Las carnes colaboran con el Gobierno y ayudan a que el indice de inflación no sea tan elevado. Esta situación tiene su explicación en el factor climático que aceleró la salida de animales de los campos y llevó a un encierre récord de animales en corrales, lo que hace que haya oferta suficiente y a que por ende de la carne y de la hacienda aumenten menos que la inflación promedio de la economía.
Algo similar sucede en la producción de pollos y porcinos, por causas diferentes, pero que concluyen en que la oferta sea suficiente al menos en los próximos meses. Cuando se compara el incremento de precios de las carnes con otros alimentos se advierte que viene muy por detrás de ellos, así lo demuestra en su presentación AgroIdeas, con un retraso importante con respecto a la inflación.
Por otro lado la recuperación de competitividad para el sector exportador por el nuevo valor del tipo de cambio motoriza una mayor actividad. El volumen de exportación venia siendo soportado mayoritariamente por la faena de vacas con destino a China, categoría que es habitual que incremente su participación en la faena durante los meses de marzo, abril y mayo para luego decaer; este año por la sequía el envío a faena de esta categoría fue mayor que en años normales.
En los próximos meses la categoría mas buscada será la de novillos, cuya oferta ya es de por sí baja. Cuando el precio incentive a los productores a producirlos habrá cambios en el ciclo ganadero que reducirás más su disponibilidad.
Queremos también mencionar otras cuestiones. Por caso, la vuelta a la vigencia del peso mínimo de faena igualitario para terneros machos y hembras sumado a las consideraciones antes descriptas está empezando a producir algunos efectos ya señalados por FIFRA en otras ocasiones. En primer lugar hay una importante diferenciación de precios entre el macho y la hembra de invernada de más de 10%. El macho es buscado para producir novillos y también por el consumo por su conversión de alimento en carne, mientras que la hembra, por demandar más tiempo para su terminación, se la penaliza con un precio inferior.
Esto va conformando un cóctel que seguramente al finalizar agosto o septiembre desembocará en aumentos considerables de precios en nuestro mercado doméstico y traerá consecuencias porque seguramente afectará al consumo interno.
Ante esta situación el trabajo del Gobierno junto con la Mesa de las Carnes en busca del ordenamiento y transparencia cobra mayor relevancia. Se han puesto en vigencia normas tendientes a mejorar los controles, pero todavía no están totalmente consolidados.
La instalación de los controladores electrónicos de faena todavía no están funcionando en la “totalidad” de los establecimientos y si bien cuando se analiza por faena nos muestra porcentajes importantes, cuando esa competencia se marca en una región o zona determinada puede significar una competencia desleal tal que ocasione el cierre de quien es controlado.
El proceso de modificación de ingresos brutos para faena sólo quedó en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero. La puja con provincia de Buenos Aires para modificar alícuotas de percepciones para la venta a carnicerías, va produciendo la aparición de artimañas para no quedar expuestos y lamentablemente los controles del Estado no son los suficientemente rápido para descubrirlos, lo que produce un daño comercial tremendo.
Los avances con las provincias para establecer un estándar sanitario básico por el momento están circunscriptos a deliberaciones en el Consejo Federal Agropecuario y a iniciativas muy puntuales sin mostrar una verdadera vocación de cambio. El Plan Creha que ejecuta SENASA y el cual ha sido ampliamente analizado y debatido mantiene las mismas falencias, nadie en el sector entiende porque no se toma la “decisión” y se continúan asumiendo riesgos. La puesta en vigencia de un Remito Electrónico sin haber resuelto la situación del sector minorista no facilita para nada esta tarea.
Nos genera mucha preocupación lo que pueda suceder en el segundo semestre. En caso de que se produzca el aumento de precios -como intentamos explicarnos- y teniendo en cuenta que la necesidad de recorte del gasto público podría derivar en menos recursos para la fiscalización, además de los problemas antes enumerados, nos genera preocupación la posibilidad de que todo esto se traduzca en un aumento de la informalidad y la consecuente destrucción de empresas.
En la 7ma. reunión de la cadena con el Presidente y su Gabinete se analizaron los temas que nos preocupan y se pusieron fechas de resolución. Los funcionarios de la provincia de Buenos Aires se comprometieron a finalizar en diciembre el relevamiento y equiparación del status sanitario de las plantas frigoríficas en un trabajo en conjunto que lleva con SENASA, también se hará un cronograma con el resto de las provincias.
El Plan Creha fue motivo de análisis y quedó en evidencia que es necesaria su reformulación y aplicación en todos los establecimientos de matanza del país. La reducción de la alícuota por parte de ARBA para percepciones, la creación de un Registro de Carniceros en RUCA y la vigencia del Remito Electrónico de Carnes desde el 1 de Setiembre, serían las herramientas para formalizar el comercio minorista.
Sobre la eliminación de retenciones al cuero el Presidente tomó nota que el Ejecutivo no cumplió en lo acordado en la reunión anterior sin emitir opinión. La participación del Presidente en estas reuniones y su compromiso renueva esperanza en los actores que queremos cambiar el escenario buscando mayor ordenamiento y transparencia.
Por Daniel Urcía, Vicepresidente de FIFRA