Los contratistas rurales no están de parabienes. La última turbulencia financiera y económica terminó de agravar la pérdida de rentabilidad en la actividad, según alertan los mismos contratistas.

En este sentido, Fredy Simone, presidente de la Cámara Bonaerense de Contratistas Rurales, expresó su preocupación por el presente y el futuro del sector: "Desde marzo a la fecha vivimos una cruel realidad. Después de años críticos, pensamos que íbamos a tener un respiro, con buenas perspectivas, pero se trabaja a pérdida. Con el cepo cambiario, durante el anterior gobierno (de Cristina Kirchner), trabajábamos mejor".

Jorge Scoppa, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (FACMA), señaló que estos prestadores de servicio, que recolectan el 75% de la cosecha, necesitan trabajar más para adquirir una cosechadora. Deben afrontar a una máquina dolarizada mientras ellos prestan un servicio en pesos.

"En febrero pasado, el precio de la cosechadora (con un precio promedio 500.000 dólares, luego convertidos a pesos) representaba el servicio de cosecha de 5980 hectáreas, pero en julio último pasó a ser el servicio de 7224 hectáreas; adquirir una máquina demanda un 20% más", dijo a LA NACION.

Scoppa también precisó que, para amortizar una maquinaria en cinco años, el año pasado se necesitaban cosechar 1196 hectáreas por año. "Hoy se requieren 1444 hectáreas (comparación precio lleno, es decir sin tener en cuenta otros costos)", dijo.

Devaluación

"Arreglamos tarifas y precios en marzo y luego vino la devaluación con los valores ya pactados de antemano", se quejó Simone.

"El costo no podemos trasladarlo a los clientes", señaló el contratista bonaerense. Y agregó: "Tomamos créditos en dólares con una tasa del 3%, pero nuestro trabajo está en pesos.Yo tengo un crédito de 30.000 dólares (600.000 pesos en su momento) y por el tema de la devaluación me salió 297.000 pesos más (un 50% más de lo previsto)".

El combustible es clave para estos prestadores de servicios. "Es una situación más que inquietante, que se suma al momento difícil en que estamos. El impacto que tenía el combustible en los costos de la tarifa era de un 23% y ahora anda cerca de un 40%", dijeron del sector.

También el retraso en el pago del servicio, de hasta tres meses, es otro eslabón más de preocupación en el sector.

Otra cuestión a tener en cuenta son las inclemencias climáticas que perjudican, de manera directa, no solo al productor sino a los contratistas, que con una agenda pautada de antemano se pasan a veces hasta 20 días parados sin poder entrar en los lotes. "Se pierden muchas hectáreas y a veces se superponen trabajos con otros que estaban atrasados", señaló Simone.

Para Simone, la crisis es fuerte. "Llama la atención encontrar máquinas nuevas (con menos de un año de uso) en venta de usados. La tendencia es que, si continúa esta política, va a desaparecer la figura del contratista", alertó.

Futuro incierto

En ese contexto, la problemática que el sector visualiza es rentabilidad baja, dificultades por precios dolarizados en insumos, créditos en moneda extranjera, valores en alza de los combustibles y pagos atrasados.

Hoy el abanico de maquinaria agrícola, con tecnología de última generación, es inmenso, pero los contratistas no pueden adquirirlas. Los contratistas se quedaron sin el gran desafío de invertir en estos productos sofisticados: solo buscan pagar sus cuentas, arreglar las cosechadoras usadas con repuestos importados y hacer malabares para pagar los créditos prendarios de los bancos. "Les aconsejamos (a los socios)que paren con la inversión porque después no la pueden pagar", concluyó Simone.

Scoppa planteó la necesidad de que los créditos estén subsidiados. "Debemos destacar que el costo de la tasa subsidiada a un contratista es mucho menor para el Estado que en otros casos por el uso intensivo de la maquinaria que hace el prestador de servicios", dijo. Y añadió: "El contratista necesita del apoyo del Gobierno bajo la forma de créditos a tasas accesibles, porque tiene que hacer una inversión constante en maquinaria para poder contar con tecnología de punta".

En este contexto, Simone señaló: "Desde la Cámara apoyamos al sector: les pedimos que hagan sus números, que formen tarifas para que no trabajar a pérdida, hacer gestión de su equipo (cálculos) tener conciencia de los costos reales".

El jueves 16, el sector será recibido por funcionarios del Ministerio de Producción a quienes expondrán sus inquietudes.

Por: Mariana Reinke