CÓRDOBA.- El presidente Mauricio Macri pareció cerrar la discusión anteayer cuando -en conferencia de prensa- dio a entender que mantendrá el esquema de quita gradual de las retenciones a la soja . "No creo que sean un impuesto inteligente", afirmó horas después de que el gobernador jujeño Gerardo Morales dijera que habría que demorar la baja. También el ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, admitió que -"análisis detallado" de por medio- tal vez habría que repasar la decisión.
En este contexto, desde el Ieral, el economista Juan Manuel Garzón dijo a LA NACION que, desde el punto de vista fiscal, es poca plata la que se podría recaudar de más si se suspende la baja. "Si las retenciones quedan en 25% desde octubre -cuando llegan a ese valor- y se mantienen así en 2019 la recaudación adicional es de $500 millones este año y $27.000 millones el año que viene, cifras que lucen muy pobres para las necesidades fiscales que tiene el Gobierno", explicó.
La cifra de $27.000 millones adicionales del 2019 supone que los productores
siembren 18 millones de hectáreas de soja. Si decidieran sembrar un millón de
hectáreas menos por el hecho que no se les baja el impuesto, se perderían casi
$5000 millones de esos adicionales. Para comparar, Garzón recordó que el déficit
fiscal después del pago de intereses el año pasado fue de $600.000 millones.
Nadín Argañaraz, desde el Iaraf, consideró que cambiar las reglas de juego, en este caso en el área tributaria para el campo, es una señal negativa en la búsqueda de inversiones. "Si suspende la línea descendente de la carga tributaria es equivalente a subir un impuesto. De todas maneras en el caso de las retenciones la discusión está focalizada en un sector y entiendo que lo mejor sería sentarse a la mesa con todos los elementos para debatir: devaluación muy fuerte, rentabilidad, niveles de liquidación de exportaciones".
José Simonella, presidente del Consejo de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE) -entidad que planteó que deberían reducirse cinco puntos a la vez las retenciones para acelerar la liquidación de stock- remarcó que lo más costoso para un país es no cumplir lo que se promete. "Lo peor que puede pasar es tomar las medidas de a una; si se revisa este aspecto hay que hacerlo en un marco más general", indicó.
Argañaraz insistió en que el objetivo de la baja de las cargas es que haya más exportaciones e ingreso de divisas y que con el esquema de reducción de medio punto mensual "se puede incentivar la demora en la liquidación"
Garzón apuntó que en marzo propuso -para estimular la venta y aprovechar los elevados precios internacionales de ese momento, que estaban subiendo- acelerar la rebaja. "Perdimos esa oportunidad; hoy los productores tienen menos soja que en años anteriores por el efecto de la sequía y la liquidación no es tan diferente en ritmo a otros períodos", expresó.
Desde lo conceptual, el economista indicó que el sistema tributario tiene en su diseño mejores instrumentos para captar rentas o ganancias. Por ejemplo, suponiendo que en este próximo ciclo, los productores tengan buenos números, Ganancias puede "capturar esa situación y, en caso de que no los tengan, se cobrará menos. Este tipo de ajuste a la situación específica de cada productor, de cada zona, sólo lo puede hacer un impuesto como ese, no retenciones", opinó.
Por: Gabriela Origlia