El resultado de la votación confirmó la fuerte resistencia que la iniciativa aprobada por Diputados el pasado 14 de junio venía acumulando en la Cámara alta y que se profundizó en los últimos diez días, cuando el rechazo fortaleció su mayoría.
La maratónica sesión, en la que intervinieron 64 de los 72 legisladores que
integran el cuerpo, concluyó sin aplausos ni festejos y con los senadores
abandonando raudamente el recinto ni bien el tablero electrónico confirmó el
resultado de la votación
La maratónica sesión, en la que intervinieron 64 de los 72 legisladores que integran el cuerpo, concluyó sin aplausos ni festejos y con los senadores abandonando raudamente el recinto ni bien el tablero electrónico confirmó el resultado de la votación.
A la hora de los cierres uno de los discursos más esperados fue el de
Cristina Kirchner (FPV-Buenos Aires), quien justificó en "las miles y miles de
chicas que se volcaron a las calles" su cambio de opinión sobre la legalización
del aborto luego de que, durante los ocho años que fue presidenta, se negó a
habilitar su debate en el Congreso.
"Si tuviera la certeza de que rechazando la media sanción de Diputados no hay
más abortos en la República Argentina, no tendría ningún problema en levantar la
mano", apostrofó la expresidenta a los opositores al proyecto. "No es cuestión
de creencias y convicciones sino de dar respuesta como legisladores a un
problema que existe", agregó.
A su turno, el jefe del bloque Justicialista y uno de los principales impulsores de la legalización desde que el proyecto ingresó al Senado, Miguel Pichetto (Río Negro), pidió "hacer una autocrítica", en obvia alusión a la expresidenta. "Este fue un tema que se nos pasó, tal vez les tuvimos miedo a estructuras dominantes y viejas, que aparecen siempre en posiciones retrógradas, como la Iglesia Católica y credos evangélicos", afirmó sobre la negativa del kirchnerismo a avanzar con la legalización del aborto.
Pichetto también tuvo palabras para Mauricio Macri , a quien elogió por haber permitido que el tema se discutiera en el Congreso, pero lo cuestionó por no haber jugado a fondo por la sanción de la iniciativa. "Debió haberse comprometido para que esta ley saliera, hoy la Argentina sería un país más justo", afirmó, lamentando la supremacía del sector antiabortista. "El no va a ganar esta noche pero el futuro no les pertenece", agregó el rionegrino en tono premonitorio.
La profunda división que el tema generó en el oficialismo quedó al evidenciado con el cierre compartido por los radicales Silvia Elías (Tucumán) y Luis Naidenoff (Formosa), parados en veredas contrarias en torno a la legalización.
Firme opositora del proyecto, la senadora tucumana defendió a la Iglesia Católica y acusó a los defensores de la legalización de usar eufemismos, como interrupción voluntaria del embarazo, para no hablar de aborto. "Rechazamos este proyecto porque conculca el derecho a la vida y a la libertad de conciencia, establece un derecho al aborto supraconstitucional y es discriminatorio y unitario", sentenció.
Por su parte, Naidenoff consideró que aprobar la ley sería "un salto de calidad para la Argentina". "La historia marca que cuando se trata de ampliar derechos, la sociedad siempre va a la vanguardia", añadió.
Ante el resultado "cantado" de la votación, Naidenoff prefirió enviar un mensaje optimista a los jóvenes que manifestaban en la calle y de su partido y a los militantes de Franja Morada: "Este es un primer paso y más allá de mayorías circunstanciales, nada está perdido", arengó.
El pronunciamiento de la Cámara alta implica un duro golpe para el colectivo de organizaciones de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, ya que la iniciativa no podrá volver a discutirse hasta el 1 de marzo del año próximo.
El proyecto de interrupción voluntaria del embarazo se suma a la selecta lista de iniciativas de trascendencia nacional que han fracasado en el Senado. Compartirá espacio en esa galería con la denominada "ley Mucci", rechazada durante el gobierno de Raúl Alfonsín ; y la polémica resolución 125, hundida por el recordado "voto no positivo" de Julio Cobos durante la primera administración de Cristina Kirchner .
El interés que despertó el proyecto quedó reflejado en las importantes movilizaciones a favor y en contra que ayer tiñeron de verde y celeste los alrededores del palacio legislativo y que obligaron a montar un impresionante operativo de seguridad para garantizar el funcionamiento de la Cámara alta. Durante la desconcentración se registraron algunos incidentes.
Los cuatro meses que duró el debate en ambas cámaras dejaron al descubierto que la legalización del aborto atraviesa de manera transversal a casi todos los bloques políticos.
El sector más golpeado por esta nueva grieta fue el oficialismo, que atravesó el debate en medio de reproches cruzados entre sus legisladores y cuestionamientos a Mauricio Macri por haber habilitado el debate de un tema por demás urticante.
"Estamos pagando las consecuencias de que el Gobierno haya permitido que este tema se debata en el Congreso", se quejó Juan Carlos Marino (UCR-La Pampa), opositor al proyecto, durante una áspera reunión de la bancada oficialista celebrada en la mañana de ayer, minutos antes de bajar al recinto. Tampoco faltaron las quejas por la fuerte injerencia de la Iglesia Católica sobre la bancada. "Esto se va a leer como que el Papa tiene más votos que el Presidente", advirtió el cordobés Martínez en dirección a sus compañeros de bancada dispuestos a rechazar la iniciativa.
Por: Gustavo Ybarra