La economía de Santa Fe, una provincia con un fuerte perfil agroindustrial, se desacelera. En la tendencia influye la devaluación y la incertidumbre de las últimas semanas, pero la variable que más pesa son las consecuencias que dejó la severa sequía que derrumbó la producción de soja y maíz, con importantes secuelas en la cadena de procesamiento de los cultivos y en los sectores relacionados.
Un informe de la Fundación Mediterránea, que elaboraron Carolina Beltramino y Lorena Picapietra, explica que la sequía implicó una caída de 3,6 millones de toneladas en la cosecha santafesina, en comparación con la campaña anterior, un volumen que representa 207 millones de dólares menos para el sector productivo santafesino.
“El aporte del sector a la economía provincial asciende al 6% del Producto Bruto Geográfico, y se constituye en un rubo de alto impacto, no solo por su influencia directa en el nivel de actividad, sino también por ser el principal sostén de la producción industrial de aceites y grasas de origen vegetal, uno de los sectores industriales con mayor relevancia para la provincia”, recuerda el trabajo.
En relación a las exportaciones provinciales, la caída en la producción de soja y sus consecuencias en el desempeño de la industria oleaginosa, prevén un impacto negativo en las ventas externas que difícilmente pueda ser compensado.
“Con los datos del primer cuatrimestre de 2018, las exportaciones con origen en la provincia de Santa Fe registraron una caída interanual cercana al 1% en valores FOB y del 11% en los volúmenes exportados, medidos en toneladas. Así, los motores de la economía santafesina pierden impulso hacia la primera mitad del año”, advierte las investigadoras de la fundación.
Las fábricas de maquinaria agrícola, que aportan más del 10% de la estructura industrial de Santa Fe, también se vieron afectadas por el impacto de la sequía en el sector productivo, el encarecimiento de los créditos y la competencia de la maquinaria importada. “Un factor positivo para el rubro es que la devaluación del peso argentino podría contribuir a mejorar la situación para la maquinaria nacional, compensando en parte el problema de la menor liquidez”, plantea el informe.
Pero no todas son malas noticias. La faena de bovinos registró un crecimiento del 13% en los primeros cinco meses del año. “El procesamiento de carne ocupa históricamente un lugar preponderante en la economía santafesina, tanto en términos del valor agregado generado (6% del VA industrial), como en el aporte a las exportaciones de alto valor y generación de empleo”, indica el estudio.
La producción de leche también mostró un crecimiento interanual del 20% en el primer cuatrimestre, en comparación con los valores muy bajos que se habían registrado el año anterior. “De acuerdo a los últimos datos disponibles, la industria láctea representa el 6% del valor agregado generado por la actividad manufacturera en Santa Fe”, precisa la fundación.
Pero la cadena lechera, en los próximos meses, enfrentará una situación delicada por el incremento de los costos productivos, luego de la devaluación.