Luego de haber tocado nuevamente los 190 dólares por tonelada, las operaciones de trigo de la nueva campaña 2018/19 volvieron a activarse. Si observamos los datos de compras de la exportación al 4 de julio de este mes, podremos constatar adquisiciones por 2,7 millones de toneladas, casi unas 500 mil por encima de las obtenidas a igual fecha del año pasado. Lo que resulta interesante, es que el ritmo de ventas de los productores/compras de los exportadores durante la temporada pasada ya se ubicaba bien por encima del promedio histórico en términos porcentuales.

Clima de por medio, se espera que la producción del cereal argentino se ubique en torno de los 19 o 20 millones de toneladas, lo que a priori estaría justificando el mayor ritmo de compras por parte de los exportadores. Adicionalmente, los interesantes precios ofrecidos desde que comenzaron a aparecer las cotizaciones Forward, fueron lo suficientemente atractivos como para que los productores efectivizaran ventas con bastante antelación. Pero sin lugar a dudas lo que está comenzando a pesar cada vez con mayor ahínco, tanto en las cotizaciones internacionales como en la preocupación de los importadores, es el recorte productivo en los principales países productores de Europa, Europa del Este y la Ex -URSS. El caso más emblemático resulta ser el de Rusia, cuya producción (según informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos del mes de junio), se achicaría casi un 20 por ciento. Nada despreciable si se tiene en cuenta que este país es el principal exportador mundial de trigo y que abastece en buena medida a los grandes compradores del norte de África.

Así las cosas, el mercado local del cereal podría volver a experimentar una situación similar a la de este año. Un primer tiempo hasta la cosecha y luego un segundo tiempo desde el momento de la trilla hacia adelante. En ese contexto resulta importante estar muy atentos a dos eventos o factores. El primero, por supuesto, tiene que ver con el devenir climático. Hasta ahora y, sacando algunas zonas que estarían "pidiendo" un poco más de agua, en general el panorama resulta alentador. El segundo, estriba en seguir muy de cerca la evolución de las compras de la exportación. Con un ritmo muy acelerado, el segundo tiempo comentado a principios del párrafo podría también adelantarse en el tiempo. Mientras que con un ritmo algo más lento que el actual, la posibilidad de un segundo tiempo en donde Brasil comience a presionar más fuertemente sobre las cotizaciones FOB (o precios de exportación), podría empezar a verse más cerca del segundo trimestre del próximo año.

Capturas

Desde el punto de vista de la oferta y para aquellos que necesiten vender en cosecha, la consecución de ventas a precio en el orden de los 190 dólares por toneladas con compra de Calls de precio de ejercicio 203 con una prima de 5 dólares por tonelada, se esgrime como una muy buena alternativa, sobre todo pensando en la "palanca" frente a algún problema climático durante nuestra primavera. De lo contrario, la compra de Puts también a enero 2019 de precio de ejercicio 179 con prima cercana a los 7 dólares por tonelada, logra obtener "pisos" superiores a los 170 (172 para ser exactos), sin resignar "palanca" ante eventuales subas de las cotizaciones.

Claramente, la enorme volatilidad desarrollada por estos mercados en los últimos meses, derivada de la "guerra" comercial entre Estados Unidos y China a escala internacional, sumado a los consabidos problemas y a la incertidumbre generada por el tipo de cambio a nivel doméstico, "obliga" a no dejarse estar en materia de coberturas. Capturar rentabilidad cuando la misma se pueda efectivizar, forma parte de una adecuada administración del riesgo. No hacerlo, es dejar librado al azar variables que, a todas luces, hoy son de muy difícil predicción. Para seguir con mucha atención.

El autor es socio de Nóvitas SA.