El tradicional remate de los lunes desarrollado en la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), bajo el martillo de la firma Consignaciones Córdoba, dejó como saldo un dato inédito al menos para los últimos años: los novillitos cotizaron por encima de los terneros.
Con un ingreso de 1.110 cabezas, de las cuales 632 se vendieron con destino a faena, la principal categoría de animales para consumo volvió a subir, hasta marcar un máximo de 46,20 pesos por kilo vivo, mientras que la invernada se pagó hasta 45,40 pesos para animales de hasta 150 kilos (5% por debajo de la semana pasada) y hasta 44,20 los de hasta 200 kilos (2,8% más).
Si bien ya hacía varias semanas que los novillitos venían ubicándose cerca de los terneros, no hay un antecedente reciente de que los superaran en valor.
Causas
En diálogo con Agrovoz, Pablo Pérez, titular de Consignaciones Córdoba, explicó que hay dos factores coyunturales, de corto y mediano plazo, que explican este cambio de tendencia que, según su punto de vista, se quedará por algunas semanas más.
En lo inmediato, la subasta de este lunes –afirmó– tuvo menos oferta de hacienda gorda. “Normalmente, tenemos cuatro o cinco jaulas, y esta vez hubo sólo dos. Como no había mucha mercadería, la pagaron algunos pesos más”, indicó.
En cambio, en la invernada dominaron los animales con dos características que les restan valor: en su mayoría, livianos, y con mucha participación de las hembras, que valen menos que los machos.
En este punto, es donde el corto plazo se integra al mediano; en concreto, al efecto devastador que tuvo la sequía en el centro-norte de Córdoba.
Sin pasto
Según Pérez, el problema es la falta de pasto por la falta de agua del verano, que complica los números para hacer una recría inicial a campo antes de ingresar el animal al corral. “El ternero liviano en el centro-norte de Córdoba ya no tiene más precio, porque no hay lugar donde recriarlo”, dijo el consignatario.
Por eso, mientras los ejemplares de invernada más livianos cayeron en su precio, los de hasta 200 kilos lo mejoraron. “La demanda es por animales en torno a 180 que no necesiten una recría previa, que estén listos para ingresar al feedlot”, agregó.
Pérez recordó en este contexto que los establecimientos de engorde a corral lograban sus mejores márgenes precisamente al poder adquirir un ternero liviano y agregarle 100 kilos a pasto para luego completar el proceso en el feedlot y enviar el bovino a faena. Y eso, con un maíz a 2.500 pesos.
“Ahora, sin pasto, el negocio ya no está; y con un maíz a más de 4.000 pesos, la variable de ajuste termina siendo el precio de la invernada”, remarcó.
Tendencia
Por estos motivos, Pérez insistió: “Vamos a seguir teniendo un gordo superior a la invernada, por una cuestión de rentabilidad; si seguía la misma relación de compra-venta negativa, se fundían todos”.
El consignatario hizo algunos números que ejemplifican este escenario de márgenes muy ajustados para los feedloteros: “Hace cinco meses, producir un kilo de carne en un feedlot costaba 23-24 pesos; hoy sale 40. Quien compra un ternero de 200 kilos a los valores actuales, necesita ocho mil pesos y después debe agregarle 120 kilos para llegar al peso mínimo de faena. Es decir, 4.800 pesos más. En total, es un costo de entre 12 y 13 mil pesos, que es lo que vale el gordo terminado”.
En definitiva, “el que no es súper eficiente, hoy pierde plata. Con suerte, sale hecho”, concluyó Pérez