En marzo, antes de la fuerte disparada del dólar, y por segundo mes consecutivo, la actividad económica tuvo un freno: se redujo 0,1% respecto del mes anterior, luego de una baja del 0,2% durante febrero.
De esta manera, con relación a un año atrás, en marzo el nivel de actividad se ubicó tan solo un 1,4% por encima de igual mes de 2017, cuando entre enero y febrero el crecimiento había alcanzado el 4,6%. Ahora, en los primeros tres meses la actividad tuvo una expansión del 3,5%, de acuerdo a los datos del Indec..
De acuerdo con el informe oficial, en marzo, tomando la comparación interanual, de los 15 sectores se registraron cinco con menor actividad económica, mientras que el resto mostró números positivos, pero en desaceleración.
“La caída más significativa”, dice el Informe del INDEC, se concentró en la agricultura y ganadería con una reducción del 5,5%, por las menores cosechas que se explican por las adversas condiciones climáticas.
En tanto, la construcción tuvo un alza del 5,9%, un porcentaje bajo teniendo en cuenta que desde junio del año pasado venía creciendo a tasas de 2 dígitos. Eso se debe a la reducción de las inversiones del Estado en obra publica e infraestructura. También se replegó la industria manufacturera con una suba en marzo de apenas del 0,8%, mientras hoteles y restaurantes tuvo una mejora del 4,5%, la intermediación financiera + 3,3% y las actividades inmobiliarias un alza del 3,1%.
Con datos de abril, la Cámara del Acero informó ayer que "la construcción comienza a manifestar signos de demora en la confirmación de pedidos", "la industria automotriz mostró menor nivel que en marzo, tanto en producción como en despachos a concesionarios; sin embargo, continúa con valores superiores al del año 2017 en ambos indicadores", " maquinaria agrícola e implementos comienza a mostrar signos de afectación por la baja de los rindes en la cosecha", mientras " los productos vinculados a la energía continúan su tendencia favorable de la mano de las inversiones en las áreas petroleras, factor que impacta positivamente en los despachos para dicho sector".
En 2017, la economía creció 2,9% y, para este año, las estimaciones oficiales proyectaban una expansión del 3,5%. Sin embargo, por la sequía, la devaluación del dólar, el freno de la inversión pública y la caída del consumo, el propio Ministro de Hacienda, Nicolas Dujovne estimó que en 2018 habrá menor crecimiento y más inflación.
La consultora LCG ( Labor Capital Growth) proyecta “una marcada contracción de la actividad en el segundo y tercer trimestre de este año y una recuperación recién hacia finales de este año o principios del que viene". Estima “un crecimiento (techo) de 1,4% anual promedio en 2018". Y enumera: "el impacto en el consumo a partir de la caída de los ingresos reales derivados de la aceleración de la inflación post devaluación y una mayor incertidumbre, un menor aporte del crédito por tasas de interés muy altas, un todavía menor impulso fiscal ante la necesidad de sobre cumplir la meta inicial de déficit primario, inversores atentos a la dinámica de corto plazo demorando las decisiones de hundir capital y menores proyecciones de crecimiento de Brasil, son todos factores que ayudan a explicar las menores perspectivas de crecimiento”.