De a poco, los productos para celíacos van llegando a las góndolas de los supermercados y dejan de estar disponibles exclusivamente en las dietéticas. Pero hay limitaciones y no tienen que ver solamente con los precios. Por ejemplo, en el caso de las leches vegetales, el inconveniente es la cadena de frío.
“La leche de almendras que se conseguía hasta este año era únicamente la que viene en botellitas, pero su vencimiento es a los 10 o 15 días porque no están pasteurizadas y requieren frío”, explica Santiago Leber. “Y el supermercado, para poner un producto en la góndola, te pide una fecha de vencimiento de seis meses como mínimo”, añade.
En febrero pasado, Leber comenzó a vender leche de almendras en envase tetra pack, bajo la marca Tratenfú, un desarrollo en el que invirtió US$100 mil hace un año y medio. Bajo esta presentación, la leche caduca recién a los diez meses (siempre que se mantenga el envase cerrado, claro), de manera que está disponible en las bocas de los principales retailers: Cencosud (Jumbo, Disco y Vea), Carrefour, Coto, La Anónima y Walmart, además de en las dietéticas, por supuesto.
Desarrollar la leche de almendras para comercializarla de esta manera se le ocurrió en un viaje al exterior en el que vio “una góndola bastante importante de leches vegetales” en un supermercado. Pero para concretar el proyecto lo ayudó su experiencia de diez años llegando al target celíaco —o simplemente, al de hábitos saludables— con la marca uruguaya Blue Patna (Zero Gluten en Uruguay), que fabrica galletitas y, sobre todo, fideos de harina de arroz. Ambos, productos que se venden “secos”, es decir, que tampoco requieren refrigeración.
Fue para el cometido de importar y comercializar estos productos en la Argentina, Chile y Perú que se creó Tratenfú SA en 2008. Junto con su socio José Lanusse, Leber desarrolló una red de distribuidores que sólo en la Argentina llegan a 100, y a su vez tienen llegada a más de 5 mil dietéticas, además del canal retail.
Esta red fue fundamental a la hora de planificar la comercialización de la leche de almendras Tratenfú, un cometido para el que se incorporó como socio Sebastián Piazza, quien podía aportar su experiencia en el rubro bebidas.
Las almendras se importan de Chile o de los Estados Unidos (California), los dos grandes productores a nivel mundial. Para la elaboración de la leche, se hizo un acuerdo con una fábrica en la localidad de Luján, provincia de Buenos Aires, que tiene una línea de tetra pack.
“Vamos ahí con todos los insumos y ellos lo fabrican y envasan todo en el mismo día”, indica Leber. “El proceso es igual al de cualquier leche, en el sentido de que toda la línea tiene que ser aséptica y de que hay que hacer la esterilización y la pasteurización”, destaca.
Actualmente, Tratenfú —que era una marca conocida sobre todo por los fideos secos— vende leche de almendras “sola” o con sabor a vainilla y, desde este mes, chocolate. Para julio está proyectado salir con una línea nueva, de leche de castañas de cajú.
Los ingresos de la firma el año pasado fueron de $15 millones, pero correspondieron fundamentalmente a fideos, que hasta ahora son su producto estrella, y a galletitas. Para este año y para las leches —que sólo se comercializan en la Argentina— la expectativa es incluso superar esa cifra. Hay planes de exportar los tetras a un segundo país, que no sería ni Chile ni Uruguay.
Las leches vegetales no sólo son libres de gluten sino que también son aptas para aquellas personas que tengan intolerancia a la lactosa o problemas gastrointestinales en general. Y, claro, ni hablar de los veganos que extrañan el hábito lácteo. Tratenfú no contiene aditivos ni conservantes y está forticada en calcio.
“El mercado argentino de leche de almendras es pequeño, pero está en expansión”, asegura Leber. “En estos diez años hemos visto que la gente sola va buscando una alimentación saludable aunque no tenga una condición física que se lo exija; por ejemplo, dejar las harinas”, observa.