La situación económica, social y política del área de conurbano bonaerense es por falta de un proyecto planificado de desarrollo nacional para el crecimiento de todas las regiones del país, que permita arraigar a sus pobladores en sus lugares de trabajo, que debería promover María Eugenia Vidal Gobernadora de las Provincia de Buenos Aires si queremos cambiar.
La falta de dichas políticas sigue generando una gran emigración al cinturón del conurbano bonaerense, que está poniendo en crisis las instituciones provincial por la inseguridad y la pobreza estructural que terminará creando un problema nacional, si no actúa con urgencia y sensatez toda la dirigencia empresarial y política del país.
Asumamos definitivamente la dirigencia en general que hay que salir de la coyuntura y pensar con grandeza en el largo plazo si queremos cambiar la Argentina. Se trata de un compromiso entre todos los sectores y la dirigencia política para revertir definitivamente la actual decadencia basada en cambios profundos basados en la educación y la creación de nuevos trabajos, para un proyecto planificado de crecimiento y de desarrollo a largo plazo, en función de valores, objetivos económicos generales y objetivos sectoriales de políticas agropecuarias y agroindustriales a ser respetados por todos.
No estoy proponiendo un proyecto agroexportador tradicional. Estoy promoviendo que el país se convierta rápidamente en un gran exportador de alimentos para abastecer la creciente demanda a las góndolas del mundo y de esa forma poder generar un desarrollo equitativo de todo del país junto a todos los otros sectores de la economía.
¿El objetivo inmediato? Aumentar las inversiones, las fuentes de trabajo, las producciones y las transformaciones, para exportar a todos los mercados del mundo y abastecer mejor el consumo interno. Debe ser el aporte estratégico de Agroindustria al Plan Belgrano.
¿El ejemplo a imitar? El de los emprendedores que motorizan diferentes cluster regionales en todo el país. Ellos logran integrar eficientemente las producciones y rompen la dinámica de la expulsión territorial de los trabajadores. Relativizan el costo del flete transformando la materia prima en origen y agregando valor a lo transportado. Éste es el ejemplo a imitar y a generalizar en el país. Se trata solamente de poner al complejo agroindustrial - el más eficiente y competitivo del país-, en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía.
Entre estos valores fundamentales está el respeto irrestricto a la Constitución y a las instituciones de la Nación, la defensa de la República y del federalismo, la construcción de capital social con base en la ética y al rescate del espíritu emprendedor y la promoción de la equidad distributiva para lograr un mayor equilibrio regional, que aliente las posibilidades de desarrollo y promueva la estabilidad social de la población en el interior del país.
Además, una moderna y eficiente relación fiscal Nación-provincias. Los objetivos económicos serían lograr tasas sostenidas de alto crecimiento de la producción, atemperando los ciclos y las fluctuaciones bruscas, la promoción de inversiones atractivas en la Argentina, para que contribuyan a reducir las tasas de desempleo y promuevan el desarrollo regional. Esto alentaría a la población a radicarse en todo el territorio nacional.
Promover una mejor distribución de la riqueza personal, sectorial, funcional y regional, reduciendo los niveles de pobreza, eliminando la marginalidad y la pobreza extrema. Recuperar la cultura del trabajo, defender el valor de la moneda y la estabilidad de precios, el respeto a la seguridad jurídica de los inversores externos e internos y el cumplimiento de los compromisos por endeudamiento público.
Lamentablemente hoy no están dadas las condiciones por la economía macro para insertarnos competitivamente en el mundo. Solamente con analizar que de todas las producciones se tuvieron que hacer más de 20 Mesa de Competitividad para analizar qué hay que hacer para mejorar dicha producción, nos está diciendo que el problema que tenemos es de política macros, que corresponde modificar primero más rápido que pronto, para evitar el desgaste de los dirigentes y el gobierno, en reuniones estéril agravando los problemas, especialmente con las economías regionales o extrapampeana, como consecuencia del costo de la logísticas y de la alta carga impositiva que lo único que hace es aumentar la evasión y la competencia desleal.
El otro condicionante que tenemos para poder llevar a buen fin un Proyecto Nacional de Desarrollo Agroindustrial, si se dieran las condiciones macroeconómicas, es el trabajo gremial atomizado e individualista de los dirigentes gremiales de los productores. Esto también ocurre con los dirigente de las cadenas de producciones, situación que quedó explicitadas en las Mesas de Competitividad, en las cual discuten entre los mismo dirigentes sobre las política que necesitan los productores para mejorar las producciones.
Ante la falta de resultados concreto de las Mesas de Competitividad, la estrategia de la dirigencia gremial empresaria debería ser consensuar y definir antes las propuestas que van a llevar para discutir con los otros miembros de la cadena y el gobierno, para poder aportar propuesta concretas de las políticas que necesitamos.
No puedo dejar de mencionar ante de terminar, que cada dia que pasa está más vigente mi propuesta sobre la necesidad de la unión las entidades en una Confederación de Entidades formalmente constituida como la mejor forma de poder recuperar el poder político perdido, para poder ser nuevamente el sector un protagonismo fundamental en la Mesa donde se discuten la Grandes Políticas Nacionales del País. Hoy estamos formalmente afuera de dicha discusión con el gobierno de Cambiemos y deberíamos tener mucho para defender si tenemos la capacidad de unirnos institucionalmente para hacer las propuestas.
Editorial de la Revista Conciencia Rural que su editor Nestor Calvo me honro con dicha invitación, para que difundiera mi propuesta sobre un temas fundacional para cambiar la situación geopolítica del pais desde la Provincia de Buenos Aires.
Autor: Arturo Navarro en Revista Conciencia Rural