En las pocas horas que lleva como presidente del Banco Central , Luis Caputo se dedicó al juego en el que se siente más a gusto: anticiparse a los acontecimientos, en este caso del mercado cambiario. De ahí la batería de medidas adoptadas antes de la apertura de las operaciones de ayer, sus reuniones previas con presidentes de bancos y posteriores con economistas influyentes en la city porteña. También la subasta de dólares poscierre por US$175 millones, adjudicada a una cotización algo superior a $ 28 oficialmente no comunicada, que el Tesoro destinará a cancelar Letras Intransferibles en pesos colocadas en el BCRA y este a rescatar hoy "simbólicamente" casi $5000 millones en vencimientos de Lebac .
Su misión inmediata era frenar la abrupta suba del dólar del último "jueves negro" (+6,6% a nivel minorista) y la volatilidad del día siguiente (+1,4%) que, con un módico retroceso de -1,5% dejó el cierre de ayer ($ 28,41) en 44 centavos por debajo del viernes. Sin embargo, este resultado fue opacado por el "lunes negro" bursátil a raíz del relevo de Juan José Aranguren y la suba del riesgo país a 565 puntos básicos por la caída de los bonos soberanos, ante las dudas sobre si mañana la Argentina obtendrá la categoría de mercado emergente que asigna MSCI.
En el mercado cambiario, tanto la ingeniería financiera anticipada el domingo
(para reducir la liquidez en pesos de los bancos y la demanda de dólares para
incentivar la de Letes) como la licitación de ayer de bonos del Tesoro en
"moneda dual" y en pesos ajustables por el equivalente US$4000 millones se
asemejan a una suerte de puente provisorio (del tipo Bailey, que se emplea en
cortes de caminos por desastres naturales) hasta que llegue el primer desembolso
del crédito stand-by del FMI por US$15.000 millones, que será aprobado mañana en
Washington. Como se sabe, la mitad será destinada a apuntalar directamente las
reservas del BCRA y los restantes US$7500 millones al Tesoro, que a lo largo de
un mes deberá volcarlos al mercado cambiario a través de subastas diarias del
Banco Central para atender pagos en pesos. Aún se desconoce si esos fondos
estarán disponibles el viernes y si se podrá comenzar de inmediato con las
licitaciones y adjudicarlas por el tipo de cambio más alto hasta agotar el cupo
diario. Con esta inyección de divisas, el Gobierno apuesta a estabilizar el
mercado, pero todavía es una incógnita si la cotización será similar o no a la
de estos días.
Un dato importante que ayer surgió del encuentro de Caputo con los economistas es que el Tesoro también recibirá los US$6500 millones que aportarán los organismos financieros internacionales (BM, BID, CAF) una vez que el FMI apruebe el crédito. Y que ese monto será adicional a los desembolsos que realizan esos organismos para financiar distintos proyectos en marcha de inversión pública en infraestructura económica y social, lo cual reforzará la oferta de divisas. También se aclaró que la meta trimestral de reservas netas del BCRA fijada en el acuerdo (por encima del piso de US$23.100 millones al 4 de junio y que sería más bajo esta semana) no es acumulativa y deberá subir en US$5500 millones hasta fin de marzo de 2019 (y US$7500 millones a fines de junio). Esto le permitirá al BCRA disponer de un stock inicial de intervención del orden de US$2000 millones "para corregir disfunciones" en el mercado. Por lo pronto, Caputo ya designó a Gustavo Cañonero (otro hombre del mercado) vicepresidente 1º y tiene reservada la vicepresidencia 2» para Santiago Bausili, su mano derecha en el ex Ministerio de Finanzas y también ex Deutsche Bank.
Por: Néstor O. Scibona