Eso fue lo que ocurrió en la reunión que tuvieron el miércoles pasado en Coninagro los dirigentes de la entidad anfitriona, de la Sociedad Rural, de Confederaciones Rurales , Maizar, ASA y la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores. Allí convinieron en explicar que el campo se propone invertir este año más de 9500 de dólares en encarar la nueva campaña agrícola. El mensaje, que no debe entenderse como forma de presión, es simple: cualquier cambio en las reglas de juego alteraría esa cifra.
En momentos en los que la crisis cambiaria no ha cedido y el Gobierno prepara un paquete de medidas para ajustar el gasto del Estado, el campo puede decir que es de los pocos sectores de la economía que es capaz de invertir y gastar ese monto de dinero porque tiene perspectivas de crecer, pese a las dificultades que tuvo en el último ciclo agrícola.
Aquella cifra se origina en un antiguo trabajo de Aacrea que intentaba
mensurar lo que el campo invertía y gastaba cada año y que como dato central
sostenía que el 70% de la inversión se radicaba en los lugares de origen de la
producción. La propia Mesa de Enlace tomó luego ese dato, pero aquella buena
idea -que alguna vez fue presentada a los dirigentes políticos en campaña
electoral- dejó de propagarse. Si una mínima inversión de la industria
automotriz se llevaba los titulares de los diarios, ¿por qué no se cuenta todo
lo que invierte el campo año a año para sembrar y cosechar?, se preguntaban los
ruralistas que apoyaron ese trabajo.
Hoy la sociedad cuestiona todo, a veces con pocos fundamentos lógicos, pero
reclama explicaciones y no da nada por sentado. Aquella idea, que debería
profundizarse y mejorarse, significa hablarle a esa sociedad que ha cambiado.
"Está creciendo la producción porcina, en cualquier momento comienzan a crecer las exportaciones, eso es lo que tenemos que contar para que nos entiendan", dijo un ruralista que participó de la reunión. "Si le ponen un freno a ese proceso, no va a haber crecimiento", explicó.
Otras buenas ideas que circularon en la semana fueron las que se dieron a
conocer en el simposio sobre caminos rurales organizado por Carbap en Rauch el
miércoles pasado. Al dato de que el 60% de los caminos rurales está en estado
regular o malo se suma la incoherencia de los municipios que cobran tasa vial,
pero destinan el producto de esos ingresos a rentas generales y no al
mantenimiento de las vías de comunicación. Pero en esa reunión no hubo solo
lamentos, también se hizo hincapié en los ejemplos de municipios bonaerenses
como el de Tres Arroyos, entre otros, en el que hay un modelo de gestión que
mantiene adecuadamente el estado de los caminos rurales.
El gobierno bonaerense, además, tiene un programa para reparar 12.000 de los más de 100.000 kilómetros que tiene la provincia en caminos rurales. La prioridad estará en los municipios con urgencias productivas frente a los anegamientos como los que albergan cuencas lecheras, explicó el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís . Muchos productores esperan que ese plan no sufra la poda de gastos en obra pública. El efecto multiplicador en la economía de la mejora de la infraestructura supera cualquier recorte.
En el medio del cimbronazo de la macroeconomía, en el campo quieren dar vuelta la página y pusieron la proa rumbo al 2019 con la siembra de trigo. Las perspectivas, siempre y cuando no venga otro desastre climático, son favorables. Según estima un informe de Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre, del Ieral-Fundación Mediterránea en la próxima campaña se alcanzarían entre 125 y 127millones de toneladas. "Acompañada de precios internacionales en niveles similares o no muy diferentes a los actuales, podría aumentar la afluencia de dólares en el próximo año en un monto de entre U$3000 y US$4000 millones", explican los especialistas.
Tras un ciclo en el que apenas se alcanzarían los 97 millones de toneladas, tomando en cuenta los siete cultivos principales, esta recuperación le puede brindar a la economía un soplo de aire fresco. Y esta, en definitiva, es otra buena idea para sostener.