han mantenido por debajo de los valores normales en el bimestre previo. Es decir, los cultivares avanzan con buena provisión de agua y en etapas fenológicas que pueden soportar el frío en forma óptima.
El cambio de circulación que se asienta y fortalece a partir mañana, reinstala condiciones favorables para el regreso de las precipitaciones. Si bien estas precipitaciones no serían significativas, estas entradas de aire húmedo garantizan la buena disponibilidad de agua, principalmente en la franja este del país. El ajuste hacia el oeste es típico de la época, por lo cual algunas zonas de CB, tienen un tránsito menos benigno.
No llamaría la atención que la transición hacia la segunda quincena de agosto comience a marcar el reposicionamiento de estas masas de aire con mayor potencial pluvial. La demanda de lluvias no es importante sobre las zonas principales donde la fina tiene mayor cobertura, pero sería interesante que algunas lluvias se desplacen hacia el oeste en el resto del mes. Esto ya se ha visto recientemente en el centro norte de LP por ejemplo, con lo cual es posible que se repita con mayor cobertura sobre CB, por ejemplo. La alternancia entre el ambiente frío y condiciones más templadas comenzará a ser más frecuente.
El centro norte de la Mesopotamia se mantiene bastante seco, lo cual resulta extraño si tenemos en cuenta que es una zona donde normalmente las lluvias de invierno se mantienen con mayor volumen. Esto seguramente responde al patrón seco de gran escala que afecta al pantanal brasileño y ha logrado avanzar sobre la Mesopotamia argentina. Un cambio significativo es difícil de esperar antes del mes de octubre, posiblemente con una recuperación previa en nuestra Mesopotamia, pero con un panorama difícil para el centro oeste brasileño y la zona oriental de Paraguay.
Si se mantiene esta secuencia de eventos pluviales en las áreas trigueras, la oferta de agua parece alinearse con un patrón cercano al normal. A medida que avance el trimestre de primavera, podremos confirmar si el fenómeno de El Niño acompaña la floración de la fina y la siembra de la gruesa. Por el momento los pronósticos muestran una tendencia que inclina las probabilidades en ese sentido.