Por medio de una nueva modalidad, denominada Intercambio de Riesgo Crédito
por Futuros (IRCF), los compradores y vendedores de soja, maíz, trigo, sorgo,
cebada y girasol podrán cambiar contratos bilaterales (en la jerga financiera "OTC",
mientras que en el ámbito del agro se los denomina forwards) por contratos de
futuros u opciones sobre futuros registrados en el Matba, quien actuará como
contraparte de la operatoria.
En el marco de IRCF, ambas partes deben acordar el registro de una
determinada cantidad de contratos de futuros u opciones sobre futuros para
cancelar una posición de similar tamaño y vencimiento fijada originalmente por
medio de un forward. La ventaja de esta alternativa es muy clara. Los forwards
son una herramienta, tanto para compradores como para vendedores, rígida, es
decir, que debe cumplirse más allá de cuáles sean las circunstancias de fuerza
mayor que aparezcan con posterioridad al establecimiento del contrato. Al tener
esa característica, sólo pueden negociarse por un volumen limitado, pues la
demanda de granos no puede asumir riesgos financieros sobredimensionados,
mientras que la oferta tampoco puede comprometer por anticipado la mayor parte
de una producción de granos que probablemente ni siquiera comenzó a sembrarse.
De esa forma, al intercambiar contratos bilaterales (OTC) por contratos de
futuros negociados en un mercado institucional, ambas partes de la transacción
eliminan los riesgos intrínsecos de la operación original, porque los nuevos
contratos de futuros registrados por un IRCF pasan a quedar sujetos a los
derechos y obligaciones de cualquier otra transacción de futuros que se realice
y se registre en el Matba.
Un dato importante es que, si bien el precio de la transacción será
determinado por mutuo acuerdo de las partes del IRCF, el mismo deberá reflejar
la realidad comercial en el mercado. Sin embargo, si el precio en cuestión se
encuentra alejado de dicho valor, deberá ser justificado por las partes,
quedando a criterio de Matba su aceptación.
Este año, a causa de la sequía que recortó los rindes en vastas zonas
agrícolas argentinas, puede darse el caso de productores que no lleguen a
cumplir con los compromisos de entrega de granos pactados por medio de forwards.
El IRCF constituye una alternativa para que el productor pueda transformar el
forward en un futuro, de manera tal de poder arbitrar esa posición en el Matba y
liberarse del compromiso que no estará en condiciones de cumplir. La
contrapartida de esa situación es que la demanda podrá esperar a que venza el
contrato para optar por el recibo físico de la mercadería, o arbitrarlo antes de
esa fecha.
Se trata de un ejemplo entre muchos usos del IRCF. Esta nueva herramienta brindará la posibilidad de que los integrantes de la cadena agrícola cuenten con mayor libertad para planificar y rediseñar de manera ágil su operatoria comercial en la actual coyuntura del negocio.